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Reloj del Fin del Mundo: ajustan la hora y hay malas noticias para el Mundo

Este martes 24 de enero los miembros del Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago (EEUU) ajustarán el minutero en una nueva cuenta regresiva

Imagen de referencia del fin del mundo / getty Images

En 1947 fue creado el Reloj del Juicio Final o del Fin del Mundo, un símbolo que advierte a la humanidad lo cerca que está el mundo de su destrucción total por cuenta de peligros potenciales como las armas nucleares, las tecnologías peligrosas y las catástrofes naturales producidas por el cambio climático.

Este reloj, que fue diseñado por el artista estadounidense Martyl Langsdorf y cuyas manecillas están a cargo de los especialistas del Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago (EEUU), anunciará este martes 24 de enero, de manera metafórica, un nuevo conteo regresivo.

La última vez que los científicos reiniciaron las manecillas fue en enero de 2020, año en el que se se conjuraron además de la permanente amenaza de las armas nucleares y el cambio climático, la “guerra de información cibernética, que socava la capacidad de respuesta de la sociedad”, agravando en panorama.

100 segundos para la media noche

En 2020, el Reloj del Fin del Mundo alertó que el apocálipsis “estaba más cerca que nunca”, anunciando que “faltaban 100 segundos para la medianoche”.

“Ante este abrumador panorama de amenazas y una nueva voluntad de los líderes políticos de rechazar las negociaciones y las instituciones que pueden proteger a la civilización a largo plazo, el Boletín de la Junta de Ciencia y Seguridad de Científicos Atómicosmueve el Reloj del Juicio Final 20 segundos más cerca de la medianoche, más cerca al apocalipsis que nunca”, señaló el boletín en esa oportunidad.

En esa oportunidad, los científicos señalaron que a pesar de la cercanía a una catástrofe estaban convencidos que la humanidad podría manejar los peligros que afronta frente a las tecnologías divergentes, y recordaron que en la década de los noventas alejaron el minutero del Reloj del Fin del Mundo lo más lejos que ha estado de el apocalípsis.

El ajuste de la hora para 2023

Sin embargo, los últimos dos años no han representado un alivio para el mundo, y la humanidad parece que se encarga de acercar el minutero a la “medianoche”.

El 24 de febrero de 2022, tropas rusas invadieron territorio ucraniano y desataron un conflicto que ha ocasionado la muerte de cerca de 200.000 personas, según datos recogidos por los Estados Unidos. Este conflicto ha vuelto a despertar el temor de una devastadora guerra nuclear.

Asimismo, se suman algunos factores como los efectos del cambio climático, que han provocado algunos de los años más calurosos registrados en las últimas décadas y la extinción de especies de plantas y animales que preocupan a los científicos.

De igual forma, se ha evidenciado la aparición de tecnologías disruptivas “desestabilizadoras en inteligencia artificial, espacio, hipersónicos y biología, presagian una inestabilidad global peligrosa y multifacética”.

Por estas razones, se prevé que los especialistas del Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago (EEUU) vuelvan acercar el minutero del Reloj del Fin del Mundo como nunca antes a la “medianoche”.

¿Cómo quedó el Reloj del Fin del Mundo?

Según se mencionó en la transmisión del anuncio por parte del Boletín de Científicos Atómicos “este año, la Junta de Ciencia y Seguridad del Boletín de Científicos Atómicos adelanta las manecillas del Reloj del Juicio Final, en gran parte (aunque no exclusivamente) debido a los crecientes peligros de la guerra en Ucrania. El reloj ahora marca 90 segundos para la medianoche, lo más cercano a una catástrofe global que jamás haya existido”.

Lo anterior debido a complejas situaciones como la guerra en Ucrania, que agudiza la posibilidad de una guerra nuclear, el cambio climático, que produjo el año más caluroso en décadas, y tecnologías divergentes que podrían conducir a una “guerra de información cibernética, que socava la capacidad de respuesta de la sociedad”.