Estudio advierte sobre los peligros de combinar alcohol y bebidas energéticas
Un estudio reciente de la Universidad de Cagliari y la Universidad de Catania, reveló que la combinación de alcohol y bebidas energéticas puede causar problemas cognitivos a largo plazo en adolescentes.
Recientemente, la Universidad de Cagliari y la Universidad de Catania, en Italia, realizo una investigación sobre el impacto del consumo combinado de alcohol y bebidas energéticas, especialmente en adolescentes. Los resultados, publicados en la revista Neuropharmacology, revelaron que esta mezcla puede causar problemas cognitivos a largo plazo, afectando la capacidad de aprendizaje y memoria.
Efectos en la salud
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Los experimentos con roedores adolescentes, mostraron que, si bien la mezcla producía un aumento temporal en la función neural, también llevaba a una reducción en la plasticidad sináptica del hipocampo, es decir, graves implicaciones en la región del cerebro responsable de la memoria y el aprendizaje.
Asimismo, los resultados indicaron que, los roedores que consumieron la combinación de alcohol y bebidas energéticas mostraron cambios en su capacidad para aprender y recordar, relacionado con un deterioro en la comunicación entre las células cerebrales.
“Estos hallazgos sugieren que el consumo de alcohol mezclado con bebidas energéticas en la adolescencia podría tener impactos duraderos en la neuroplasticidad del cerebro”, indicaron los investigadores de la Universidad de Cagliari y la Universidad de Catania.
Implicaciones para los adolescentes
Durante la adolescencia, realizar estas combinaciones entre alcohol y bebidas energéticas es muy común. Pero los jóvenes aún no son consientes de los graves riesgos que esta mala práctica puede ocasionar a largo plazo.
Según lo indican los investigadores, estos hábitos pueden causar daños duraderos en la neuroplasticidad del cerebro, afectando el aprendizaje y la memoria en la vida adulta. Además, el exceso del consumo de bebidas energéticas ha incrementado significativamente en las últimas dos décadas, convirtiéndose en una práctica común entre los adolescentes, especialmente en entornos sociales y fiestas.
En conclusión, los investigadores recomiendan ser cuidadosos a la hora de combinar estas dos bebidas y hacen un llamado a la población adolescente para que sean mucho más consientes de las implicaciones que puede producir estas malas conductas en la salud cognitiva.