La mente y el corazón detrás de los dispensadores de comida gratis para perros de la calle

La problemática de los perros callejeros es una realidad latente en cualquier ciudad del mundo, lo que se convirtió en un problema de salud pública que los gobiernos municipales, locales y nacionales han tratado de solucionar con proyectos como Zoonosis, que recogen los animales callejeros y los curan. Sin embargo, si en cierto tiempo o dependiendo del estado del animal en el momento de ser recogido estos son sacrificados.

Por ejemplo en Bogotá, donde recurrentemente se ve un perro callejero en cada esquina, en 2015 según la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Secretaría de Salud del Distrito Capital, en la capital hay alrededor de 900.000 perros que se encuentran en las calles.

Esta cantidad alarmante de animales en condición de vulnerabilidad deambulan por la capital de Colombia en busca de comida, de afecto y de calor.

ComeDog, una gran comunidad de apoyo sin ánimo de lucro, ideó una nueva propuesta para que los perros callejeros encuentren alimento y afecto en cualquier lugar del mundo.

Lo que comenzó como un proyecto personal a finales del 2014 para dignificar la vida del animal callejero en el sector de Villa Campestre, en Puerto Colombia (Atlántico), por parte del veterinario zootecnista Juan Manuel Montoya y su esposa, para ofrecer alimento a un grupo de perros, gracias a su divulgación, a través de redes sociales, y su acogida en el país, en la actualidad cuenta con más de 390 dispensadores de agua y alimento en Colombia.

<a href="https://www.facebook.com/ComeDogUniandes/videos/1643933052515582/"></a>Este video fue compartido por una estudiante de la universidad. Todos podemos ayudar a que peluditos como este puedan tener algo de comer y así mejorar un poco su calidad de vida! (Pueden donar en Copyalina, local del fondo) GRACIAS!!!Posted by <a href="https://www.facebook.com/ComeDogUniandes/">Proyecto ComeDog Uniandes</a> on jueves, 24 de septiembre de 2015

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El impacto de la iniciativa ha sido tal que en países de Latinoamérica ya han empezado a implementar el proyecto con otros 50 dispensadores en Chile, Panamá, México, Ecuador, Perú, Venezuela y Guatemala, entre otros.

“Nunca pensamos en tener el alcance que ha tenido a nivel nacional, nos faltan solo dos departamentos en Colombia para hacer presencia en la totalidad del país. Por cada dispensador podemos calcular que se alimentan entre 40 y 50 perros”, aseguró Montoya.

Además, el proyecto nació no solo simplemente para brindar alimento a los animales, el plan busca erradicar el problema de salud pública. ¿Cómo?, Montoya explicó que “desde el plan del proyecto se creó una integralidad donde el animal que recurrentemente va a comer al dispensador sea esterilizado, vacunado, desparasitado y adoptado bien sea por una fundación, o en lo ideal por un hogar que le brinde cuidado y afecto”.

Cómo funciona la expansión de Comedog en el mundo y cómo puede ser parte del proyecto

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Con la frase “Si cada quien hiciera lo que está a su alcance por aquello que lo apasiona, el mundo sería diferente” Montoya ha logrado a cautivar a miles de personas en el mundo.

Sin embargo, captar la atención y concientizar no es lo único que se planea desde ComeDog, la fundación busca que cada persona que realmente le apasione el tema sea parte de él. Pues sencillamente para el colectivo sería difícil manejar y surtir los dispensadores en cualquier parte de la ciudad o país.

A modo de ‘franquicia’ cualquier persona se puede apropiar de un dispensador de comida en cualquiera que sea su ubicación en el mundo por una módica cantidad de dinero, simplemente debe comunicarse con Comedog y mostrar su interés para ser parte del cambio.

Lo importante es ser el compromiso de cada persona, pues como se mencionó la finalidad inicial es alimentar a los animales, pero no es el fin. Cada persona debe promover el bienestar de cada perro que llegue a su dispensador.

A través de diferentes alianzas con empresas privadas, lo ideal es que la persona que se apropie de uno de los dispensadores pueda esterilizar los animales y promover la adopción de los mismos.

ComeDog recomienda, “para que el dinero no salga solo de su bolsillo y que el proyecto sea realmente sustentable, buscar alianzas con grupos animalistas locales, centros veterinarios o alcaldías”. Además, desde la misma fundación se les brinda apoyo para comenzar su iniciativa regional a través de redes sociales para así conseguir personas que quieran apoyarlos, con donaciones de alimentos o apoyos en las jornadas de salud para los caninos.

La finalidad del proyecto

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El pensamiento común de cualquier persona es “que bueno sería que existiera con dispensador de agua y alimento en cada esquina del mundo”, sin embargo, para Montoya la verdadera finalidad del proyecto es que no haya la necesidad de estos, que diferentes proyectos y este mismo concienticen al mundo para que no existan perros callejeros en condición de vulnerabilidad.

Además, si en algún momento los perros que recurrentemente asisten a alguno de estos dispensadores se llegarán a recuperar en salud gracias al proyecto y se les encontrará hogar, lo que sería el fin de la iniciativa. La fundación ComeDog impulsa el ‘reciclaje’ del dispensador, es decir que se reubique en otro lugar para que cumpla su objetivo en otro sector.