Crónica: En el Carrasco con Consuelo Ordóñez, candidata a la alcaldía de Bucaramanga
Caracol Radio acompañó a la primera exgerente de la Empresa de Aseo de Bucaramanga, Emab en un recorrido por el relleno sanitario donde fue recibida por recicladores que la consideran su mamá.
Crónica con Consuelo Ordóñez, candidata a la alcaldía de Bucaramanga
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Caracol Radio
Bucaramanga
Una madrugada de 1999, Rafael Rincón Ordóñez creyó que no podría ir al colegio Panamericano donde estudiaba pues una flota de camiones de basura se había estacionó frente a su casa en Cabecera del Llano. Era una protesta de los trabajadores de Empresas Públicas que temían el cambio a orra organización. Meses después, la hustoria cambió. Los manifestantes despiduieron a Consuelo Ordóñez, la mamá de Rafael con una fiesta pues había sentado las bases para un manejo adecuado y una disposición eficiente de basuras en Bucaramanga; tanto que terminaron despidiéndola con una fiesta unos meses después.
En la serie de crónicas de Caracol Radio con los candidatos a la alcaldía de Bucaramanga, acompañamos a Consuelo Ordóñez, inscrita por el movimiento significativo “Bucaramanga La Berraquera”, a un recorrido por el relleno sanitario del Carrasco. Cuando arribó, buscó la valla donde hasta poco se exhibía la resolución que expidió en su calidad de directora del Área Metropolitana ordenando la creación de la planta de tratamiento de lixiviados para que toda la porquería del lugar no terminara cayendo a la quebrada La Iglesia.
Dice que hace más de 20 años, cuando fue la primera gerente de la Emab, el lugar era un vulgar vertedero de basuras. Había malos olores; gallinazos, vectores y los lixiviados iban directamente a la quebrada La Iglesia. A su encuentro, en la ECA, la estación de Clasificación y Aprovechamiento, de la Emab, sale Ever Hernández Trejos, conductor de la cooperativa Bello Renacer que agrupa a 157 familias.
Ever recuerda que aun soltero, sacaba arena del río de Oro en Chimitá. Dejó a su novia embarazada; metió las patas, dice y así fue como llegó al Carrasco donde trabajaban los suegros. En la ECA, en la sede de la cooperativa Bello Renacer hay un museo. Se compone de reliquias rescatadas del Carrasco y fotos; en una de las imágenes aparece Consuelo Ordóñez, entonces gerente de la Emab en lo que parece ser un parque Recrear con un radio de comunicaciones al cinto.
De ese aparatico se acuerda muy bien Jaime Hernández Gualdron, pensionado. “Usaba los códigos con los cuales nos identificabamos y nos llegaba a donde estuviéramos. Había que estar a la trinca”, expresa el señor Hernández cuando habla de la entonces gerente de la Emab.
La visita al Carrasco prosigue al rayo del sol. Tardará dos horas; nos explican el funcionamiento de la planta de tratamientos de lixiviados que trabaja bajo el concepto de ósmosis inversa. Vemos a lo lejos la actual cárcava a donde llegan mil toneladas diarias de desperdicios; entramos al parque contemplativo construido sobre montañas de basura; visitamos la planta de compostaje. En cada parada hay técnicos que hablan con respeto a Consuelo Ordóñez.
En un descanso, la candidata relata a los reporteros de Caracol Radio que fue la menor de 8 hermanos y que creció en una casa de la carrera 38 entre las calles 41 y 42. Fue la niña mimada de Rafael Ordóñez Da Costa, un comerciante que murió cuando ella tenía solo 14 años. Define ese trance como el primer bran dolor de su vida. Estudió en las Pachas, el colegio de solo niñas regentado por monjas donde un día, las 7 adolescentes del grupito de amigas supieron de un tal arquitecto que había llamado a una de ellas, a Patricia Turbay.
Ese amigo que le consiguieron para que no quedara como la violinista, era José Gabriel Rincón. Le llevaba 11 años. Se casaron 36 meses después de noviazgo, en la iglesia de San Pío Décimo. Rafael, el hijo mayor de Consuelo y José Gabriel se une al recorrido por el Carrasco. Destaca que en su casa siempre fueron amigables con el ambiente, aun cuando el asunto daba para burlas.
Consuelo Ordóñez evoca que antes de terminar la carrera de Economía se vinculó a la Corporación de Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb por recomendación de Eduardo Prada Serrano, su profesor de Macroeconomía, en la Universidad Santo Tomás. Meses después en la inauguración de la planta de tratamiento de aguas residuales, la PTAR de Río Frío, conoció a Manuel Rodríguez Becerra, el gerente general del Inderena. De forma espontánea lo invitó a un recorrido por la cuenca del río Lebrija. Al otro día la llamó para comunicarle que la iba a designar como gerente regional del organismo.
En 1994, cuando el maestro Rodríguez Becerra se convirtió en el primer ministro del Ambiente del país, la designó como gerente general del Inderena. La candidata no duda en decir que fue la época más maravillosa de su vida. Luego, hubo cambio de gobierno y de ministro; asumió Ernesto Gulh Nannetti, uno de los ambientalistas más respetados del país que no la dejó volver a Bucaramanga. Regresó más tarde para trabajar en el montaje de la primera especialización en ingeniería ambiental de la UIS y vinieron la alcaldía de Cote Peña, la creación de la Emab y el trabajo incesante en el Carrasco donde perdió el olfato
Pero a esta crónica le falta un título. Podría ser “El Carrasco y María”, por el depósito de basuras que ha sido la pasión de Consuelo y por María la primera de las 3 nietas de los esposos Rincón Ordóñez. La niña sufrió un infarto aun en el vientre de su mami, Lali, Laura la segunda hija de la candidata. El relato entonces cambia de tono. Hoy María de 7 años está bien; vive en México con sus papás y su hermanita Macarena. Antes de continuar con lo serio, con la política, le pregunto cómo se divierte, que hace en los ratos libres una mujer que siempre habla en serio, como si diera una cátedra apasionada sobre ambiente, reciclaje, formulación de proyectos y planeación, sus fuertes.
Consuelo Ordóñez recibió los coavales del Nuevo Liberalismo y de la Liga, la liga de Rodolfo Hernández que sigue sin aparecer. Supondría uno que ella sabe del ingeniero. Dice que está pendiente de la actividad política y que en cualquier momento regresará a la ciudad.
De forma constante durante toda la mañana, la candidata ha hablado de servicio público, de lo que debe ser la actitud protectora de las ciudades y de su transformación. Recuerda que durante 35 años ha trasegado por todo tipo de cargos poniendo orden; exigiendo; imprimiendo carácter. Expresa que su prioridad es mejorar la calidad de vida de los bumangueses a partir de algunos principios básicos.
Llega el mediodía; Rafael Rincón Ordóñez debe volver a Bogotá; había venido a su tierra solo por unas horas para estar en el recorrido por el Carrasco con su mamá. Es especialista en arbitraje; litigio y derecho internacional; tiene una maestría de la Universidad de Nueva York; trabaja en una firma de abogados de la que ya es socio y dicta clases en la Universidad Javeriana.
El hijo mayor de quien podría ser la primera alcaldesa de Bucaramanga en 423 años habla con pleno convencimiento de la persona, de la técnica, de la candidata y de lo bien que caería su elección el próximo 29 de octubre.