¿Qué hacer con los hijos en vacaciones?

Colombia

Seguramente en nuestros trabajos hacemos planes estratégicos, tenemos unos sofisticados modelos de gestión, cuidamos con mucho detalle unos indicadores que permiten controlar la operación y el rendimiento, entre otras muchas actividades que ayudan a las organizaciones a definir el éxito y acercarse a él. Pero estas cuidadosas planeaciones estratégicas e indicadores realmente nunca existen en los hogares.

Los padres de familia afirman con vehemencia que todos sus esfuerzos y trabajo lo hacen por el bienestar de sus hijos y su familia, pero es poco probable que las familias realmente planeen con cuidado lo que deben hacer para que todos sus miembros se sientan a gusto. Por el contrario, este tema se evita o es rápidamente atendido en un desayuno en medio del afán, o en una comida en la noche después de un extenuante día de trabajo. Tenemos la clara contradicción de que trabajamos incansablemente para lo más importante en nuestras vidas que son nuestras familias, pero le dedicamos muy poca energía y pensamiento a cómo ser feliz con ellos.

Clara evidencia de esto es el pánico o incluso la incomodidad que a muchos les generan las vacaciones de sus hijos. Se buscan alternativas de tenerlos ocupados en talleres, grupos de artes, campos de verano y un largo listado de actividades que muestran en sus publicidades a niños sonrientes y untados de pintura. Hay que pensar que no todos los niños son iguales; que ese curso de inglés que, como adulto parece interesante, no es tan agradable para nuestros hijos; que el taller de refuerzo de matemáticas para que el niño sea un genio puede producir aversión a los números; que los dotes guardados que tenemos de artistas y que no desarrollamos no llegaron a ellos.

Cada niño es un universo y como tal, la planeación que hagamos para ellos necesita acomodarse a sus realidades y expectativas, como se hace en las compañías con los clientes. Es fundamental que las vacaciones de nuestros hijos las veamos como una enorme posibilidad para planear, con el mismo entusiasmo y cuidado que lo hacemos en la oficina, unas semanas cruciales en la vida de nuestros hijos.