En medio de los<b> procesos de retorno de integrantes de los dos resguardos indígenas de Risaralda</b>, el Gitó Dokabú y el Unificado Embera Chamí a sus territorios en el municipio de Pueblo Rico, se han realizado varios acuerdos entre los gobernadores, la Unidad de Víctimas, autoridades nacionales, departamentales y locales, que le brinden a las comunidades las garantías para permanecer en sus veredas. A estos planes se les realiza constante seguimiento para verificar que se estén cumpliendo acciones de capacitación, formación e infraestructura; sin embargo, el director territorial de la Unidad Para las Víctimas en el Eje Cafetero,<b> Luis Eduardo Torres</b>, expresó que<b> falta mucha articulación con las autoridades locales y voluntad institucional</b> para cumplir todas las acciones a cabalidad.Además, hizo<b> un llamado al Ministerio de Vivienda</b> frente al estado crítico de los proyectos habitacionales para las comunidades ancestrales.La autoridad mayor del resguardo Gitó Dokabú,<b> Luis Campaña</b>, manifestó que es necesario volver a los diálogos con el Gobierno Nacional para garantizar el retorno de los indígenas que aún se encuentran asentados en la ciudad de Bogotá.Por su parte <b>Julio Nayaza</b>, autoridad del resguardo Unificado Chamí, enfatizó en la importancia de unificar el trabajo que realizan todas las instituciones y autoridades en cumplimiento de los planes de acción.<b>El plan de retornos y reubicaciones tiene 25 acciones para el resguardo Unificado Chamí y 13 para el Gitó Dokabú</b>, todas estas se focalizan en formación para el emprendimiento desde saberes ancestrales como el uso de plantas medicinales, tejido de collares, insumos para artesanías y producción, capacitación a mujeres indígenas en diferentes áreas, apoyo en el desarrollo de proyectos productivos de café y cacao, infraestructura educativa, dotación para las aulas y la guardia indígena, entre otros.