El papel del Tribunal Supremo: ¿Se repetirá incidente Bush-Gore del 2000?
Donald Trump no para de repetir que acudirá al Tribunal Supremo. Su objetivo es detener el escrutinio del voto por correo.
Donald Trump no para de repetir que acudirá al Tribunal Supremo. Su objetivo es detener el escrutinio del voto por correo. Para ello, necesita a este órgano federal, que no es la primera vez que interviene en unas elecciones.
Estados Unidos sigue pendiente del recuento de votos. Después de las elecciones del 3 de noviembre, el país norteamericano no conoce el nombre del próximo inquilino de la Casa Blanca. Será Donald Trump, actual mandatario y candidato republicano, o el opositor demócrata Joe Biden. La última palabra la tienen los estados de Arizona, Nevada, Georgia, Carolina del Norte, Alaska y Pensilvania, donde todavía continúa el escrutinio.
Tras las victorias en Michigan y Wisconsin, Biden acaricia el Despacho Oval. Por su parte, Trump, quien se autoproclamó vencedor cuando no había acabado el recuento, ha anunciado que llevará los resultados de los comicios a la justicia. "Iremos al Tribunal Supremo. Queremos que pare todo el proceso de votación", anunció el cuadragésimo quinto presidente de Estados Unidos, quien acusó a los demócratas de perpetrar un "fraude electoral".
El objetivo del representante republicano es detener el recuento de votos en los territorios en los que todavía no hay resultados oficiales. El temor a que los casi 64 millones de votos por correo decanten la balanza hacia su rival, como parece estar sucediendo.
En algunos estados, se pueden recibir hasta semanas después. Por ejemplo, en Pensilvania, uno de los puntos calientes de la contienda, la fecha límite es el 9 de noviembre. En Washington se aceptan hasta el 23 de noviembre, un día antes de certificar los resultados.
"Queremos que se detengan todos los votos, no queremos encontrar papeletas a las 4 de la mañana", ha declarado.
Trump ya ha acudido a los tribunales para detener el escrutinio del voto por correo en Georgia, Pensilvania, Michigan y Wisconsin y, como ha adelantado, está dispuesto a recurrir al Tribunal Supremo de Estados Unidos. En caso de hacerlo definitivamente, no sería la primera vez que este órgano federal interviene en unas elecciones.
Lo hizo en el año 2000 en Florida, cuando Bush y Gore se disputaban la presidencia. En un principio, las encuestas daban la victoria al segundo, sin embargo, a medida que avanzaba el escrutinio, la diferencia se reducía. Al final, Bush ganaba en este estado por un escaso 0,25%, tan solo 537 papeletas.
El aspirante demócrata exigió un nuevo recuento en una serie de condados. Su contrincante se oponía. Entonces, se desató una batalla legal de cinco semanas. Mientras que un tribunal de Florida dio la razón a los republicanos, pero el Tribunal Supremo de dicho estado enmendó la plana, por lo que se empezaron a contar votos.
Entonces, los partidarios de Bush acudieron al Tribunal Supremo de Estados Unidos. La institución detuvo el conteo el 9 de diciembre, al tener la capacidad de rectificar las decisiones de los tribunales estatales. Días después, Bush se convertía en el cuadragésimo tercer presidente del país.
En aquel entonces, la intervención de este órgano judicial se asumió como una anomalía. Trump quiere reclamar su actuación de nuevo. Bien sabido es que el Tribunal Supremo cuenta con una mayoría conservadora, gracias a los últimos tres nombramientos a lo largo de la legislatura del magnate. De los nueve jueces que lo conforman, tan solo tres son progresistas. Los cargos son vitalicios.
De momento, no se ha detenido ningún recuento en el país. Al menos, hasta la fecha. En Reading (Pensilvania), Trump dijo a sus seguidores que ganaría en las urnas o "después en el Supremo". Palabras pronunciadas el 31 de octubre. Faltaban 3 días para abrirse los colegios electorales en Estados Unidos, pero la idea ya estaba en la mente del candidato republicano.