Ciencia y medio ambiente

Océanos están cambiando de color por culpa del cambio climático: cada vez son más verdes

El color del océano ha cambiado significativamente en los últimos 20 años, y la tendencia global es probablemente una consecuencia del cambio climático inducido por el hombre

Aerial view from a seaplane. small white boat is seen floating atop oil covered waters of the Gulf of Mexico. the ocean water is a deep blue and teal color.

Aerial view from a seaplane. small white boat is seen floating atop oil covered waters of the Gulf of Mexico. the ocean water is a deep blue and teal color. / Photographer Kris Krüg

Un equipo, integrado por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, del Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido y de otros centros investigadores, afirmó haber detectado cambios en el color de los océanos durante las dos últimas décadas que no pueden explicarse únicamente por la variabilidad natural interanual.

Estos cambios de color, aunque sutiles para el ojo humano, se han producido en el 56% de los océanos del mundo, una extensión mayor que la superficie terrestre total de la Tierra, revela el estudio, publicado en la revista Nature.

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¿Qué encontraron?

En concreto, descubrieron que las regiones oceánicas tropicales cercanas al ecuador se han vuelto cada vez más verdes con el paso del tiempo. El cambio de color de los océanos indica que los ecosistemas de la superficie oceánica también deben estar cambiando, ya que el color del océano es un reflejo literal de los organismos y materiales de sus aguas.

Por el momento, los investigadores no pueden decir exactamente cómo están cambiando los ecosistemas marinos para reflejar el cambio de color. Pero de una cosa están seguros: el cambio climático inducido por el hombre es probablemente el causante.

El color del océano es un producto visual de lo que hay en sus capas superiores. Por lo general, las aguas de color azul intenso reflejan muy poca vida, mientras que las aguas más verdes indican la presencia de ecosistemas, y principalmente de fitoplancton -microbios parecidos a las plantas que abundan en las capas superiores del océano y que contienen el pigmento verde clorofila-. Este pigmento ayuda al plancton a captar la luz solar, que utiliza para capturar el dióxido de carbono de la atmósfera y convertirlo en azúcares.

El fitoplancton es la base de la red trófica marina que sustenta organismos progresivamente más complejos, hasta llegar al krill, los peces y las aves y mamíferos marinos. También es un poderoso músculo en la capacidad del océano para capturar y almacenar dióxido de carbono.

Por ello, los científicos están muy interesados en vigilar el fitoplancton en la superficie de los océanos y ver cómo pueden responder estas comunidades esenciales al cambio climático. Para ello, los científicos han seguido los cambios en la clorofila, basada en la relación entre la cantidad de luz azul y verde que se refleja en la superficie del océano, que puede controlarse desde el espacio.

Pero hace aproximadamente una década, Stephanie Henson, del National Oceanography Center, y coautora del estudio actual, publicó junto con otros autores un artículo en el que se mostraba que, si los científicos siguieran sólo la clorofila, harían falta al menos 30 años de seguimiento continuado para detectar cualquier tendencia que se debiera específicamente al cambio climático.

La razón, según el equipo, es que las grandes variaciones naturales de la clorofila de un año a otro abrumarían cualquier influencia antropogénica en las concentraciones de clorofila. Por tanto, harían falta varias décadas para detectar una señal significativa impulsada por el cambio climático en medio del ruido normal.

Diferencia de color

Las diferencias de color que capta el satélite son demasiado sutiles para que las pueda diferenciar el ojo humano. Gran parte del océano parece azul a nuestros ojos, mientras que el color real puede contener una mezcla de longitudes de onda más sutiles, del azul al verde e incluso al rojo.

Para ver si esta tendencia está relacionada con el cambio climático, se recurrió al modelo de Dutkiewicz de 2019. Este simulaba los océanos de la Tierra en dos escenarios: uno con la adición de gases de efecto invernadero y otro sin ella.

El modelo de gases de efecto invernadero predijo que en 20 años debería aparecer una tendencia significativa y que esta tendencia debería causar cambios en el color de los océanos en aproximadamente el 50% de los océanos superficiales del mundo, encontró en su análisis de los datos satelitales del mundo real.

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