Maturana: Nacional es como mi esposa, le veo lo bueno y lo malo se lo digo en privado
El entrenador colombiano se refirió al presente del fútbol colombiano y lo que puede venir a futuro.
Francisco Maturana, uno de los entrenadores más prestigiosos en la historia del fútbol colombiano, cumple 75 años este jueves 15 de febrero. En diálogo con El Vbar Caracol, ‘Pacho’, como se lo apoda, habló sobre su trasegar por los banquillos técnicos, la revolución que armó en la Selección Colombia, lo que significa Atlético Nacional para su vida y lo que ve a futuro para el balompié nacional.
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Sobre el tema Nacional, Maturana reconoció que se siente “impedido” para hablar de los errores que actualmente se están cometiendo a nivel dirigencial y deportivo, debido a que le tiene mucho cariño a la institución. En este orden de ideas, sentenció que cuando vea algo malo, se lo dirá en privado a las partes que estén en capacidad de arreglarlo.
“Me siento impedido para ver las cosas malas de Nacional. El día que las vea o quiera decirlas, las diré en donde puedan arreglarlas”, comentó el director técnico, que actualmente trabaja con FIFA y la Conmebol.
Incluso el estratega comparó su amor por el equipo con el amor que sentiría por una pareja: “A Nacional lo miro como mi novia, mi mujer, mi esposa. Uno a ellas siempre le ve lo bueno, nada malo, aunque no quiere decir que no los tenga”.
Inicios en la dirección técnica
Así empezó su historia
“En el Once Caldas, en un momento cuando termino en Bucaramanga. Me voy al Tolima, de allá salgo a vacaciones y los jugadores iban a Santa Fe. Yo dije que me quedaba. Vino Luis Cubillas a mi consultorio y me pidió que fuera su asistente técnico, pero que no podía serlo estando mis propios compañeros. Me fui a dirigir entonces a los pelaos’. En un momento, cuando se va Cubillos, me llama el señor Wbeimar Muñoz y me dice que me están buscando del Once Caldas. Salgo asustado y voy donde Mario Ruíz, que era el DT, y le digo que me habían pasado esa invitación. Yo le dije que me faltaba tiempo y él me dijo que era mi turno, que porque después iba a reemplazarlo a él. Wbeimar hizo el contacto con el presidente del Once Caldas”.
De Nacional a la Selección
“Después de Once Caldas, que ese convirtió en el equipo de todos porque, por necesidad y no por convicción, terminó con un equipo netamente de jugadores colombianos. Jugadores espectaculares, que eran todos colombianos. Eso hizo que Nacional, por convicción, quisiera hacer ese proceso. Me trajeron, me invitaron a que trabajara. Que conseguir jugadores, potenciar el lado derecho, las dificultades. Ahí encontré el respaldo del doctor Ochoa. Cuando ese Nacional empezó a jugar, encontramos un escenario extraordinario. Nacional le debe mucho a Barranquilla, porque con su futbol enamoró a la ciudad. Allá íbamos y era nuestra segunda casa. Todos hablaban bien de nosotros, éramos felices porque nos respaldaba la gente. Eso hizo que en un momento determinado, cuando me nombraron para la Selección Colombia, no era un capricho, sino que se buscaba un proyecto. En ese tiempo, la selección que había encandilaba al mundo era Holanda, que tenía la base del Ajax. Colombia tenía una base que era Nacional. Esa base era de seres humanos extraordinarios, que con brazos abiertos recibieron a los que nos podían hacer mejor. Esa Selección fue al preolímpico, después una Copa América interesante, en la que aparecieron jugadores y fuimos terceros ganándole al campeón del mundo en su casa”.
Cambios en el fútbol sudamericano
Manejo de los jugadores
“Hay una cosa que no podemos negar. La única constante en el universo es el cambio. El futbol no es una cuestión de maniquíes, es de seres humanos y todo somos diferentes, cambiamos todos los días… Cuando llegó Alejandro (Domínguez) a la presidencia de la Conmebol, Sudamérica había sido campeona en 2002 con Brasil y teníamos nueve títulos mundiales siendo diez países apenas, Europa, que son 50, tenía ocho. Lo logramos por el talento que tenemos, salían de acá los mejores del mundo. Cuando empieza la nueva generación, se busca copiar lo que hacen en Europa. En Sudamérica queríamos la condición física del europeo y ellos querían el talento de América. Nosotros adaptamos la condición física, pero nos olvidamos del talento. Queremos decirle a los jugadores qué hacer, pero no es así, solo en defensa. Cómo le digo a un jugador que en las 18 haga tal cosa, si él ya sabe hacerlo”.
Pocos goleadores
“Todo pasa por el tema formativo. No creo que haya una fábrica para hacer jugadores, al jugado hay que descubrirlo y después marcarle, en la forma formativa, el camino que lo haga mejor. Pero el futbol nace con él. En el caso de Iván Zamorano, Marcelo Salas, Batistuta, Luis Suárez, tiene en común que fueron goleadores a los sub-13, sub-15, sub-17 y sub-20. No fue de la noche a la mañana que se volvieron goleadores. Salah, por ejemplo, en Italia era un desperdicio como atacante, pero encontró una persona colombiana que lo trabajó y terminó siendo el Salah que hoy conocemos. Le enseñó los detalles mínimos que se necesitan. A veces un detallito cuenta, marcan diferencia. El goleador nace, viene desde pequeño. En esa etapa de formación nadie triunfa solo. El entrenador va formando, pero el jugador necesita de la esencia, que tenga el aire y la tranquilidad de saber que es un proceso. Esos seres humanos de ahora son diferentes. Antes jugábamos partido el domingo y teníamos susto de ir el martes al entreno porque tocaba ver el video y lo pillaban a uno. Ahora los jugadores no se ven como jugadores, sino que sienten como jugadores, por lo que dice la prensa, que los ponen arriba para venderlo. Esos seres humanos hay que formarlos como tal, para que cada uno haga lo que tiene que hacer. Hay que ser prudente. Estos chicos ahora no quieren estudiar porque quieren ser futbolistas. Los padres, en la época de nosotros, antes pedían hacer la tera, ahora los papás mismos los llevan allá. Ese es un tema no tan fácil, hay que analizar todo y buscar la solución”.
Crecimiento del jugador a partir del aprendizaje
“Miremos al futbolista como un ser humano, que precisamente es el que juega. El ser humano procura mejorar y lo hará. Después, ese ser humano que juega pude tener una formación que le permita conocer los principios. Por ejemplo, los duelos en defensa están casi que prohibidos, pero hoy ves un defensa en Sudamérica que quiere salir gambeteando. Nadie le dijo que eso no se podía hacer. Ahora, ves a un Vinicius, que debes celebrar, fortalecer y entusiasmarlo. El formador debe conocer qué debe formar, sin inhibir ni destruir lo que es el talento”.