¿Cuándo un dolor de espalda y cuello pueden significar un problema mayor de salud?
A pesar de que los dolores de cuello y espalda son comunes, no debe dejarlos pasar desapercibidos, ya que pueden ser señal de algo más grave
Con las largas horas laborales y el estrés acumulado, es usual que una gran mayoría de personas experimenten fuertes dolores cervicales. Normalmente, para el alivio del dolor se recurre a analgésicos y antiinflamatorios bajo supervisión médica. De igual manera el tratamiento fisioterapéutico ayuda a manejar el dolor y a mejorar la movilidad. Otra estrategia para la molestia son las duchas en altas temperaturas y mucha presión durante 10-15 minutos.
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No obstante, debido a la normalidad de este tipo de molestias usted puede empezar a ignorar que el dolor puede ser un síntoma de una enfermedad si este viene con otras molestias. Es importante que consulte con su médico si detecta estas señales de alerta.
Si el dolor cervical viene acompañado de fiebre, dolor de cabeza y rigidez en la nuca, podría ser una sintomatología que podría indicar meningitis bacteriana, una infección de la médula espinal y las membranas del cerebro que requiere tratamiento con antibióticos.
Por otro lado, si la molestia desciende por un brazo y también experimenta debilidad, entumecimiento u hormigueo en ese brazo o mano puede ser un signo de que una hernia de disco cervical está presionando un nervio.
Cuando la pérdida de control de los intestinos o la vejiga está junto al dolor cervical puede ser un indicio de lesión de la médula espinal.
También debe estar atento a la inestabilidad. Si de repente, usted puede inclinar hacia adelante o hacia atrás la cabeza, más allá de lo normal, puede ser un indicativo de una fractura o un desgarro de ligamentos. Este tipo de fracturas ocurren después de un impacto o una lesión.
A su vez, su dolor de cuello y espalda puede ser un indicativo de glándulas inflamadas. Estas pueden deberse a infecciones comunes, pero en ocasiones pueden ser síntomas de infecciones más graves: VIH, tuberculosis, sarampión, mononucleosis, entre otras. De igual manera, puede estar avisando alguna enfermedad autoinmune -como artritis reumatoide, lupus- o algunos tipos de cáncer, como el linfoma, la leucemia o algún tumor próximo al cuello.
Por último, debe estar atento al dolor o presión en el pecho, puesto que puede deberse a un ataque cardíaco o una miocarditis ya que estas enfermedades pueden estar causando el dolor de cuello.
Recuerde consultar con su médico ante una molestia persistente en su cuello y espalda, además de tomar medicamentos siempre bajo supervisión médica.