"Bogotá, una ciudad envidiada por el resto del mundo por su cultura ciudadana"
De acuerdo con Henry Murraín, subsecretario Cultura Ciudadana de Bogotá, la capital en la actualidad se destaca por ser más tolerante, con menos problemas de convivencia, menos conflictividad de vecinos, y evidencia mejor comportamiento de movilidad.
Los residentes de Bogotá demostraron preocupación en los micrófonos de Caracol Radio sobre el tema de la cultura ciudadana. Lo anterior, se debe a que existe una percepción generalizada que indica que en Bogotá no existe cultura ciudadana, esto argumentado en comportamientos como arrojar desechos en las calles, o, por ejemplo, no pagar el transporte público. Pese a esto, el subsecretario Cultura Ciudadana de Bogotá, Henry Murraín, aclaró en Caracol Radio que, aunque existe esta percepción, la capital ha logrado avanzar frente a la cultura ciudadana, debido a que los capitalinos han demostrado tener comportamientos que son congruentes frente a este asunto. De esta manera, la ciudad ha logrado convertirse en una ciudad envidiada por ser más tolerante, con menos problemas de convivencia, menos conflictividad entre vecinos, y mejor comportamiento de movilidad.
Ahora bien, Murraín aclaró que desde hace 20 años las distintas administraciones distritales se han encargado de hacer mediciones sobre el comportamiento de cultura ciudadana en Bogotá, por lo que se puede revisar y comparar qué tanto ha avanzado la ciudad, todo esto a través de encuestas a la ciudadanía. A su vez, el funcionario resaltó que el comportamiento reciente de los ciudadanos ha tenido como consecuencia que la ciudad sea envidiada a nivel de América Latina. Por otra parte, señaló que la prioridad de la alcaldesa Claudia López es trabajar para enfrentar el machismo, el cual desencadena varios comportamientos problemáticos.
Además, precisó que la cultura ciudadana es "la política pública que observa los comportamientos y algunos elementos culturales en los cuales podemos trabajar como colectividad para mejorar la situación de la ciudad, mejorar la convivencia o el relacionamiento. Pero no es posible hacer miles de cambios y miles de invitaciones a transformarnos como colectividad." De esta manera, este tema debe trabajarse con frecuencia y las medidas que se implementan deben adaptarse al avance de la sociedad.
Entrevista con el subsecretario Cultura Ciudadana de Bogotá, Henry Murraín:
Claudia López reconoció en los micrófonos de Caracol Radio la importancia de trabajar el tema de cultura ciudadana. ¿Qué temas está priorizando la Subsecretaria de Cultura Ciudadana?
Desde luego hay muchos temas en los cuales sería deseable que la ciudadanía se involucre. En este Gobierno por mandato de la alcaldesa Claudia López hay una prioridad por encima de todas, y es el cambio cultural alrededor del machismo. Ese es el tema más importante que nuestra alcaldesa ha establecido dentro de su plan de desarrollo y ejercicio de Gobierno. El machismo, por ejemplo, está detrás de violencia contra las mujeres. Las cifras de violencia contra las mujeres en Bogotá no han tenido una evolución positiva en los últimos años. Es decir, siguen altas y se han mantenido muy parecidas en los últimos 10 a 15 años, cosa que es extraña con todas las transformaciones que ha habido. El machismo genera buena parte o explica buena parte de las riñas y la conflictividad en el espacio público. Son los hombres los que más se matan, son quienes más ejercen violencia en el espacio público, porque se chocaron o porque en el partido de fútbol terminaron en una discusión. El tema de riñas y conflictividad ciudadana en nuestra ciudad es muy alta y buena parte de lo que lo explica es la lógica machista. Entonces, el machismo está detrás de muchas de las problemáticas que tenemos como sociedad.
¿Qué estrategias han creado para enfrentar el tema del machismo?
Desde el 2020 venimos trabajando este tema. Hemos creado las estrategias más grandes y estructuradas de cultura ciudadana, que son la Línea Calma, que es la primera línea de escucha para hombres en la ciudad de Bogotá; la escuela Hombres al Cuidado; y ¡A cuidar se aprende! Ambas son dos dimensiones importantes de lo que hemos venido entendiendo y reaccionando como gobierno, para facilitar la transición de los hombres para experimentar nuevas formas de ser hombres en una sociedad en donde claramente el machismo es un problema detrás de muchos problemas.
¿Han logrado una participación de los hombres en estos programas?
Tenemos más de 13.000 llamadas ya en la Línea Calma y siguen llamando todos los días hombres. Cuando lazamos la Línea Calma muchas personas decían, 'en una sociedad machista como la nuestra nadie va a llamar a expresarse'. Es la línea con más llamadas que se haya creado en el mundo para hombres. Nosotros estamos haciendo una innovación, porque se centra en la atención, en las emociones, y no es una línea a la cual tengas que ir por orden judicial como ocurre en otros países, es una línea de carácter más preventivo. Pero si comparamos Australia o algunas líneas de otros lugares, nosotros tenemos un nivel de llamadas muchísimo más alto. El hecho de que los hombres lo estén usando es un reconocimiento para los hombres de Bogotá, porque están entendiendo que el trámite de ciertas emociones, que a veces nos superan, es algo importante y para eso se necesita ayuda. Esa ayuda puede hacer que experimenten mejor sus emociones, se relacionen mejor con su entorno, y con ellos mismos.
¿Cuáles son los principales factores que impiden que haya mayor avance en la cultura ciudadana en Bogotá?
Lo importante es tener información de calidad y conocimiento del tema con datos, con investigación social de calidad. No se puede hacer cultura ciudadana echando ideas al aire. Hay que echar ideas a la base de los problemas claramente entendiendo el sentido cultural. Uno sabe qué está pasando y las motivaciones que hay en la ciudad, por ejemplo, quién hace qué a qué horas, y es muy difícil hacer cultura ciudadana. En eso hemos fortalecido la ciudad, en la capacidad de observación y conocimiento y eso nos ha permitido entender muchas cosas, por ejemplo, entender cómo las emociones como los celos están detrás de la violencia de pareja con una investigación que hicimos previa, entender que en Bogotá si tuviera una como la línea amarilla para experimentar un mejor trámite de emociones, y los datos no solo sirven para entender y hacer mejores políticas públicas, sino para poder hacer monitoreo y evaluación, sí lo estamos haciendo bien.
¿Cuál es la perspectiva que se observa de la ciudadanía frente a la cultura ciudadana en Bogotá?
Esta ciudad tiene una narrativa tremendamente negativa de sí misma. En la capital lo primero que hacemos es aprender a rajar diciendo que Bogotá es lo ‘peor’ y eso es muy problemático y falso. Es una ciudad que tiene una autoestima muy golpeada y que está super adiestrada en ver lo que no funciona, pero no está comprendiendo y observando lo que está haciendo bien, lo que mejora y lo que va avanzando. Desde el punto de vista de cultura ciudadana ese es el principal reto que enfrentamos, salimos a la calle y todos tienen el mismo relato. La información objetiva dice que está mejorando, además, en unas proporciones envidiables. No quiere decir que no haya problemas, pero es una ciudad que indudablemente va avanzando.
¿Qué hace que la narrativa sobre Bogotá continúe siendo negativa, pese a que en términos de cultura ciudadana ha mejorado?
Hoy en una sociedad mucho más comunicada con redes sociales en donde tú pones un video o dices ‘me paso esto’ y lo compartes a muchas personas, eso es una dificultad. Los problemas tienen una capacidad de maximizarse y de multiplicarse narrativamente en redes. Antes una pelea en TransMilenio ocurría, pero no era viral en 30 segundos. Hoy día un conflicto entre ciudadanos se hace viral. Pero Bogotá es mucho menos violenta hoy, hay muchos menos problemas de convivencia, las estadísticas de tolerancia dicen que vamos mejorando. Pero hoy día se habla mucho más de los problemas de la ciudad y por alguna razón que no terminamos de entender.
Bogotá es una ciudad en donde lo positivo todavía sigue siendo algo difícil de resaltar es como la antípoda con Medellín. En Medellín el relato es tremendamente positivo. Se enorgullecen de decir que su ciudad es maravillosa, en la capital nos pasa lo contrario, estamos adiestrados en despotricar. Pongo el caso porque, por ejemplo, Bogotá nunca ha sido más violenta que Medellín, históricamente Medellín siempre ha tenido tasas de homicidio más altas que Bogotá, pero la percepción de seguridad en Medellín siempre ha sido mejor. Entonces importa el relato, así como nuestro nivel de apropiación con la ciudad, el afecto con el que nos relacionamos con la ciudad y falta mucho eso.
En comparación con otras ciudades de Latinoamérica, ¿cómo se encuentra Bogotá en términos de cultura ciudadana?
Bogotá ha avanzado de manera envidiable. Por ejemplo, Bogotá en los años noventa era una ciudad violenta con una tasa de 80 homicidios y sistemáticamente todos los años, cada década, ha venido bajando su nivel de violencia, siendo hoy una de las capitales con menos homicidios de Latinoamérica. Bogotá tiene más o menos la mitad de los homicidios que tiene el promedio de América Latina y eso es reconocido en las otras ciudades de América Latina, pero en Bogotá la gente cada vez dice, ‘no esto está peor’. Bogotá pasó de tener una tasa de 25 muertes por cada 100.000, a estar en seis por cada 100.000, siendo la capital de América Latina con menos muertes en accidentes de tránsito, pero no se lo reconocen.
Bogotá tiene problemas como muchas ciudades del mundo, pero no tiene algunos problemas como muchas ciudades. La capital es envidiada por muchas ciudades del mundo, por temas como la reducción de homicidios; la reducción de accidentes de tránsito; la tasa de consumo de agua por casa. Esto último es una tercera parte de lo que pasa en Lima o ciudad de México, 10 metros cúbicos por casa, y hemos tenido casi un ahorro de agua mayor y un mejor consumo de agua y eso lo hace la gente de Bogotá, que tiene unas prácticas de consumo mejor que muchas ciudades de América Latina. La tasa del uso de bicicleta en Bogotá es envidiada, el tema del pago de impuestos en Bogotá es envidiado, es una ciudadanía que es tremendamente juiciosa. La gente de Bogotá es solidaria, es generosa. Cuando la gente dice Bogotá es la nevera, yo digo ‘sí es la nevera porque es el lugar en donde cualquiera viene y encuentra comida’. Eso es Bogotá, es el lugar en el que cualquiera puede venir a encontrar que comer.
Teniendo en cuenta que a Bogotá llegan personas de todo el país e, incluso, extranjeros, ¿la identidad podría llegar a ser uno de los factores que inciden en la percepción y narrativa negativa sobre la ciudad?
Eso no lo encontramos todos los días en la calle, ‘no hay amor por la ciudad’. La ciudadanía en común dice exactamente lo mismo, ‘es que Bogotá tiene un problema, como aquí viene gente de todas partes, entonces no la quieren.’ Las ciudades históricamente han sido el sitio donde se encuentran los distintos, eso es Nueva York, París, Roma. No es que sea una característica anómala. Lo que pasa es que tenemos un relato problemático de que la convivencia debe ser como homogeneidad. Yo creo que ningún neoyorquino dice, ‘nadie quiere a Nueva York’, Nueva York es rica por eso. Tenemos que empezar a ver la diversidad como un activo, y no como un obstáculo. No es cierto que la diversidad sea la fuente del conflicto. Bogotá es rica, es deliciosa, es maravillosa. Bogotá es el lugar en el que los artistas han hecho de la nueva música colombiana un fenómeno mundial. Carlos Vives o Shakira son imposibles de explicar sin Bogotá, porque eso es lo que hace Bogotá. La ciudad aprovecha la diversidad, genera las condiciones para potenciar esa diversidad, y se enriquece a partir de ella. Esta ciudad ha avanzado gracias a su ciudadanía.
La ciudadanía ha reconocido en los micrófonos de Caracol Radio que la educación es fundamental y, además, sus jóvenes son el futuro. Siendo así, ¿se están implementando medidas dentro de los colegios o fuera de los colegios distritales para promover la cultura ciudadana?
Claro, en Bogotá el tema de pedagogía ha estado en la cabeza también de nuestra secretaria de Educación. Existe un trabajo exhaustivo por parte del equipo de la Secretaría de Educación que lleva esto a las aulas. No obstante, parte de lo que plantea la cultura ciudadana es que la ciudad es un aula también, es como un espacio de educación. El espacio público, de interconexión con otros, es un espacio de aprendizaje, de apropiación de comportamiento y cultural. Todos los días cuando vamos al espacio público nos relacionamos, aprendemos y estructuramos unos hábitos que se adquieren en esa interacción en el espacio público. De alguna manera, esa es la gran contribución de Antanas Mockus, que nosotros no solo aprendemos en el aula, si no aprendemos en la ciudad. No podemos circunscribir que los problemas comportamentales que observamos de las personas sean producto del paso de la escuela, porque no es el único territorio de aprendizaje, la ciudad misma es un territorio de aprendizaje.
El tema de la cultura ciudadana implica la participación de los ciudadanos. En este sentido, ¿en qué están fallando los residentes de Bogotá para lograr mejorar en la cultura ciudadana?
Entre los temas críticos que observamos a partir de lo que ha ocurrido en los últimos años en Bogotá está el asunto del machismo. Otro tema es el de accidentalidad de motos, en los últimos dos años, en particular con todo lo del COVID, muchas personas se bajaron del TransMilenio y se fueron a la moto. Los expertos en movilidad saben que las ciudades en las que se aumenta el uso de moto, los accidentes aumentan. Otro reto es el de la bicicleta como una forma de movilidad. Bogotá es la ciudad de América con más uso de bicicleta. Pero hemos notado que, de todos los actores de la vía, quienes más están infringiendo normas de tránsito son los biciusuarios. En cuanto a cultura ambiental todo el tema de nuestra consciencia ambiental ha hecho que tengamos más consciencia de nuestro papel y más cultura. Ha avanzado de manera particular, y ahí hay algo importante que es la separación de basura que comienza en la casa.
¿Cómo ha sido la evolución la cultura ciudadana en TransMilenio?
No hay que olvidar que la mayoría de las personas pagan su pasaje, eso es algo que no se dice. Hay un aumento y la mayoría de la gente se comporta bien y eso tenemos que resaltarlo. Por centrarnos solo en el video completamente negativo eso tiene efectos problemáticos, en Bogotá han tenido efectos complicados. Además, esas situaciones desagradables tenemos que juzgarlas como problemáticas, pero como excepcionales, que no deben ocurrir, pero que son excepcionales.
La percepción de la ciudadanía es que ha habido una ruptura en el tema de la cultura ciudadana, es decir, se percibe que antes había cultura ciudadana y que ha ido disminuyendo. ¿Cuál es su opinión frente a esto?
Hoy Bogotá es más tolerante, con menos problemas de convivencia, menos conflictividad de vecinos, con mejor comportamiento de movilidad, con retos y factores de contexto, pero Bogotá ha avanzado. Bogotá tiene una cantidad de mejoras envidiadas en cuanto a su ciudadanía y la cultura ciudadana impresionante. Los temas de tolerancia y de diversidad son objetivamente mejores hoy que antes, y se pueden mirar en la Encuesta de Cultura Ciudadana. El respeto a la diversidad sexual de las personas en identidad de género en Bogotá es superior a cualquier ciudad de Colombia y de América Latina. Eso de que perdimos la cultura ciudadana es algo que tenemos que empezar a romper, eso no es cierto, hace 10 años había más crímenes, hace 10 años había más muertes, hace 10 años había más conflictividad entre vecinos, esta ciudad va avanzando, y los datos objetivos son esos. Con eso no queremos decir que no hay nada para mejorar, no estoy diciendo que no tengamos nada que mejorar, pero no es cierto que antes había en la ciudad una cultura ciudadana y hoy no. Bogotá debe empezar a reconocer los problemas que tiene sin descontar lo que ha avanzado y sus mejoras.
¿Qué mensaje le quiere dejar a la ciudadanía?
Dejemos de decir que Bogotá está peor sin tener información objetiva para eso. Tenemos retos, problemas críticos que enfrentar como cualquier sociedad del mundo, pero también tenemos cosas que hemos hecho bien, cosas que son admiradas y cosas que nos han corregido. Por ejemplo, gracias al comportamiento de esta ciudadanía no se desbordó el sistema de salud en la pandemia, casi que todas las ciudades de más de cinco millones de habitantes en el planeta colapsaron, en Bogotá no. Otro activo que logramos gracias a la cooperación de la gente haciendo una medición diaria permanente fue la gente usando su mascarilla y 98% fue la constante. Empezamos 33%, 35% y llegó un momento en el que el 98% de la gente usó su mascarilla. La mayoría coopera, la mayoría ayuda y ese 2% no puede terminar pintando la cara. La mayoría cooperaron, la mayoría quieren su ciudad y apropiémonos, queramos nuestra ciudad. Bogotá necesita más gestos de defensa de su relato y más gestos de apropiación. Queramos esta casita porque es la nevera, es una nevera maravillosa en la que podemos sacar comida todos