Mitigar la insatisfacción de los colombianos hacia la democracia: el gran desafío nacional
En la tercera Edición del Desafío de la Democracia, voces de autoridad conversaron sobre los puntos claves que se deben atender para mitigar la insatisfacción de los colombianos en esta materia.
Algunos de los actores políticos más importantes del país se dieron cita este viernes 19 de abril en la Torre Atrio, en Bogotá, en la tercera edición del Desafío de la Democracia con el fin de compartir reflexiones alrededor del estado de la democracia y la participación ciudadana en Colombia.
La conversación dejó sobre la mesa las principales preocupaciones de los asistentes. Entre ellas, que la insatisfacción de los colombianos con la democracia alcanza un preocupante porcentaje del 80%, posicionándose así como el quinto país con el índice más alto en América Latina, de acuerdo con la Encuesta Latinobarómetro de 2023.
Para los panelistas, cifras como esta abren el diálogo sobre la posibilidad de que el fenómeno, que los expertos llaman “recesión democrática”, esté incrementando con el paso de los años.
A lo largo de la jornada, los invitados enumeraron varias problemáticas que pueden estar influyendo en mayor medida en este descontento generalizado. El conflicto armado que no da tregua en las regiones, las dinámicas políticas polarizantes dentro de las instituciones y una falta de articulación entre los poderes fueron algunas de las más mencionadas.
El encuentro contó con la participación del ministro de Defensa, Iván Velásquez, el ministro del Interior Luis Fernando Velasco, los alcaldes Carlos Fernando Galán (Bogotá) y Federico Gutiérrez (Medellín), la congresista Katherine Miranda, senadores como David Luna, Paloma Valencia y Humberto de la Calle, entre otros representantes de la academia, sector privado, público, sociedad civil e iglesia.
¿Cómo fortalecer la democracia y enfrentar el descontento generalizado?
Para los panelistas, actualmente existen lineamientos suficientes para fortalecer la democracia en el país. En lugar de desarrollar unos nuevos, invitaron, en cambio, a llevarlos a la práctica. Respetar la independencia de las ramas del poder público, fortalecer la gobernanza regional, garantizar la libertad de prensa y de expresión y poner en marcha los parámetros del derecho internacional fueron algunos de los más destacados.
Todos estos puntos, reiteraron, ya están contemplados en la Constitución de 1991, la guía más importante con la que cuenta Colombia para robustecer su institucionalidad y entender que temas como la seguridad, el diálogo social y los derechos humanos “no están ligados a intereses partidistas ni a fanatismos”.
A pesar de las visiones distintas, los presentes coincidieron en que resulta pertinente, ahora más que nunca, que un país con décadas de conflicto y polarización minimice la fricción constante entre el deseo del predominio del ejecutivo por encima de otros poderes: “La democracia no es un mandato ilimitado para hacer lo que uno quiera”, fue una de las frases que resumió ese punto transversal durante la discusión.
La Rama Judicial, por su parte, aprovechó el espacio para enviar un mensaje de tranquilidad al país, asegurando que esta entidad aún “conserva su autonomía e independencia”, y que aún tienen la credibilidad ganada por parte de la ciudadanía.
Reconciliar a la ciudadanía con la democracia
A lo largo de la jornada, los panelistas enfatizaron en la necesidad de continuar promoviendo espacios de diálogo intersectorial, celebrando el caso de los Desafíos organizados por Prisa Media como ejemplo de ello.
Abordaron, además, los beneficios que podría traer para el país empezar a refrescar los mecanismos de participación. En ese sentido, hacer más uso de las asambleas ciudadanas se presenta como un primer paso. Según ellos, este mecanismo permitirá una reconciliación fuerte entre la sociedad y la democracia, pues serán los mismos ciudadanos quienes discutan soluciones a temas que los afectan directamente, como el cambio climático, las reformas sociales, las modificaciones constitucionales, entre otros.
Dar mayor atención a las denuncias y alertas tempranas que emiten organismos como la Defensoría del Pueblo también es, para ellos, otra manera de fortalecer el Estado Social de Derecho, pues mejora las políticas públicas en materia de seguridad para la población. Aumentar las instancias de diálogo institucional a nivel interno, explicaron desde dicha entidad, ayudará a consolidar instituciones más articuladas.
“Algunos sectores tienen una responsabilidad pública con la democracia, así no sean actores estatales”
La participación de la iglesia, gremios privados y academia dio al encuentro una mirada más amplia sobre las interpretaciones que la sociedad en conjunto le está dando a lo que algunos consideran “crisis democrática”.
En varias intervenciones, representantes de gremios privados como la Federación de Cafeteros y la ANDI comentaron que, tras años de trabajo, han entendido que las empresas no son entidades apolíticas, sino actores con responsabilidad pública aunque no estatal. Generar empleo, impulsar el desarrollo económico y competitivo de un país también son factores que, según ellos, ayudan a construir sociedades más justas y con mayor bienestar.
La tercera entrega del Desafío de la Democracia fue posible gracias a la alianza entre el Grupo Prisa, Bancolombia, Corficolombiana, Movistar y Riopaila Castilla.