Semana y los bonitos también violan
El titular dio vueltas por las redes poco tiempo pero estuvo lo suficientemente expuesto como para ser fotografiado, compartido y criticado por todo el mundo.
¿Cómo se les ocurre comunicar la captura de un posible violador en serie asegurando que de ser culpable, se convertiría en el violador más apuesto en la historia de Colombia?
Para empezar, considerando las evidencias ofrecidas por SEMANA, es poco probable que sea el más sexy de la historia de Colombia, no solo porque están dejando por fuera del concurso a miles de violadores que no fueron denunciados, o no fueron capturados, o fueron capturados y puestos en libertad, sino porque además, tampoco es que entre todos los posibles violadores que uno ha visto en la vida, éste esté tan bueno. Si bien es cierto que todas agradecemos la ausencia de panza en el hombre que nos va a violar (sagradamente analizamos esto), no todas admiramos las abdominales tan marcadas y bronceadas, mucho menos cuando son chicaneadas en fotografías con las que el tipo va a terminar siendo acusado de ser un violador.
Se trata de imágenes realmente chocantes sobretodo porque el tipo ni siquiera tiene la correspondiente pelamenta de macho violador en el pecho y las axilas, ni tampoco tiene pelo en la cabeza o en la cara, algo que uno pueda agarrar para defenderse y dejar evidencia de ADN entre las uñas cuando encuentren el cadáver. Muy maluco eso de toparse con un violador sin barba porque además hasta donde nos han enseñado las novelas mexicanas y venezolanas, así como las películas gringas y colombianas y francesas e italianas, en fin, solo los barbudos con comida enredada entre los pelos pueden ser sospechosos de convertirse en violador.
Es muy raro lo que produce en uno ver esta noticia presentada de esta manera.
¿Qué pasó con la típica foto en la que el capturado esta esposado, rodeado de policías y agachando la cabeza consumido por la vergüenza?
Debe ser que ser violador, ya no es lo que era. Es la única explicación. Porque ¿pensar que Revista Semana ya no es lo que era? Eso ¡jamás!
Tratemos de pensar que su desatino no fue tal, sino que quien recibió la noticia, vio las fotos del capturado y finalmente redactó el titular, fue presa de una epifanía, un arrebato de genialidad según el cual la captura de un Mister Colombia con once denuncias por violación encima, no era la oportunidad de comunicar la buena nueva a las víctimas de Jefferson Mejía Riascos, sino por el contrario era la oportunidad de llevar a cabo una importantísima labor social cuyo fin sería enseñarnos a las mujeres algo que ninguna sabe, algo que ninguna de nosotros intuye, es decir, que los “bonitos” también violan.