El alto gobierno se enfermó y causó tormenta política
Por primera vez en la historia reciente de la política del país, el presidente y el vicepresidente de la República tuvieron, casi al mismo tiempo, problemas de salud.
Los problemas de Santos y Garzón desembocaron en una polémica por la posible falta absoluta del jefe de Estado y su reemplazo
En 2012 el presidente Juan Manuel Santos y su vicepresidente Angelino Garzón enfrentaron una situación única: ambos fueron diagnosticados con enfermedades de alto riesgo. Mientras Santos padeció un cáncer de próstata, Garzón tuvo un infarto cerebral y también cáncer de próstata
El 14 de junio el vicepresidente Garzón fue internado en la Clínica Reina Sofía de Bogotá, según reportó su despacho, “para chequeos de rutina”. Sin embargo, cuatro días después, en un comunicado, los médicos informaron al país que “presentó un evento súbito neurológico de origen vascular”, que derivó en un accidente cerebro vascular
La reserva con la que la familia de Garzón mantuvo el estado de salud del político trajo consigo una serie de críticas por parte del Congreso, que pedía claridad sobre la situación, ya que, constitucionalmente, el Vicepresidente debía reemplazar al Jefe de Estado si había una falta “temporal o absoluta”
Garzón se sometió a un extenso tratamiento de rehabilitación en la clínica de la Universidad de La Sabana, en neurología, terapia física, terapia ocupacional, fonoaudiología, psicología, neuropsicología, trabajo social y enfermería de rehabilitación
Sin embargo, advirtió, a través de cartas abiertas al país, que seguiría despachando y de hecho, protagonizó una polémica por presuntamente haber apoyado la idea de una asamblea nacional constituyente para reformar la justicia, promovida por el senador uribista, Juan Carlos Vélez, lo cual fue desmentido por el propio presidente Santos
Mientras el Vicepresidente se recuperaba, el Jefe de Estado estaba a punto de anunciar al país que tenía en riesgo su salud. Luego de una gira por Estados Unidos, anunció el 1 de octubre que padecía “un pequeño tumor benigno” en la próstata, descubierto por una biopsia
A diferencia de Garzón, Santos sí entregó al país su historia clínica y anunció los días en los que estaría internado en la Fundación Santafé. Advirtió además que durante su operación no estaría bajo los efectos de la anestesia general, así que estaría consiente. Lo que, legalmente, lo capacita para seguir ejerciendo como Presidente y no delegar sus funciones a su Vicepresidente
De inmediato, desde el Congreso se cuestionaron las capacidades físicas y mentales de Garzón ante la eventualidad de una falta absoluta del Jefe de Estado. Mientras éste se recuperaba de la cirugía, sin ninguna incapacidad y despachando desde la clínica, el presidente del Senado, Roy Barreras, visitó al Vicepresidente para conocer de primera mano su salud, advirtiendo que esto no era un “parte médico oficial” sino una “visita de cortesía”
Esta situación fue criticada por los partidos de la Unidad Nacional, que respaldaron la situación de Garzón
Sin embargo, el 5 de octubre, una comisión de especialistas de la Academia Nacional de Medicina, por petición del Senado, visitó al vicepresidente Garzón para hacerle un chequeo general y determinar sus capacidades. El funcionario se negó y advirtió que esto era “un golpe de Estado al Presidente y su gabinete”
Mientras el presidente Santos anunciaba que estaba “completamente curado” del cáncer y reiteraba su respaldo a su fórmula en el alto gobierno, Garzón informó al país, el 24 de octubre, que padecía cáncer de próstata y debido a su condición física, su rehabilitación y el infarto que sufrió en 2010, no podía operarse
“He iniciado dicho tratamiento, que abarca 39 sesiones de radioterapia, por lo menos 5 veces a la semana”, informó Garzón. A este panorama se sumó que su esposa, Monserrat Muñoz, también padeció, casi al mismo tiempo, un cáncer de riñón
Si bien el Vicepresidente en ese momento dijo que dejaba “en manos de la Constitución” su cargo y alcanzó a decir que le “imploraba” al presidente Santos para que lo sacara del cargo, hoy en día retomó su agenda política y de diálogo social y en los próximos días se conocerán los resultados de la última biopsia que determinará si el cáncer fue erradicado.