“¿<span class="Normal__Char">Centro de concentración</span>?, pero si ellos siempre han estado ahí”, confiesa, entre risas nerviosas, una mujer adulta mayor apenas se le indaga por las veredas donde se concentrarán las Farc, más concretamente en la vereda Llanogrande Urama, como se conoce este caserío de Dabeiba, en el occidente de Antioquia.<span class="Normal__Char">En este pueblito conviven unas 120 familias entre mariposas, maracuyás, café y guerrilleros. Insisten en que <span class="Normal__Char">los muchachos</span>, como los han tratado de antaño, están siempre en la montaña y solo bajan para organizar las reuniones de control. Al otro lado de la montaña hay otro <span class="Normal__Char">Llanogrande</span>pero este lleva el apellido <span class="Normal__Char">Chimiadó</span>. Es un grupo de casas aún más reducido, donde habitan 135 personas, la mayoría de ellas <span>agricultoras</span>. Los campesinos de <span class="Normal__Char">Llanogrande</span> <span class="Normal__Char">Chimiadó</span> lo admiten sin rodeos: la guerrilla de las <span>Farc</span> ya les han hecho la <span>pedagogía de la paz</span>.</span><span class="Normal__Char">“<span class="Normal__Char">Ellos están por ahí alrededor. Eso no se sabe, ellos están por ahí pero no sabemos dónde exactamente</span>”, soslayó, uno de los líderes comunitarios, despreocupado, tranquilo, confiado.</span><span>Precarios servicios</span><span class="Normal__Char">Son dos veredas matizadas con los verdes de la montaña y muchos elementos en común: su nombre, ubicadas a hora y media en una vía veredal o lo más parecidos a una <span class="Normal__Char">trocha</span>, como se les conoce en este país a los <span>caminos terciarios</span>, en pésimas condiciones. Cuando llueve, quedan incomunicadas estas poblaciones. Hasta allí solo llegan o <span class="Normal__Char">suben</span>los buses o camiones escaleras: dos en la mañana y otras dos en la tarde.</span><span class="Normal__Char">Carecen de agua potable, solo hay internet en un punto <span class="Normal__Char">Vive Digital</span>; tampoco disponen de señal para ninguno de los operadores de celulares; no tienen una estación de policía –no hay patrulleros, por supuesto-, y el <span>Ejército</span> solo arriba cada que hay votaciones y se devuelven junto con el material electoral.</span><span class="Normal__Char">En Llanogrande Chimiadó solo tiene educación primaria y el Llanogrande Urama los estudiantes pueden llegar hasta noveno grado.</span><span class="Normal__Char">Pero hay más factores en común: entre ellas no hay confirmación o claridad en cuál de ellas se asentarán y concentrarán para <span>concentrarse y desmovilizarse</span>. <span>Las veredas Llanogrande</span>, ubicadas en límites con el nudo del Paramillo, han sido escenario natural de las Farc en otros tiempos y ahora lo serán como sede para el proceso de dejación de armas y reintegro a la sociedad civil.</span><span class="Normal__Char">“Lo más triste es que nosotros salgamos por televisión y por radio pero por las cosas malas, porque la guerrilla va a estar ahí, porque el <span>acuerdo de paz</span>, y esto ya tiene fama y uno no sabe qué es lo bueno y qué es lo malo”, aseguró al equipo de Caracol Radio una habitante de la vereda.</span><span>Dabeiba: 17 mil víctimas</span><span class="Normal__Char">Según datos de la alcaldía de Dabeiba, en esta localidad, donde ocurrieron tres tomas guerrilleras y una <span>incursión de los paramilitares</span>, hay un registro de 17 mil víctimas del conflicto armado, muchos de ellos salieron desplazados de las zonas rurales al perímetro urbano y por años dejaron solitarias las viviendas lo cual creó verdaderos pueblos fantasmas.</span><span class="Normal__Char">Sufrieron los largos enfrentamientos entre guerrilla, paramilitares y el Ejército, las muertes selectivas, los pipetas bomba, incluso el derribamiento de un helicóptero de la <span>Fuerza Pública</span> el 18 de octubre del 2000. Ese mismo día, el gobierno de Andrés Pastrana firmaba el<span class="Normal__Char">Plan Colombia</span> que tuvo el apoyo de los Estados Unidos de América.</span><span class="Normal__Char">“En los tiempos pasados, cuando hubo tanta violencia aquí, tuvimos pérdidas de bienes; perdimos el ganado, nosotros no recibimos ninguna ayuda. El ganado lo mataron en un <span>combate entre la guerrilla y el Ejército</span>; todos hemos sido desplazados”, comentó otra habitante.</span><span class="Normal__Char">Y reconoció con alivio que esta localidad no tenido un solo asesinato en el 2016, y en los últimos siete años tampoco han tenido que vivir la zozobra de los enfrentamientos armados entre guerrilleros o paramilitares o con el Ejército.</span><span>Pedagogía de la paz</span><span class="Normal__Char">Luis Carlos Góez David, habitante de Llanogrande Chimiadó, describió que los muchachos reunieron a los habitantes la misma semana cuando se anunció que serían las veredas de concentración y les explicaron que allí estarían reunidos y tendrían la presencia y control de miembros de la<span>ONU</span>.</span><span class="Normal__Char">“Los muchachos, los guerrilleros, son los que han estado dando la información. (Dijeron) que esta es una de las veredas seleccionadas para la entrega, que (las veredas) van a ser muy mejoradas, que <span>habrá mejoramiento de la vía</span>, en educación, en salud. Nos dijeron eso y esperamos que eso sí pase”, subrayó, confiado, esperanzado, animado.</span><span class="Normal__Char">Situación similar ocurrió en el corregimiento de Urama, donde, admiten los campesinos, que ellos son autoridad y quienes controlan el buen comportamiento de los habitantes de este pequeño pueblo enclavado en las montañas vecinas a la próspera región de Urabá y a las feraces tierras del nudo del Paramillo.</span><span class="Normal__Char">“Ellos (los guerrilleros) en una reunión tocan el tema; dicen que van a parar la guerra, pero que van un cese al fuego: (Dijeron) ‘<span class="Normal__Char">vamos a engrasar las armas, vamos a enviar a otro país y si el gobierno no nos cumple nos volvemos a armar</span>’, y cuál es la preocupación de uno, que esto se vuelva a armar, porque el campesino es el que siempre pierde. Porque cuando menos piensa le dicen a uno que ese se torció y hay que matarlo así sea con un uniforme falso que no le queda. La <span>guerrilla se desmoviliza pero quedan unos que se llaman con otro nombre pero uniformados</span>, que ellos van a estar allá y qué va a hacer esa gente en el campo cuando uno necesita esas tierras para trabajar”, describió una habitante rural, preocupada, escéptica, pensativa.</span><span class="Normal__Char">Y es que para esta persona no habrá cambio alguno porque la guerrilla siempre ha dominado esos territorios, que mediante las armas, se han disputado con grupos paramilitares y con el <span>Ejército Nacional</span>.</span><span class="Normal__Char">“Desde que me conozco, nosotros siempre hemos convivido con la guerrilla, a mí no me extraña que digan que el <span>lugar de concentración</span>está aquí, pero el miedo es que de pronto ya desmovilizados uno no sabe qué hacer, ¿Qué va a con esa cantidad de gente si ellos nunca van a estar conformes? Ellos no se van a conformar con la chichiguas y entonces se ponen a hacer otras cosas que no son”, sentenció a través de Caracol Radio</span><span>¿<span class="Normal__Char">Qué pasará mañana</span>?</span><span class="Normal__Char">“Yo pregunto: ¿sí será mejor o peor? “A mí lo que me da miedo es que después de esto llega la extorsión, llega el robo, llegan <span>otros grupos armados</span> y uno no sabe a quién le corre y este que se desmovilizó, de qué va a vivir”. Y “La verdad es que no sabemos qué va a pasar aquí; uno escucha que van a estar muy cerca y no dice que va a pasar con nosotros”.</span><span class="Normal__Char">Estas son tres de las respuestas cuando se les pregunta a los habitantes de las veredas qué creen o esperan que ocurrirá allí. En ellas se evidencia un total desconocimiento de lo acordado en La Habana para el<span>fin del conflicto</span>. Eso tendría una explicación: las telecomunicaciones son mínimas y el Estado, prácticamente no aparece.</span><span class="Normal__Char">A pesar de ello, los campesinos en esta franja del occidente de Antioquia, en esta zona rural de Dabeiba, los <span>campesinos están esperanzados</span> en que lleguen soluciones a sus problemas, más presencia estatal, respuestas a las dificultades creadas por la guerra. Incluso algunos de estos campesinos no se siente colombianos, sino comunidades gobernados por la guerrilla, como manifestó Luis Carlos Góez David: “Aquí se necesita el mejoramiento de vivienda, que hemos quedado con la guerra la vivienda quedó deteriorada, el mejoramiento de la vida, está vía está sin obra esto es simplemente una banca”.</span><span class="Normal__Char">Por su parte, Gloria Edilma Lizcano lamentó que solo después de este anuncio el <span>Gobierno Nacional</span> pone en mira estos territorios. En su criterio, las oportunidades son mínimas porque aunque admite e insisten en que tienen campo para cultivar, no hay dinero para las materias primas ni para la producción a gran escala, ni vías para la comercialización de sus productos, ni apoyo para la apertura de mercados.</span><span class="Normal__Char">Como en otras veredas donde se concentrarán las <span>Farc</span> para su desmovilización, veredas en las que, al parecer, siempre han estado, las necesidades de las poblaciones rurales siguen siendo duras, de vieja data, sensibles y comunes a todas ellas.</span><span class="Normal__Char">“En esta vereda hay muchas necesidades: mejoramiento de vivienda, hay gente que está bajo un techo pero no es lo normal; queremos un centro de salud que no tenemos, siempre nos toca pagar carrera para ir a Dabeiba. El internet es muy malo, y lo necesitamos también. El Estado nunca ha estado con nosotros… Las ayudas, uno no sabe a dónde llegan, porque aquí llega casi nada. El Estado nunca ha estado presente para decir ustedes van a tener derecho a estas cosas, los únicos que dicen (algo) son la misma guerrilla en las reuniones porque nos dice que va a pasar con esto del proceso de paz”, lamentó la señora Lizcano, dolida, afligida, esperanzada.</span><span>El miedo</span><span class="Normal__Char">Lo que más esperan los habitantes es que no vuelva a ocurrir con la<span>desmovilización</span> de los grupos paramilitares, porque aseguran que en esa época la violencia se agudizó más y generó el mayor desplazamiento ocurrido en esa población antioqueña cercana a la vía Medellín-Urabá, donde antaño también se vivieron graves hechos de violencia de las Farc.</span><span class="Normal__Char">“Yo lo catalogo así: el gobierno siempre ha operado con los<span>paramilitares</span>; ese es el daño, porque entraban tropas del <span>Ejército</span> y luego quedaban paramilitares y esos son los que hacen daño. Ellos son lo que hacen daño, porque la guerrilla nunca fue tan cochina”, explicó un habitante de <span class="Normal__Char">Llanogrande Chimiadó</span>, al relatar, temeroso, la violencia vivida a mediados de la década pasada.</span><span class="Normal__Char">Rememoró la época en que ocurrió el mayor desplazamiento a zonas urbanas: “Lo que le preocupa a uno es que a uno como campesino con su tierra le digan, usted se tiene que ir, porque esto va a ser un centro de desmovilizados”, insistió, alerta y con un dejo de desconfianza.</span><span>Dabeiba</span><span class="Normal__Char">El municipio de Dabeiba, en el occidente de Antioquia, está ubicado a 182 kilómetros de Medellín, y tiene unos 23.650 habitantes, de los cuales 7.710 (32.6%) están en la cabecera urbana, y 15.940 (67.4%( en la zona rural.</span><span class="Normal__Char">Según la alcaldía local, Dabeiba tiene 11.896 hombres que representan el 50.3 %, y 11.754 mujeres, es decir el 49.7% de la población total.</span><span class="Normal__Char">El 13.2% de la población rural es indígena de la etnia Emberá Katio distribuido en 32 comunidades en 10 resguardos indígenas</span><span class="Normal__Char">Se reparte en 5 corregimientos, 117 veredas, sus corregimientos son: San José de Urama, Santa Teresa, Cruces, Camparrusia y La Balsita.</span><span>Política</span><span class="Normal__Char">El alcalde de Dabeiba es Antonio José Lara Varelas, del Partido Liberal Colombiano, quien alcanzó 3.743 votos, el 43,28% de la vitación del año 2015.</span><span class="Normal__Char">Le siguieron en votación los candidatos Leyton Urrego Durango, del Partido de la U.; Nairon De Jesús Durango Rodríguez, del Partido Alianza Social Independiente; Omar Albeiro Anaya Villarreal, de Opción Ciudadana.</span><span>Concejo</span><span class="Normal__Char">De acuerdo con la votación del año 2015, el <span>Concejo de Dabeiba</span> quedó con mayoría del Partido Liberal Colombiano, con cuatro curules; el Partido Alianza Social ASI, con tres puesto; y los partidos De La U., Conservador y Cambio Radical, cada uno con dos asientos en la corporación política municipal.</span><span>Economía</span><span class="Normal__Char">En este municipio la economía local se sustenta en actividades agrícolas, especialmente en la siembra de café, tomate chonto, fríjol, maracuyá, caña de azúcar, cacao, cebolla, lulo y papaya.</span><span class="Normal__Char">También son destacadas las actividades de <span>ganadería vacuna y de porcicultura</span>.</span>