Opinión

Reflejos de la cumbre

Telescopio en Panamá

Reflejos  de la cumbre

Generalmente no es en las cumbres donde se toman grandes decisiones o  se generan cambios significativos, sino por el contrario son más un espejo que refleja de manera concentrada y masiva una momentánea realidad. ¿Qué reflejó la cumbre de Panamá sobre la realidad de las Américas?El restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos comenzado hace ya varios meses va por buen camino como lo reflejan las imágenes de la cumbre, las palabras elogiosas intercambiadas entre Obama y Raúl y la conferencia de prensa conjunta. Esta será "La Imagen” para la posteridad de la séptima cumbre de las Américas

La aquiescencia por parte de los países del continente con la erosión de los elementos no electorales de la democracia,  sepultados por el sacrosanto principio de la no intervención. La libertad de expresión, las garantías a la oposición, la división de poderes, la independencia de tribunales electorales y los derechos humanos, valores consignados en las cartas fundacionales de las organizaciones regionales, no serán protegidos por el sistema interamericano ni por ninguno de los organismo regionales.  La cumbre reflejó el modelo de relación que  viene desarrollándose desde hace años entre Estados Unidos y los países de la  región. Para la gran mayoría, Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial y del que reciben la mayor cooperación en diversos temas. Queda a discreción de cada país que tipo de relación quieren tener con Washington. Unos como Colombia, amistosas y estrechas y con otros como Bolivia y Venezuela de confrontación. Estados Unidos bailará al tono que le pongan.      La cumbre reflejó que a pesar de palabras aquí y allá y la carta de dos docenas de expresidentes, la oposición venezolana está completamente sola y ningún Estado ni organismo la protegerá contra las arbitrariedades del chavismo

Sombría la presentación de Brasil y su presidente Dilma Roussef que parecía agobiada por la situación de su país con la economía postrada, la corrupción desbordada y las protestas sociales por doquier. Brasil parecía un país más, nada cercano a la tan alardeada “Potencia regional”

Patética la presentación de la presidenta argentina, Cristina Fernández, que de lo único que no habló es de la delicada situación económica y política por la que atraviesa su país.  La intervención del presidente de Bolivia refleja un hondo resentimiento acumulado, lanzando acusaciones contra Estado Unidos por lo divino y humano y sin proponer nada a cambio. Trastabillando en la lectura, sin mirar a los asistentes y excediéndose en el tiempo asignado

Contrasta con la elocuente presentación de Rafael Correa, seguro de sí mismo, sustentado en los buenos resultados de la economía y un considerable desarrollo en infraestructura e industria, demostración que el mandatario ecuatoriano, educado en Estados Unidos, entiende como se debe manejar un país en el siglo XXI. Hasta sus explicaciones sobre la prensa sonaron convincentes a oídos de muchos. El hecho que el presidente Obama en su discurso, que apenas duró los 8 minutos, hiciera referencia directa a las palabras de Correa, demuestra la importancia de su presentación

Maduro por su lado no decepcionó, un claro reflejo de sí mismo y de un régimen fallido que se ha dedicado a buscar culpables externos para sus problemas internos. Discurso largo con lenguaje poco diplomático y trasnochado, lanzando acusaciones no sustentadas, con Tucano a bordo, desplegando cortinas de humo para ocultar la calamitosa situación económica y social que vive su país, sumado al asalto a la democracia, los opositores en la cárcel y el sistema electoral cargado contra la oposición

Fracasó Maduro en su intento de secuestrar la agenda de la cumbre con el tema de las sanciones impuestas por Estados Unidos a funcionarios del Gobierno venezolano que seguirán ahí y con la absurda intención de exigir indemnización por la invasión a Panamá en 1989. Sus diferencias con Raúl Castro concernientes a Obama quedaron claramente en evidencia

El apoyo al proceso de paz en Colombia que ya había sido expresado de manera unánime por todos los países del continente desde su iniciación hace poco más de dos años quedó refrendado una vez más en la cumbre. Es tan normal el apoyo de los países americanos al proceso como lo son las diferencias que sobre el mismo hay en el país, pues no se puede esperar apoyo unánime a un proceso que implica concesiones y cambios

Impecable la intervención del presidente de México Enrique Peña Nieto, ceñido al tiempo y hablando exclusivamente de su país y las transformaciones que ha introducido principalmente para acabar con los monopolios, el primer camino hacia una disminución de la inequidad

Canadá, el país más próspero de la región con el mayor Índice de Desarrollo Humano, democracia sin talanqueras, con extensas relaciones comerciales con la mayoría de los países de la región, parecía como “mosco en leche” en la cumbre. Ni los asistentes  ni mucho menos los medios le pusieron atención. Como igualmente pasaron desapercibidos una veintena de mandatarios de países cuyas intervenciones sirvieron para pasar publicidad o para los editoriales y análisis de los divos y divas de la televisión

Quedan como reflejo imborrable de la cumbre los estériles intentos del presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, para que los mandatarios, especialmente los de siempre, se ciñeran a los ocho minutos asignados para cada uno.  Sin reflejo en la cumbre quedó la declaración final que nunca vio la luz del día por las diferencias políticas que aquejan al continente

Finalmente, como siempre en este tipo de eventos, los grandes ganadores son hoteleros, restauranteros, empresas de logística, taxistas, analistas y los medios que tienen materia prima para varios días.  

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