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Revolucionario proyecto proteínico que combatirá la hambruna en Manaure

Ganó un importante concurso internacional. Hay voluntad para implementarlo en ese municipio de La Guajira, pero falta apoyo financiero.

PROYECTO ESPIRULINA DE CINCO JÓVENES DE LA UNAL SEDE MEDELLIN

Helen Flórez, Valentina Monsalve, Katty Villacob, Mario Franco y Pedro Múnera son los cinco jóvenes de la carrera de Ingeniería de Química de la Universidad Nacional, sede Medellín, que adelantan el proyecto de producción de espirulina como suplemento proteico de algas, que utiliza agua de mar y agua dulce, destinado para disminuir los índices desnutrición y hambruna de las comunidades de Manaure, en La Guajira.

“La espirulina es reconocida por su alto contenido proteínico y resulta muy fácil adecuar sus condiciones óptimas de crecimiento. Es muy práctica su implementación en poblaciones con problemas de seguridad alimentaria, como Manaure, que tiene recursos naturales aprovechables para el crecimiento de esta alga”, explicó Helen Flórez en diálogo con Caracol Radio sobre el proyecto.

Por su parte, Valentina Monsalve, indicó que, por ahora, no ha sido implementado en esa región del país, porque “aún estamos en una etapa teórica. Entonces, las probabilidades para implementarlo dependen de una investigación más rigurosa. Si se recibe el apoyo del Gobierno Nacional y se cuenta con la participación de la comunidad, el proyecto puede causar un impacto positivo”, dijo.

Katty Villacob dijo que ahora el siguiente paso es realizar un trabajo social en la zona para que los pobladores estén de acuerdo con esta alternativa alimentaria. “Luego, se debería comprobar su viabilidad, cuántos recursos necesitamos y hacer una prueba piloto. Esperamos contar con el apoyo, no sólo del Gobierno, sino de otras entidades públicas y privadas”, indicó.

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El proyecto académico ganó el concurso mundial Chemical Engineering For Good Challenge (ACE4G) en su versión 2019, y colocó a Colombia en lo más alto de 15 equipos de todo el mundo, en el que participaron países como Nigeria, EE.UU., India, Indonesia, Pakistán y Estambul.

“Es un proyecto global que busca aplicar la ingeniería química para resolver problemas mundiales a pequeña escala. Incluso, es la primera vez que un capítulo estudiantil gana en América Latina”, manifestó Mario Franco, quien ahora, junto con sus compañeros de trabajo, disfrutará de un incentivo de participación de USD 3 mil dólares.

“El nacimiento del proyecto es muy sentimental. Nuestra motivación para trabajar en un problema nacional nace del hecho de que somos educados por una universidad pública, con dineros del Estado, y que, por ende, tenemos la obligación y responsabilidad moral de devolverle algo de esto a Colombia”, señaló Pedro Múnera, integrante del equipo estudiantil de la Universidad Nacional, sede Medellín.

Múnera enfatizó que el contacto multicultural que permite la institución con otras regiones fue clave para el desarrollo del proyecto. “Vimos que las condiciones en las que crece el alga se dan muy fácil en La Guajira. Somos cinco estudiantes que seguimos el lema de la Facultad de Minas: trabajo y rectitud. También agradecemos al profesor Darío Gallego, quien nos acompañó en la formulación del proyecto”.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO, en Colombia 4,2 millones de personas padecen hambre, y uno de los casos más visibles es este departamento del norte del país, particularmente la comunidad indígena Wayúu.