Hezbolá lanza un misil hacia Tel Aviv e Israel bombardea de nuevo Líbano
En menos de 5 días, los ataques de Israel sobre Líbano han resultado en la muerte de al menos 600 personas entre los que hay unos 4 altos mandos de Hezbolá.
Hezbolá disparó por primera vez un misil hacia Tel Aviv, informó el miércoles el ejército israelí, que llevó a cabo nuevos bombardeos “de gran alcance” contra el movimiento islamista en Líbano.
Las sirenas de advertencia sonaron al amanecer en esta gran ciudad israelí, cien kilómetros al sur de la frontera libanesa, cuando Hezbolá disparó el misil tierra-tierra que fue interceptado, según el ejército.
“Es la primera vez que un misil de Hezbolá alcanza la zona de Tel Aviv”, dijeron los militares, y unas horas después anunciaron “ataques de gran alcance en el sur de Líbano y en la región de la Becá”.
El movimiento islamista libanés afirmó que el objetivo de su misil Qader era la sede del Mosad, el servicio de inteligencia exterior israelí, considerados “responsables del asesinato de los líderes” de Hezbolá “y de las explosiones de buscapersonas y walkie-talkies” de la semana pasada que dejaron decenas de muertos.
La aviación israelí bombardeó el miércoles, por tercer día consecutivo, aldeas del sur del Líbano y de la región de Baalbeck, en el este, dos bastiones del movimiento islamista, que cuenta con el apoyo de Irán, gran enemigo de Israel.
Desde Teherán, el guía supremo iraní, ayatolá Alí Jamenei, afirmó el miércoles que la reciente muerte en Líbano de varios jefes de Hezbolá por el ejército israelí no logrará “poner de rodillas” al movimiento islamista.
“Clima de terror”
Estos bombardeos empujaron a cientos de miles de libaneses a las carreteras.
Nur Hamad, una estudiante de 22 años de Baalbeck, habló del “clima de terror” desde el comienzo de los ataques en los alrededores de la ciudad.
“Pasamos cuatro o cinco días sin dormir, sin saber si nos íbamos a despertar por la mañana. Los niños tienen miedo, los adultos también”, dijo.
A petición de Francia, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá de urgencia el miércoles, en Nueva York, donde la preocupación por la escalada entre el ejército israelí y Hezbolá dominó la apertura de la Asamblea General.
“Israel está empujando a la región hacia una guerra abierta”, advirtieron los jefes de la diplomacia de Egipto, Irak y Jordania, condenando la “agresión israelí en Líbano”.
El jefe de la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Philippe Lazzarini, teme “una guerra en toda regla” y que Líbano se convierta en una nueva Franja de Gaza, donde la guerra enfrenta a Israel con el movimiento islamista palestino Hamás desde el 7 de octubre de 2023.
También el papa Francisco denunció el miércoles desde el Vaticano la “terrible escalada” en Líbano, calificándola de “inaceptable”, y pidió a la comunidad internacional que haga todo lo posible para ponerle fin.
“Aún más barbarie”
El lunes, los primeros ataques israelíes masivos en Líbano mataron a 558 personas e hirieron a más de 1.800, según las autoridades libanesas, la cifra más alta en un día desde el final de la guerra civil en el país (1975-1990).
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Israel anunció a mediados de septiembre que había trasladado “el centro de gravedad de [sus] operaciones militares” al norte del país, a lo largo de la frontera libanesa, para permitir el regreso de decenas de miles de habitantes desplazados por la violencia transfronteriza.
Hezbolá, por su parte, prometió seguir atacando a Israel “hasta el final de la agresión en Gaza”, donde la guerra se desató el 7 de octubre de 2023 por el ataque sin precedentes de Hamás en suelo israelí.
Desde entonces, los enfrentamientos a lo largo de la frontera norte de Israel con el Líbano no han cesado.
La semana pasada una ola de explosiones de dispositivos de transmisión de Hezbolá, atribuidas a Israel, dejó decenas de muertos. Y un ataque israelí el 20 de septiembre en los suburbios del sur de Beirut diezmó a la unidad de élite del movimiento.
“Ya ni siquiera sabíamos de dónde venían los bombardeos. Es como si esta vez hubiera aún más barbarie”, dijo Zeinab Diab, de 32 años, refugiada en una escuela convertida en centro de acogida cerca de Beirut.
Israel ataca a ‘dos bandas’
En este contexto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pospuso su viaje a Estados Unidos para asistir a la Asamblea General de la ONU.
Hezbolá confirmó el miércoles que uno de sus mandos militares, Ibrahim Mohamed Kobeisi, murió en un bombardeo israelí el martes, que dejó un total de seis fallecidos y 15 heridos según las autoridades libanesas.
“Continuaremos atacando a Hezbolá. Y le digo al pueblo libanés: nuestra guerra no es contra ustedes”, sino “contra Hezbolá”, dijo Netanyahu en un video.
El ataque de Hamás que desencadenó la guerra en Gaza dejó 1.205 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales israelíes que incluye a los rehenes que murieron o fueron asesinados en cautiverio en Gaza.
De las 251 personas secuestradas, 97 siguen en Gaza, 33 de las cuales han sido declaradas muertas por el ejército.
En represalia, Israel ha prometido destruir el movimiento islamista palestino, que gobierna Gaza desde 2007 y al que considera una organización terrorista, igual que Estados Unidos y la Unión Europea.
Su ejército ha lanzado una ofensiva en la Franja de Gaza que ha dejado hasta el momento 41.495 muertos, la mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud gazatí, considerados fiables por la ONU. También ha causado un desastre humanitario en el territorio.