5 frutas que puede comer de noche para bajar de peso y dormir mejor
Una dieta balanceada debe contener buena cantidad de frutas y verduras. Su consumo no solo ayuda a tener un peso saludable, también impacta de manera positiva sobre otros aspectos de la salud.
El consumo de frutas y verduras es un punto de especial importancia para llevar una dieta balanceada y saludable.
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Según instituciones como la Organización Mundial de la Salud, una persona con buenos hábitos alimenticios debería consumir al menos 400 gramos de frutas y verduras cada día.
Para algunos, esto puede representar un verdadero reto. Sobre todo con las verduras, pues es bien sabido que no son de preferencia de todo el mundo.
Sin embargo, con las frutas sucede algo un tanto diferente. La variedad y exquisitez de muchas de ellas hace que se facilite su incorporación a la dieta cotidiana.
Las frutas, según profesionales del área de la nutrición, tienen beneficios que van más allá de regular y aportar al mantenimiento de un peso adecuado.
Cada una, por la cantidad de vitaminas que ofrecen al cuerpo, cumple funciones específicas o pueden ayudar a que algunas funciones del organismo se regulen.
Existe, por ejemplo, un segmento de las frutas que tiene efectos directos sobre la regulación del sueño y trae beneficios secundarios como la metabolización de grasas.
En ese sentido, se pueden consumir en las últimas horas del día, sin temor a que hagan mal al organismo y con la seguridad de que no solo aportarán a tener un sueño reparador, sino que la constancia en su consumo terminará revelando efectos sobre el peso.
Frutas que mejoran el sueño y ayudan a bajar de peso
Si de frutas que ayudan a controlar el peso se trata, la lista puede hacerse interminable. En general, como ya se ha dicho, todas las frutas deben hacer parte de una dieta balanceada.
Sin embargo, algunas frutas tienen efectos específicos sobre el sueño. Su consumo en la cena o antes de dormir ayuda a conciliar y sostener el sueño mejor durante las horas de descanso.
La presencia de melatonina, triptófano y el magnesio, entre otras sustancia químicas de origen natural, ayudan a tener un mejor descanso.
- Cerezas: esta pequeña fruta es una de las que tienen mayor contenido de melatonina, un componente de tipo hormonal, presente en plantas, animales y personas, que ayuda a la regulación del sueño. El jugo de las cerezas también lo contiene, aunque en menores cantidades. Sin embargo, en las cerezas secas no está presente.
- Melón: igual que la sandía y la piña, esta fruta tiene alto contenido de agua y pocas calorías. Aporta al cuerpo altas cantidades de vitaminas A, B y C, que ayudan a la prevención de distintas enfermedades. También aporta betacarotenos, que ayudan a prevenir algunos tipos de cáncer.
- Kiwi: esta fruta es rica en vitaminas C y E. También aporta al organismo importantes cantidades de potasio y ácido fólico, responsable de la generación de células nuevas. Su consumo, además, está comprobado por experimentos que acelera la capacidad para dormir y mejora la calidad del sueño dadas sus propiedades antioxidantes.
- Manzana: el consumo de manzanas durante el día es común, es popular en las loncheras y muchas personas las comen porque producen efecto de saciedad. Esta característica no solo funciona en el día, sino también durante la noche. Pero, además, es una fruta rica en antioxidantes y fibra, que aportan a la regulación del azúcar en la sangre y la digestión, lo que tiene un efecto directo sobre la calidad del sueño.
- Piña: igual que con el melón, esta fruta ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre. Pero, además, contiene bromelina, una enzima de origen vegetal que acelera la descomposición de las proteínas y favorece los procesos digestivos y de absorción de nutrientes. Durante la noche, el organismo mantiene activo, por lo que el consumo de piña favorece la función digestiva y beneficia el sueño.
Otras recomendaciones
Aunque el consumo de frutas puede tener evidentes buenos resultados sobre la salud, especialmente los asuntos digestivos, así como la calidad del sueño y la pérdida de peso, esto no es suficiente.
Los médicos recomiendan adoptar otros hábitos de vida saludable que aporten a tener un mejor sueño, como evitar el consumo de cafeína.
Ingerir altos niveles de cafeína, especial en la tarde y en la noche, tiene efectos estimulantes sobre el organismo que obstaculizan la conciliación del sueño.
El consumo de alcohol también puede afectar los ciclos del sueño, aunque en apariencia y al principio ayude conciliar el sueño, por lo que también se recomienda la moderación en su ingesta.
Finalmente, los nutricionistas recomiendan no consumir alimentos demasiado tarde, a altas horas de la noche y justo antes de dormir.
Esto no solo provoca dificultades para conciliar el sueño y hace más difícil el proceso de digestión, sino que puede producir efectos como el incómodo reflujo.
De una buena alimentación depende el bienestar de todo el organismo.