No es posible que instrumentalicen niños en protestas: secretario Angulo

En Bogotá, las manifestaciones y protestas son una expresión común de las demandas sociales y políticas.

Sin embargo, una reciente protesta de la comunidad indígena Emberá ha generado controversia debido al uso de niños y coches de bebes para bloquear el paso de vehículos. Este incidente ha puesto de relieve una práctica preocupante que, según las autoridades, se está volviendo cada vez más frecuente en la ciudad.

Manifestación Emberá

Durante la manifestación frente a la Defensoría, se observó a miembros de la comunidad indígena haciendo uso, tal y como se mencionó, a coches de bebés para impedir el tránsito vehicular.

Según el Secretario de integración Social, Roberto Angulo, esta práctica de instrumentalizar a los niños en protestas no es nueva y se ha visto en diversas ocasiones en la ciudad. “Se está poniendo de moda que en Bogotá cada vez que hay una protesta se utilizan niños, niñas y adolescentes para instrumentalizar las demandas de los grupos que están protestando”, afirmó Angulo.

Derechos de los niños

El uso de niños en protestas plantea serias preocupaciones sobre la protección de sus derechos. La constitución colombiana establece que los derechos de los niños deben ser prioritarios y no pueden ser relativizados por razones culturales. “No debería haber ningún tipo de discusión ni está sometido a ningún relativismo cultural, la garantía de los derechos de los niños en este tipo de espacios”, subrayó Angulo. Aunque se respeta el derecho a la protesta, este no debe estar por encima de los derechos de los niños, quienes deben ser protegidos en todo momento.

Coordinación interinstitucional

Para abordar estas situaciones de manera efectiva, es crucial la coordinación entre varias entidades. Angulo destacó la importancia de la colaboración entre la Secretaría de Integración Social, la Policía de Infancia y Adolescencia, y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). “Esa tríada de integración social, policía de infancia e ICBF es clave que actúe de manera coordinada alrededor de las rutas de prevención y mitigación de riesgos para los niños, niñas y adolescentes. Ese es como un primer círculo. Obviamente, después ya viene todo el trabajo que tiene que hacer la policía, dadas las circunstancias, siempre con la policía de infancia y adolescencia al lado”, explicó Angulo.

Censo de habitantes de calle

En otro tema, el secretario compartió los resultados preliminares del censo de habitantes de calle en Bogotá. Se identificaron 11,260 habitantes de calle, un aumento respecto a los 9,540 registrados en 2017.

Sin duda, la instrumentalización de niños en protestas es una práctica preocupante que requiere una respuesta coordinada y efectiva por parte de las autoridades.