El drama de las víctimas de la avalancha de Mocoa que esperan construcción de su vivienda
El incumplimiento por parte de las entidades gubernamentales correspondientes ha llevado a decenas de familias a vivir en casas improvisadas, mientras las obras siguen pausadas desde hace meses.
La difícil situación que viven cientos de víctimas de la avalancha de Mocoa a seis años de la tragedia
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Así se ven las casas improvisadas de quienes esperan su vivienda en el proyecto Sauces II de Mocoa, Putumayo
Hace seis años los habitantes de Mocoa en el Putumayo vivieron una tragedia por culpa de una avalancha que dejó a cientos de personas sin hogar, hoy, tiempo después de ese hecho, muchos de ellos se han visto obligados a levantar cambuches hechos con tablas y bolsas de basura mientras esperan promesas incumplidas de una vivienda digna.
Se trata de quienes ocuparían el proyecto inmobiliario Sauces II, el cual inició hace casi cuatro años, y que hoy no se ha entregado ni una sola unidad. De las 909 viviendas planeadas solo 168 están en ejecución y 12 tienen cubierta y acabados, pero se están pudriendo y no son habitables, pues no cuentan con servicios públicos y están sin terminar.
Cientos de personas viven en la invasión donde se supone les entregarían sus casas. Esta fue una decisión que tomaron decenas de familias afectadas que al no recibir sus viviendas y con el precio de los arriendos por las nubes, se han visto forzados a ocupar el terreno donde se construyen las casas.
En un terreno baldío, al lado de los cimientos del proyecto inconcluso, se ha creado una comunidad de las personas que esperan la promesa de una vivienda digna que no ha llegado. Tal es el caso de Taira Yineth, una manicurista que lleva años esperando su casa, quien describe cómo se enfrentan a distintos problemas viviendo de esta manera.
“Hay mucha gente de la tercera edad y discapacitados. Hay hogares que, a pesar de tener un núcleo familiar formado, alojan otras personas, pues no tienen dónde vivir”, dice Taira Yineth quien a su pesar ve cómo las casas que se le prometieron no han sido construidas, y el cemento destinado para su edificación se ha dañado debido a que fue dejado a la intemperie por los contratistas de la obra.
La población ha denunciado que la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo y de Desastre, quienes están encargadas del proyecto, no han cumplido con lo que se estableció en su momento. Don Jaime, quien lleva meses habitando en la invasión, describe que a pesar de que ellos realizaron un paro y se han hecho reuniones con entes de control y los responsables, no se ha visto avance alguno en la obra.
El alcalde del municipio, John Jairo Imbachí , dice estar disgustado con el incumplimiento de la Unidad, y advierte que muy probablemente se deba hacer un desalojo de la invasión, dejando a cientos de personas sin un lugar a dónde ir. “Tienen que desalojar para que la Unidad continúe la construcción de las viviendas, son ellos los dueños del espacio pero deben avisar con anterioridad”, dijo el alcalde.
Imbachí dijo también que la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo les manifestó que el contratista incumplió y les estarían liquidando los contratos para asignarle este proyecto a otro contratista. Sin embargo, ese contrato se ha congelado hace unos meses y no se ha visto respuesta de la Unidad a la comunidad al respecto.
Pese a que el gobierno destinó cuantiosos dineros hace unos meses mediante la declaración de emergencia para solucionar este y otros problemas de Mocoa, el vicecontralor en funciones de contralor general, Carlos Mario Zuluaga dijo que estos ni siquiera se encuentran en fase de ejecución.
“Se debían invertir 1.6 billones de pesos en el departamento. A dos meses, solo se han comprometido, más no ejecutado, 400.000 millones. Esto pone en evidencia que aquí hay falencias en la capacidad operativa y de Gestión de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo”, dijo Zuluaga.
Por esta razón la Contraloría decidió abrir un proceso sancionatorio contra el ex director de la UNGRD Javier Pava Sánchez, y también de la actual cabeza de la entidad, Olmedo López. “Estas personas no han respondido. No respondieron, no dejan monitorear el avance de las obras y tampoco están en esta reunión”, puntualizó el funcionario.
Edificaciones que se pudren esperando la intervención de los entes gubernamentales y cientos de personas viviendo en casas improvisadas ante la inclemencia del clima y la naturaleza, es el resultado de un proceso de víctimas de una tragedia provocada por la naturaleza que son revictimizadas con la no respuesta de unas autoridades que les han incumplido.