​Recomendaciones y prevenciones en el consumo de alimentos
La carne de las aves de corral puede resultar contaminada por agentes infecciosos nocivos para la salud.

Si no se toman todas las precauciones necesarias en las cadenas de producción, comercialización y elaboración de aves de corral, su carne y huevos pueden resultar contaminados por agentes infecciosos nocivos para los seres humanos
Los productos avícolas también pueden estar contaminados con medicamentos antimicrobianos y antiparasitarios o con plaguicidas utilizados en las explotaciones agrícolas. La ingestión de agentes antimicrobianos puede causar el desarrollo de bacterias resistentes a los antimicrobianos en los seres humanos
Las infecciones por Campylobacter y Salmonella son dos de los peligros más importantes . Estas bacterias representan más del 90 por ciento de todos los casos notificados de intoxicaciones alimentarias bacterianas en el mundo. La mayoría de estos casos están asociados con el consumo de aves de corral y productos avícolas, pero todo el ganado es un potencial reservorio de la infección
Se piensa que los casos notificados de infecciones por Campylobacter y Salmonella representan solo una parte del número de casos real. El consumo de aves de corral o productos avícolas crudos o poco hechos se ha considerado un factor de riesgo potencial en los casos humanos de infección por influenza aviar altamente patógena H5N1 (IAAP)
La preparación de la carne de aves de corral debe estar bien hecha, con una temperatura del núcleo que alcance los 70 °C durante la cocción. La información sobre enfermedades de origen alimentario en los países de bajos ingresos es escasa. No disponemos de datos de ámbito mundial preciso y consistente sobre la magnitud de la incidencia de las intoxicaciones alimentarias ni sobre los costos relacionados con alimentos no inocuos. Los síntomas suelen ser leves y los casos no se notifican, pero su importancia se considera sustancial. En nuestro país aparecen focos reportados cuando se intoxican masivamente en colegios o en otros estamentos cuando consumen casi siempre “arroz con pollo”
RIESGO PARA LOS CONSUMIDORESEn muchos países, los hábitos alimenticios han experimentado cambios importantes en las últimas dos décadas. Se nota un crecimiento de la clase media, grupo que consume más carne y sale a comer fuera de casa con más frecuencia
La migración de las zonas rurales a las urbanas también ha provocado cambios en los patrones de alimentación. Se han desarrollado nuevas técnicas de producción, preparación y distribución de alimentos en respuesta a estos cambios, con un significativo aumento de la “comida rápida” y otros alimentos precocinados, lo que implica un menor control de los consumidores sobre la selección, preparación y almacenamiento de la carne que consumen. Si hay contaminación, el principal síntoma es la diarrea y la infección puede ser mortal (0,01 por ciento de mortalidad en las personas infectadas en países de altos ingresos)
Como el agente causante es una bacteria, (en la mayoría de los casos es la salmonella) estas enfermedades pueden ser tratadas con antibióticos, pero el acceso al tratamiento es difícil en muchos países de bajos ingresos
REDUCCION DE RIESGOSLa aparición de signos clínicos en seres humanos infectados, así como su importancia dependen de varios factores. Uno es el canal de refrigeración, la mayoría de las bacterias necesitan un tiempo de adaptación de unas dos horas antes de empezar a multiplicarse. Los consumidores pueden reducir el riesgo de enfermedades bacterianas transmitidas por vía alimentaria mediante la refrigeración de la carne desde el momento de la compra hasta el momento del consumo
Muy pocos usan buena temperatura y buen cocido, y guardan la carne de una forma que propaga gérmenes, advierte una investigación
Muchos consumidores no siguen las prácticas de seguridad recomendadas para manejar y cocinar las aves
Menos de dos terceras partes de los consumidores tienen un termómetro de cocina, y menos del 10 por ciento de los que tienen los dispositivos los usan para revisar si las aves están cocinadas a una temperatura segura, reportaron los investigadores
"El USDA [Departamento de Agricultura de EE.UU.] recomienda a los consumidores usar un termómetro de cocina para revisar que la carne y las aves estén bien cocidas", señaló la autora del estudio, Katherine Kosa, investigadora sobre políticas alimentarias y de la nutrición de RTI International
"Puede haber patógenos, como la salmonella y el Campylobacter, en las aves crudas. Usar un termómetro de cocina es la única forma fiable de garantizar que la comida esté cocida a una temperatura interna segura para destruir cualquier bacteria nociva que haya", anotó Kosa
Kosa y sus colaboradores también hallaron que casi un 70 por ciento de los consumidores enjuagan o lavan las aves crudas antes de cocinarlas. Eso es potencialmente peligroso, porque el agua contaminada puede salpicar y propagar bacterias a otros alimentos y a las superficies de la cocina
Apenas el 18 por ciento guarda correctamente las aves crudas en la nevera y apenas el 11 por ciento de los que descongelan las aves crudas en agua fría lo hacen de forma correcta, apuntaron los investigadores.



