La tradición de las ruanas en peligro: un llamado de atención de los artesanos
Un llamado a la preservación de la cultura artesanal ante la amenaza de la producción industrial y la falta de relevo generacional.
Aquitania
En un mundo donde la producción industrial predomina, la elaboración de ruanas tradicionales en Colombia enfrenta serios desafíos. Carlos Bernal, uno de los pocos artesanos que todavía crea estas emblemáticas prendas con lana de oveja en Aquitania, comparte su preocupación por la pérdida de este arte ancestral.
“Históricamente, hacer una ruana es un arte que se está perdiendo. El problema radica en el vacío generacional, ya que no hay interés de los jóvenes por aprender este oficio,” señala Bernal. A su juicio, la cadena productiva presenta fallas significativas, desde los pastores que cuidan las ovejas hasta los esquiladores y hilanderas. “Si no hay pastores, difícilmente habrá un producto,” enfatiza.
La situación se ha visto agravada por la pandemia, que ha afectado a muchos de los abuelos que han transmitido este conocimiento. “Muchos de ellos han fallecido, y con ellos se pierde la tradición,” lamenta el artesano. Al preguntarle cuántas hilanderas quedan en Aquitania, Bernal admite que no hay un número exacto, pero confirma que la reducción ha sido considerable.
Bernal también destaca que, como artesanos, se enfrentan a la competencia de productos de origen industrial, que son más económicos pero carecen de la calidad y esencia de las ruanas tradicionales. “No contamos con ninguna protección en el mercado, lo que dificulta aún más la comercialización de nuestros productos.”
A pesar de los desafíos, Carlos Bernal ha intentado dialogar con políticos para buscar soluciones. “He hablado con políticos de talla nacional, como el expresidente Iván Duque, y con los gobernadores. Se han comprometido a proteger la ruana, otorgándole una denominación de origen, pero hasta ahora no se han implementado condiciones efectivas,” explica.
Finalmente, el artesano hace un llamado a las autoridades: “Si se promulga una ley y se ofrece apoyo, los jóvenes y más personas se interesarían en continuar elaborándolas. La ruana no es un lujo; es cultura, tradición e historia. Garantiza la elaboración para tres generaciones: la que tú usarás, la de tus hijos y la de tus nietos.”