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Razones por las que no debería soplarle la nariz a un perro, según expertos

Es importante no realizar acciones que puedan hacer sentir incómodas a las mascotas. 

Perro - Getty Images

Perro - Getty Images

Soplar la nariz o rostro de un perro puede parecer un gesto inofensivo, e incluso realizarlo sin mala intención. Pero esta situación puede generar sentimientos de molestia en la mascota. La nariz es una de las partes del cuerpo más sensible de los perros, ya que esta es su herramienta principal para reconocer el mundo, identificar olores y comunicarse con otros de su especie. Expertos aseguran que esta acción puede generar irritación en la nariz, sequedad en los ojos o dolor en oídos y orejas.

También, si el aire que le llega al soplar llega con bastante fuerza, puede incomodar y generar estrés a la mascota, especialmente si la acción se realiza de manera inesperada. En algunos casos, soplar la nariz de un perro puede dificultar su respiración, especialmente si cuenta con alguna afección respiratoria anteriormente.

Otra de las situaciones que se pueden presentar es que, al soplar directamente la nariz de un perro, esto puede alterar su capacidad olfativa, causando confusión y desorientación en la mascota. De igual manera, los animales también pueden interpretar esta situación como una forma de dominancia o de agresión, agrietando la relación entre el dueño y su mascota.

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Señales que indican que un perro no se siente cómodo

La molestia de los animales se puede notar en diferentes acciones. Por ejemplo, en cuanto a su lenguaje corporal, si el perro lleva las orejas hacia atrás o planas contra la cabeza indican miedo e incomodidad. Si ubica la cola entre las patas, o pegada a su cuerpo, se interpreta como una señal de sumisión o pánico.

Al sentirse incómodo, el perro puede agacharse, encorvarse, intentar hacerse más pequeño, evitar el contacto visual, ojos muy abiertos o parpadear con frecuencia. Asimismo, bostezar de manera frecuente aunque no tenga sueño, lamerse los labios o las patas de manera frecuente, denota ansiedad o nerviosismo.

En cuanto a su comportamiento, los gruñidos son una de las principales señales de advertencia, los ladridos constantes o muy intensos, los mordiscos suaves, los temblores musculares, el evitar el contacto físico o visual con su dueño u otros perros, no tener control de sus esfínteres, la pérdida del apetito, los cambios en los patrones de sueño o la destrucción de objetos, pueden ser señales de que no se siente cómodo.

¿Cómo funciona el olfato de los perros?

En su sistema respiratorio, los perros cuentan con receptores olfativos. Cuando huelen algo, el aire entra por la nariz y se dirige a estos receptores. Los cuales envían señales al cerebro, el que es encargado de interpretarlas y crear una imagen del olor. Los perros pueden mover las fosas nasales de forma independiente para analizar los olores con mayor precisión.

De esta manera, pueden identificar a las personas y otros animales por su olor. Además, cuentan con una excelente memoria olfativa, recordando y asociando olores a experiencias pasadas.

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