¿Por qué le dicen ‘firulais’ a los perros? Este es el curioso origen

Una de las formas más curiosas y tiernas con la que se nombra a las mascotas, especialmente a los perros, es ‘firulais’. Este sobrenombre, aunque ha sido usado durante muchos años, es común mayoritariamente en los países latinoamericanos, especialmente en México.

A pesar de su uso extendido por toda la región, pocos conocen la historia detrás de este nombre. Si bien puede llegar a ser difícil rastrear exactamente su primer uso, existen dos teorías que buscan dar con el origen de esta particular forma de llamar a estos animales.

En la siguiente nota le contamos cuál es la razón por la que se le suelen llamar a así a los perros, las historias que rodean estas hipótesis y un poco más sobre los nombres más frecuentes y populares en el país.

Del spanglish a ‘firulais’

Como se mencionó anteriormente, existen diversas teorías e historias que buscan explicar cuál es el origen de este nombre. Una de las más aceptadas señala que este nombre viene de una combinación curiosa de palabras en inglés que terminó por adaptarse en el español y que se quedó como una forma de llamar a los perros.

Según investigó y encontró el Heraldo de México, el origen proviene de ‘Free of lice’, que quiere decir ‘libre de pulgas’. Esta frase era muy utilizada en el siglo pasado, más específicamente la usaban las autoridades estadounidenses en la frontera con México. En esta zona, las autoridades revisaban que los agrícolas mexicanos que pasaban la frontera con perros, tuvieras a sus caninos completamente limpios: sin pulgas, piojos y garrapatas.

Como documentó entonces este medio mexicano, partiendo del diccionario etimológico, la expresión terminó por volverse popular porque muchos de estos agrícolas, cuando volvían a su país, utilizaban esta frase para presumir que su canino era más fino que cualquier otro perro de rancho, pues era un perro limpio.

La cuestión es que, con la pronunciación en inglés de varios de estos mexicanos, la expresión dejó de ser ‘free of lice’ y se convirtió en ‘Fri yu lais’ o ‘friyulaus’. Con el tiempo, la palabra iría transformándose hasta quedar como ‘firulais’, que es la forma que actualmente se utiliza para nombrar a los perros.

A pesar de su significado, la expresión terminó por ser usada tanto para perros con o sin pulgas. De hecho, su uso es mucho más común para caninos de la calle que no tienen dueño y, por tanto, no tienen hogar.

El trágico lado de la historia

En México, este apodo para los perros se hizo muy popular por Federico Ochoa, un particular payaso que se convirtió en todo un ícono de la ciudad de Guadalajara. De acuerdo con Debate MX, una de las características más llamativas de la historia de este hombre fue que pasó de ser un aristócrata a un mendigo que rodeaba el Centro Histórico de la ciudad vestido de payaso.

Según varios medios mexicanos, Ochoa venía de una familia pudiente, pues descendía de terratenientes virreinales que tenían una gran fortuna que le fue heredada después de que su padre y madre murieran. Lo que se dice es que este hombre no supo valorar su fortuna y la desperdició en unos pocos años.

Sin un peso, tuvo que sortear y buscar otras fuentes de recursos, pues tenía a su cargo a su hija. Fue entonces que empezó a ser payaso en las calles, ganando algo de dinero, sacándole sonrisas a la gente. A pesar de haberse ganado el cariño de la gente, no logró conseguir mayor éxito, murió a sus 87 años haciendo su trabajo.

Más tarde, su historia terminó por inspirar a cientos de artistas que le hicieron obras en su honor. De hecho, según documentó el medio Debate MX, el Museo de la Ciudad de Guadalajara le hizo un homenaje con toda una exposición que llamó ‘Firuláis’.