Orden Público

¿Yihad global o local?

Si bien hay un hilo conductor en la ideología de las organizaciones terroristas, son marcadas las diferencias de cada operación.

Policías enmascarados vigilan delante del tribunal donde compareció  Abdeslam, señalado por los atentados en París.

Policías enmascarados vigilan delante del tribunal donde compareció Abdeslam, señalado por los atentados en París.(EFE)

De Bruselas a Paris, de Bali a Madrid, de Londres a Nueva York, de Buenos Aires a Nairobi, a lo largo y ancho de la geografía se suceden sangrientos atentados cometidos por organizaciones e individuos identificados con la causa del Islam radical, lo que de manera algo simplista se denomina la “yihad global”, pero que en cada lugar tiene características, motivaciones y móviles locales. Si bien hay un hilo conductor en la ideología de las organizaciones que recurren al terrorismo en nombre del Islam, son marcadas las diferencias que emanan de las condiciones particulares en la que se incuba y opera cada una de estas.

Mucho se ha escrito sobre las circunstancias que han hecho de Bélgica un caldo de cultivo de yihadistas; su Estado disfuncional por las divisiones lingüísticas, un país que se dio el lujo de no tener gobierno por más de 18 meses, una monarquía irrelevante, una marginada minoría musulmana de origen marroquí que habita en guetos y el país occidental que más combatientes ha enviado a Siria a las filas del Estado Islámico. Bruselas funge como la capital de Europa por albergar las cada vez más cuestionadas instituciones de la Unión Europea y sin embargo a pesar de todas las advertencias previas y alarmas no pudo evitar que terroristas suicidas penetraran armados con sus cinturones bomba y explotarse en su principal terminal aérea . Hacía poco menos de dos años que un terrorista regresado de Siria había asesinado a cuatro personas en el museo judío de la ciudad; sin embargo, quizás por tratarse de una institución judía, el gobierno poco hizo para limitar el accionar de los yihadistas en su seno.

De los atentados en Bruselas se desprende que la lucha contra el terrorismo islámico es más local que global. Los atentados de Londres del 7 de Julio de 2005 fueron cometidos por terroristas nacidos y criados en el Reino Unido más allá que su autoría haya sido reclamada por una de las “franquicias” de Al Qaeda. De igual manera los atentados en París fueron cometidos por yihadistas locales radicalizados en los “banlieues”, algunos entrenados en Siria.

Qué tanto el Estado Islámico que libra una épica batalla por su supervivencia en Siria e Irak contra “todo el mundo”, tiene relación con los atentados en Europa, más allá de prestar su “marca”, está aún por establecerse, pues en todos los casos se trata de yihadistas del barrio adoctrinados en la ideología y praxis del Islam radical.

¿En qué consiste esta ideología que ha sembrado destrucción y muerte por doquier?

Parte de una concepción de un mundo dividido entre Dar-al Islam (casa del Islam) y Dar-al Harb (casa de la guerra) y el permanente conflicto entre ambos. La descomposición de la sociedad actual, especialmente en los países de población musulmana producto de la penetración cultural y social de occidente se puede revertir únicamente volviendo a las raíces, estableciendo la Sharia -ley islámica-. La legislación no puede provenir de un parlamento de hombres sino de las leyes divinas del Corán y el profeta Mahoma. El regreso al pasado virtuoso de los primeros Califas – Salafismo- y la guerra sin cuartel contra los infieles.

Entre los primeros exponentes del Islam Radical se encuentran Aḥmad ibn Taymiyyah, en el siglo XIII tras la derrota de los musulmanes ante los mongoles y Muhammad ibn Abd-al-Wahhab, fundador del wahabismo, ideología oficial de Arabia Saudita, exportada gracias a los petrodólares a comunidades musulmanas sunitas en todo el planeta.

Tras el lánguido final del imperio otomano y la “canibalización” de sus territorios por parte de las potencias europeas que impusieron el modelo del Estado-Nación en el mundo árabe, surge otra ola de ideólogos del Islam radical, comenzando por Hassan el Banna en Egipto fundador de la hermandad musulmana, su heredero Sayid Qutb, padre de la Yihad actual tal como la interpretan las organizaciones terroristas islámicas y el Ayatola Ruhoma Khomeini líder de la revolución islámica en Irán quien demostró en la práctica que es posible derrocar a un régimen occidentalizado y corrompido y reemplazarlo por un gobierno islámico. De igual manera los Talibán en Afganistán se tomaban el poder tras la guerra en que los soviéticos, “comunistas infieles”, fueron aniquilados por los “muyahidines” –guerreros santos- que a nombre del Islam radical cavaron la primera fosa de la otrora poderosa Unión Soviética.

La ideología islamista se mezcla con reivindicaciones étnicas, territoriales, religiosas o sociales para investir de una identidad propia a cada una de las organizaciones islamistas, incluyendo aquellas que apelan al terrorismo como método de lucha. Sobre el sustento ideológico del Islam radical, Hamás propende por la eliminación de Israel, Boko Haram la reconstrucción del califato de Sokoko existente en Nigeria antes de la llegada de los británicos, Lashkar e Taiba la incorporación de Cachemira a Pakistán, Abu Sayaf la escisión de Mindanao de Filipinas, Al Shabab la islamización de Somalia, Hezbollah fungir como testaferro del Irán shiita en Líbano y Siria y los Houtties convertir a Yemen en un Estado islámico shiita aliado de Irán.

Quizás la única organización con una agenda yihadista global fue Al Qaeda que en 1998 declaraba la Yihad a “cruzados y judíos” con su manifiesta intención de reconstruir el Califato, el modelo político del Islam en que religión y Estado no son separables, en las tierras que alguna vez hicieron parte de la gran civilización islámica entre los siglos VII y XX, hasta la caída del imperio otomano. Sin embargo tras su expulsión de Afganistán, Al Qaeda se atomizó en numerosas franquicias con reivindicaciones más locales que globales.

El mismo Estado Islámico –ISIS- en su génesis no era más que una agrupación que intentaba unificar Siria e Irak bajo el liderazgo del Califa, Abu Bakar Al Bagdadi pero que expandió sus tentáculos a través de una ingeniosa campaña de reclutamiento en redes sociales, basada en la ideología del Islam radical y la reconstrucción del Califato, que atrajo a miles de yihadistas de los confines del planeta incluyendo a unos 6-8 mil europeos muchos de los cuales ya han regresado a sus países de origen, más curtidos o decepcionados.

Estos son los que golpearon en París, Bruselas y Copenhague y mañana quien sabe dónde.

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