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Salud y bienestar

Enfermedades que podrían convertirse en pandemia en próximos años

No solamente el COVID-19 se relaciona a una pandemia, pues hay más enfermedades globales que podrían afectar a más personas.

Pandemia / Getty Images

Estar preparados para una epidemia es algo cada vez más importante para la humanidad, al punto que desde 2020 existe un día internacional específico para resaltarlo. Tras la pandemia de COVID-19, existen varias enfermedades que, según expertos, también podrían convertirse en pandemia.

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Las epidemias han afectado a la humanidad a lo largo de la historia. Estas enfermedades contagiosas se caracterizan por propagarse rápidamente en una población determinada. Casos como el ébola en África occidental o el sarampión en la República Democrática del Congo son algunos de los ejemplos.

El número de afectados crece exponencialmente, lo que puede generar un colapso dentro del sistema de salud.

Este tipo de enfermedades pueden aparecer en zonas no afectadas previamente o desarrollar brotes a partir de enfermedades endémicas —que persisten en el tiempo de forma continúa o episódica en una zona determinada—, sostiene el portal de la organización Médicos Sin Fronteras.

Enfermedades que podrían convertirse en pandemia

Virus Nipah

Esta enfermedad es transmitida por el murciélago frugívoro del género Pteropus. Considerado zoonótico debido a que puede transmitirse del animal a los humanos y viceversa, el virus puede matar hasta tres de cada cuatro personas que infecta —un 89% de mortalidad—. También puede transmitirse por medio de alimentos contaminados y por el contacto entre personas infectadas.

Las posibilidades de contagio son inmensas: los murciélagos portadores del virus viven en árboles cercanos de los mercados y a su vez, el guano se utiliza como fertilizante en los campos, exponiendo a agricultores y trabajadores del medio rural.

Desde 1998 se han registrado casos en Malasia, Singapur, Bangladesh e India. El más reciente fue en 2019 en el estado indio de Kerala —al sur del país—.

En promedio, los síntomas suelen aparecer entre 5 y 14 días pero podrían tardar hasta 45 días.

Como consecuencia, puede provocar infección respiratoria y encefalitis —inflamación del cerebro— que podría conducir al coma o la muerte.

Ébola

Si bien la enfermedad fue controlada en África y contenida en algunos otros países, el virus podría mutar y volverse más rápida su propagación hasta convertirse en pandemia.

Nueve de cada diez personas infectadas mueren por la enfermedad, que tiene una tasa media de letalidad de 50%. Esta varía según el brote: 25% en los más leves y 90% en brotes de mayor gravedad.

Fiebre alta, dolores de cabeza, musculares y articulares, fatiga, diarrea y vómitos son algunos de los síntomas que pueden llegar a padecer las personas contagiadas.

Chikungunya

El mosquito portador del virus chikungunya podría significar una nueva amenaza mundial dada su movilidad hacia nuevos hábitats, producto del cambio climático y la globalización.

Transmitido por el mosquito infectado Aedes aegypti y Aedes albopictus se presenta regularmente en África pero tuvo brotes en Europa, el Caribe y en las Américas.

La enfermedad de naturaleza tropical se mueve hacia Europa y América y genera como síntomas: fiebre alta, dolor muscular, agotamiento y fuerte dolor en las articulaciones. Una de cada 1.000 personas fallece. Poseer enfermedades preexistentes, ser recién nacido o mayor de 65 años son factores de riesgo.

Influenza

Desde su aparición en 1918 el virus de la influenza tipo A se convirtió en una de las grandes amenazas para el mundo. La propagación de la influenza a través de las aves de corral a los humanos va en aumento.

Según recogió GAVI, para especialistas en salud pública la influenza es uno de los mayores riesgos pandémicos para las siguientes décadas.

La enfermedad es conocida por generar un debilitamiento del sistema inmunológico de las personas y volverlas más susceptibles a contraer enfermedades.

Asimismo produce fiebre, tos, estornudos, dolores musculares y corporales, dolores de cabeza y fatiga.

El virus es transmitido por aves silvestres y aves de corral quienes propagan además otros subtipos.

Con un gran riesgo de mutabilidad, y de carácter imprevisible, la influenza presenta altas tasas de mortalidad y un elevado potencial pandémico.

Fiebre amarilla

La enfermedad que sacudió Europa y EE. UU. en el siglo XIX sigue estando presente en el continente africano y latinoamericano, donde es endémica en varias regiones.

La enfermedad es transmitida por el mosquito Aedes Aegypti —también transmisor del Dengue, Zika o Chikungunya—.

El riesgo de que el virus llegue del exterior y se propague es alto en la región del Asia—Pacífico dada la baja vacunación y en tanto, la inmunidad poblacional.

Este virus es significativamente más mortal que otros transmitidos por el mismo portador. La tasa de mortalidad es entre 20% y 50%.

Si bien muchas personas suelen ser asintomáticas, la enfermedad produce fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza y vómitos.

En casos más graves quienes están contagiados pueden incluso sangrar por los ojos, la nariz, boca, así como sufrir daños en el estómago, hígado o riñones o padecer ictericia —coloración amarillenta de la piel—.

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