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Ciencia y medio ambiente

La pereza podría tener su origen en los intestinos

Las bacterias intestinales podrían ser las responsables de que las personas no les interese ejercitarse

La pereza podría tener su origen en los intestinos // Getty Images / LUCY LAMBRIEX ziebinnenzijde.nl

Un estudio han observado que la presencia de algunos microorganismos en el intestino podrían determinar el interés de las personas para llevar una vida más activa, debido a la región de motivación y recompensa del cerebro.

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La actividad física es fundamental para llevar un estilo de vida saludable, gracias a esta las personas pueden tratar los problemas de sobrepeso y obesidad. Pero ejercitarse no solo trae beneficios físicos como un cuerpo más fuerte, tonificado y condicionado, sino que también ayuda a otros factores como reducir las probabilidades de padecer enfermedades cardiovasculares, prevenir el cáncer y mejorar el estado de ánimo.

Los científicos afirman que no se necesitan pasar muchas horas y extensas jornadas en el gimnasio para que el cuerpo pueda comenzar a sentir los cambios favorables sobre su bienestar. Incluso se ha llegado a comprobar que tan solo seis minutos de ejercicio intenso diario ya es suficiente para reducir hasta en un 45% las probabilidades de una muerte temprana.

Sin embargo, pese a que la mayoría de personas conoce las ventajas que trae ejercitarse, para muchos adoptar este hábito resulta realmente difícil. Si bien es cierto que el ejercicio físico requiere de disciplina para que el cuerpo se logre adaptar, la determinación y la voluntad de muchos para comenzar a ejecutar alguna rutina se ve confrontada a la desmotivación que lleva a abandonar las rutinas.

La respuesta está en el intestino

Desde primera vista se podría decir que las personas que desisten de ejercitarse es por la falta de compromiso y exigencia, pero algunos investigadores han ido más allá al cuestionar la manera en la que el intestino y sistema de motivación y recompensa del cerebro podrían estar implicados en la dificultad para hacer actividad física.

Según los recientes estudios de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania, publicados en la revista Nature, dedujo que un factor importante para estimular las prácticas deportivas y la actividad física es el placer que las personas sienten mientras la llevan a cabo. Este placer, a su vez, está relacionado con los cambios químicos que experimenta el cerebro.

Dentro de este análisis se describe la conexión intestino-cerebro, la cual se relaciona con la señalización de dopamina que se libera durante el ejercicio físico. En los experimentos del estudio se tuvo en cuenta el rendimiento físico de un grupo de ratones con la presencia de algunas bacterias presentes en sus intestinos.

¿Genética o bacterias intestinales?

Dentro del estudio, los investigadores también tuvieron en cuenta el genoma de los ratones para determinar qué tan importante es la genética en el rendimiento físico. Los resultados mostraron que si bien existían algunas variaciones entre los grupos genotípicamente diferentes y su desempeño físico, estas no eran tan significativas como la relación de bacterias intestinales y el rendimiento deportivo.

Los científicos suministraron algunos antibióticos de amplio espectro a los ratones para eliminar las bacterias, como consecuencia también observaron que esto redujo su rendimiento físico casi a la mitad. Algunas de las bacterias que se pudieron relacionar al mejor desempeño físico fueron las pertenecientes a las especies de “Eubacterium rectale” y “Coprococcus eutactus” gracias a la producción de ácidos grasos.

Los ácidos grasos han evidenciado tener una gran relevancia estimulando las neuronas sensoriales, que conectan el intestino con la médula espinal, a través de los receptores conocidos como endocannabinoides CB1. Esta reacción a su vez también tiene gran importancia en el aumento de dopamina durante la actividad física y el estímulo de la red de recompensa y motivación alojada en el cuerpo estriado del cerebro.