El adiós a la reforma política
Nos congregamos hoy en torno a esta reforma política para darle su último adiós. Se trata de un sepelio solitario.
El presidente aprovechó el control que ejerce sobre la Comisión de Regulación de Energía y Gas para ordenar que encendieran algunas veladoras eléctricas, porque resultó que nadie tenía velas en este entierro.
Esta proposición ya no nos acompaña en la tierra. Es un hecho, la reforma política ha abandonado el mundo de los vivos como Roy y compañía.
Tuvo una vida corta pero muy dinámica esta propuesta. Recordemos su recorrido: la reforma política pasó del ministerio del Interior, al Congreso, y terminó en el Bienestar Familiar.
Les invito a sobrellevar esta pena. Es momento de aceptar que la reforma política ya no está y de acoger una actitud de recogimiento… de votos porque el que quiera reelegirse ya no le va a tocar tan fácil.
En cualquier caso no se puede decir que la reforma política pasó a mejor vida porque no hay mejor vida que la de un congresista.
Esta reforma política era tan deseada por el presidente como el mismo metro subterráneo, la única diferencia es que la reforma sí logró ver la luz al final del túnel.
Esperamos que la reforma política descanse en paz total.