Ciencia y medio ambiente

¿Por qué la NASA lanzará cohetes al espacio durante el eclipse solar del 14 de octubre?

En el momento en el que millones de personas en América del Norte y del Sur estarán observando el ‘anillo de fuego’, la agencia estadounidense enviará tres cohetes a la ionosfera ¿Qué quieren descubrir?

Imagen de referencia, lanzamiento de la NASA, eclipse solar. Fotos: Getty Images.

Imagen de referencia, lanzamiento de la NASA, eclipse solar. Fotos: Getty Images.

La agencia espacial estadounidense, NASA, anunció que lanzará tres nuevas sondas a la capa de la atmósfera terrestre conocida como ionosfera durante el eclipse anular del próximo 14 de octubre, según explicó en un comunicado. Los científicos esperan aprovechar este fenómeno para estudiar cómo la caída repentina de la luz solar afecta nuestra atmósfera superior.

El profesor de ingeniería física en la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle, Aroh Barjatya, es el director de la misión bautizada como Perturbaciones Atmosféricas Alrededor de la Trayectoria del Eclipse o APEP.

Según explica la NASA, a unos 75 kilómetros de altura, donde serán enviadas estas sondas, el aire mismo se transforma en electricidad. Los científicos llaman a esta capa atmosférica ionosfera porque en ella el componente ultravioleta de la luz solar puede extraer electrones de los átomos para formar un mar de iones y electrones de alto vuelo.

La energía constante del Sol mantiene separadas estas partículas que se atraen mutuamente durante todo el día. Pero, a medida que el Sol se esconde bajo el horizonte, vuelven a combinarse en átomos neutros durante la noche, solo para separarse nuevamente al amanecer, como explicó la entidad norteamericana.

¿Qué pasa en la ionosfera cuando ocurre un eclipse?

Durante un eclipse solar, la luz del sol desaparece y reaparece sobre una pequeña parte del paisaje casi al mismo tiempo. En un instante, la temperatura y la densidad de la ionosfera caen y luego vuelven a subir, enviando ondas a través de la ionosfera, según ilustra la NASA,

Barjatya comparó la situación en esta capa de la atmósfera con “un estanque con algunas suaves ondas, el eclipse es como una lancha a motor que de repente atraviesa el agua”. “Crea una estela inmediatamente debajo y detrás de él, y luego el nivel del agua sube momentáneamente a medida que vuelve a entrar”, agregó el científico.

En 2017, cuando un eclipse solar total se hizo visible en América del Norte, muchos instrumentos, ubicados, incluso, a muchos cientos de kilómetros fuera de su trayectoria, detectaron importantes cambios atmosféricos. De igual manera ocurrió con infraestructura fundamental, como el GPS y los satélites de comunicaciones, de los que dependemos en la cotidianidad.

“Todas las comunicaciones por satélite pasan por la ionosfera antes de llegar a la Tierra”, dijo Barjatya. “A medida que nos volvemos más dependientes de los recursos espaciales, necesitamos comprender y modelar todas las perturbaciones en la ionosfera”.

Esta es la razón detrás del diseño de la misión APEP, cuyas siglas forman también el nombre de una divinidad encarnada en serpiente en la mitología egipcia, rival de la deidad del Sol, Ra. Dice el mito que Apep perseguía a Ra y de vez en cuando casi lo consumía, provocando así los eclipses.

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Serán tres cohetes sucesivos lo que planea lanzar el equipo APEP: uno, unos 35 minutos antes del máximo ocultamiento, en la vertical de la base de lanzamiento de White Sands, en Nuevo México; otro durante este punto máximo; y otro, 35 minutos después.

La misión buscará ser pionera en la captura de mediciones simultáneas tomadas desde múltiples lugares de la ionosfera durante un eclipse solar, esto se logrará, según esperan los científicos, cuando los cohetes transiten justo fuera del camino de anularidad, donde la Luna pasa directamente frente al Sol.

Cada cohete desplegará cuatro pequeños instrumentos científicos, para así medir los cambios en los campos eléctricos y magnéticos.

“Los cohetes son la mejor manera de observar la dimensión vertical en las escalas espaciales más pequeñas posibles”, detalló Barjatya. “Pueden esperar para lanzarse en el momento justo y explorar las altitudes más bajas donde los satélites no pueden volar”.

La misión escogió cohetes de sondeo porque estos pueden señalar y medir regiones específicas del espacio con alta fidelidad. También pueden medir los cambios que ocurren a diferentes altitudes a medida que el cohete suborbital asciende y cae a la Tierra.

Los cohetes APEP tomarán medidas entre 70 a 325 kilómetros sobre el suelo a lo largo de su trayectoria.

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