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La batalla por la CAR

Se cierra hoy una primera parte del proceso que definirá la elección de quien quedará al frente de una de las entidades más poderosas del país.

Como indica su nombre, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, CAR, es una entidad autónoma, pero en la realidad se mueven alrededor de ella innumerables poderes e intereses, políticos y económicos, cuya presión marca no pocas veces el rumbo de sus decisiones.

Las CAR son lo que la Corte Constitucional ha definido como organismos administrativos intermedios, entre el sector central y los entes territoriales. Tienen funciones de interés público y de la comunidad. Por ley, ejecutan políticas medioambientales, son la máxima autoridad ambiental en su jurisdicción regional y contratan con entes territoriales y otras entidades públicas y privadas. Tienen cerca de treinta funciones, una de las cuales es de capital importancia: otorgar concesiones, permisos, autorizaciones y licencias.

La CAR tiene enormes poderes en Cundinamarca y Boyacá: puede colaborar o atravesarse con infinidad de proyectos de la Alcaldía de Bogotá, es clave para los proyectos de construcción y cuenta con enormes recursos: actualmente su presupuesto de inversión definitivo es de 1.7 billones, más que el de muchos departamentos, con la diferencia que no tiene que hacer las inmensas inversiones sociales de tales entes. Y, de ñapa, 4.500 puestos.

Desde el pasado lunes 2 de octubre, hasta hoy a las 2:30 de la tarde, se reciben hojas de vida de los interesados a convertirse en el sucesor de Luis Fernando Sanabria, actual director y exalcalde de Chiquinquirá. Como suele suceder cada año, en la urna ubicada en la sede central, en la Avenida Esperanza # 62-49, se depositarán no menos de 70 hojas de vida.

Esas hojas pasarán por el estudio de un comité designado por el Consejo Directivo de la Car, que descartará las de aquellos aspirantes que no cumplan con los requisitos. Las hojas que pasen ese filtro llegarán a manos del Consejo, para que el 25 de octubre se haga la elección. Es decir, desde hoy hasta el 25 comienza una cruenta batalla de intereses, maniobras, recomendaciones e intrigas que la opinión pública no percibirá.

Hoy corren ríos de dinero, promesas y ofrecimientos, pues quien dirija la CAR será determinante en el enfrentamiento Bogotá-Presidencia, el futuro de la reserva Van der Hammen en materia o no de desarrollo urbano, la ALO, la Boyacá y docenas más de obras. Decisiones de una corporación que en ocasiones resulta más poderosa que la propia gobernación de Cundinamarca.

Como en su momento confirmó Caracol Radio, Luis Fernando Sanabria no aspirará a la reelección, así que el más opcionado hoy es Alfred Ballesteros, quien hace una década ya ocupó el cargo. Ballesteros, muy cercano a Sanabria, en lo profesional y en lo personal, cuenta con el apoyo de dos poderes políticos afines en la región, los del gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, y del exgobernador y nuevamente candidato, Jorge Emilio Rey.

El día 25 de octubre se dará la votación del Consejo Directivo, donde todos los votos pesan igual. El gobernador de Cundinamarca es uno de los votos y, a menos que haya rebeldía en las filas, cuenta con otros tres votos de los alcaldes de los municipios que este año pueden pronunciarse: Funza, Zipaquirá y El Colegio.

El gobernador de Boyacá, Ramiro Barragán, también vota, a través de su delegado, el ex alcalde de Chiquinquirá César Augusto Carrillo, además exaspirante a la dirección de la corporación. Vota un alcalde del departamento, en este caso, el de Ráquira. La alcaldesa Claudia López tiene un voto, en cabeza de su delegada, Carolina Urrutia.

El presidente de la República, aunque a veces Gustavo Petro quiera mantener distancias con la CAR, tiene dos votos: el de Gustavo Carrión (o Claudia Arias), uno de ellos en representación de la ministra de Ambiente, y el de la ex secretaria de Planeación y ex secretaria de Hábitat y Vivienda del entonces alcalde Petro, María Mercedes Maldonado.

La ecuación de poder se completa con los votos de dos representantes del sector privado: Luis Alfonso Rubiano, de Fedecundi (Federación de Productores de Carbón de Cundinamarca), y Danilo Ramírez, de Certimotos Gir, del ámbito del diagnóstico automotor.

Las comunidades indígenas tienen un voto, en cabeza de Julio Hernando Balsero, y las entidades sin ánimo de lucro cuentan con el último voto, ejercido por Andrés Iván Garzón, de Eco Planet 21, una persona con vinculación a ONGs por más de veinte años.

Si los gobernadores mantienen el orden y se cristalizan acuerdos que ya se están haciendo, y si su campaña es efectiva, el director por cuatro años contados a partir del primero de enero del 2024, sería Alfred Ballesteros.

Sobre todo, porque no hay claridad en si el presidente tiene su propio candidato. De ser así, habría que ver cuántos de los alcaldes salientes se mantienen firmes a los gobernadores ante un “cañonazo” desde Palacio de Nariño y si sectores como el de los indígenas y las entidades sin ánimo de lucro terminan alineados con el gobierno. Quien haya ganado en la batalla por la CAR será presentado públicamente el 25 de octubre, como antesala de las elecciones.

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