2016: Un año de contrastes e incertidumbres
El 2016 fue un año atípico. Pasaron muchas cosas tanto a nivel nacional como internacional. Es de esos años de transición y de expectativas, de rupturas y continuidades.
En el campo nacional, se cerró la primera etapa del proceso de paz con múltiples altibajos. Después de cierta parálisis en diversos temas como justicia y cese al fuego se despejó el acuerdo y las partes tomaron la decisión de terminar una guerra que había marcado al país en los últimos 60 años. Para cerrar la negociación, tanto las Farc como el gobierno de Santos convinieron realizar un plebiscito que ponía en juego el derecho fundamental a la paz. Con esto previsto, el 2 de octubre, luego de una campaña plagada de engaños y exageraciones, se votó NO dejando el proceso en una difícil situación.
Esa semana se inició una renegociación del acuerdo que se tomó más de un mes. Con el pacto finiquitado, el Congreso de la República procedió a su refrendación, apoyado por una sentencia de constitucionalidad de la Corte Constitucional. Para adornar más el asunto, el presidente Juan Manuel Santos en medio de esa barahúnda nacional recibió el Premio Nobel de Paz en Oslo (Noruega).
Para el 2017, el reto estará fincado en la implementación de lo acordado y en la materialización de la justicia para la paz. Un error en su puesta en marcha, y el proceso tendría problemas, eso sin contar que la campaña presidencial para el 2018 se inicia, y el proceso con las Farc estará en el centro de los debates.
A nivel internacional, múltiples hechos merecen ser mencionados. En el Reino Unido, se votó en un plebiscito por la salida de la Unión Europea. Su torpe puesta en marcha le costó el puesto al primer ministro David Cameron. En EEUU, cuando nadie daba un peso por el excéntrico y limitado empresario Donald Trump, ganó las elecciones de su partido, logrando la nominación. Luego con discrepancias en su propio campo, hizo lo propio contra la candidata demócrata y ex secretaria de Estado, Hillary Clinton. Estos dos hechos demuestran el regreso de las concepciones nacionalistas sobre la idea de una globalización que, para la gran mayoría de los ciudadanos, no ha dejado más que miseria y pobreza.
Un segundo aspecto, es que lejos del retorno a la tranquilidad y el alejamiento del terrorismo islámico, el 2016 fue un año en el que hizo de las suyas. Sus acciones no disminuyeron, sino por el contrario generaron muchas víctimas inocentes, especialmente en los países árabes. Ni hablar de la tragedia humanitaria en Alepo en Siria y en Mosul en Irak donde las fronteras nacionales desaparecieron en medio de esa confrontación. Miles y miles de refugiados siguen llegando a Europa, generando reacciones encontradas en las poblaciones europeas que reaccionan, en algunos casos, poniendo el nacionalismo por encima de todo.
Por último, debe destacarse el cambio de las tendencias políticas en América Latina. Argentina y Brasil son ejemplos palmarios. Las salidas de Rousseff y de Cristina Fernández generaron un vacío que ha sido llenado por políticos de derecha en esos países, cambiando la geopolítica de la región. En Ecuador, Correa no se presentará en las lecciones de febrero de 2017, Morales tiembla en Bolivia, el ex funcionario del FMI, Pedro Pablo Kuczynski gobierna en el Perú y la situación de Maduro en Venezuela no es solo calamitosa a nivel interno, sino que perdió todos sus apoyos regionales. Para rematar, el gobernante venezolano perdió a su aliado más importante, Fidel Castro quien murió dejando la revolución bolivariana en estado de coma y en transición con el capitalismo americano.
Un 2016, movido, difícil, lleno de noticias y de transición. El próximo año se anuncia definitivo en varios aspectos, entre ellos, la definición política en Francia y Alemania que dibujará con claridad el espectro del poder en Europa. Las nuevas dimensiones geopolíticas en América Latina y las relaciones mundiales que se establecerán con Trump en la presidencia del país más importante del mundo. Este último aspecto tiene pensando mucho a los analistas. En fin, un 2017 que nos obliga a mantener los ojos abiertos porque este 2016 nos puso de presente que lo nuestro es la incertidumbre.
Feliz año a todos los lectores.