Periodista de EEUU se disculpa por decir que NYT habría pagado por exclusiva con prostituta del Servicio Secreto
El escándalo del servicio secreto no sólo ha enfrentado a los políticos, sino también a los periodistas. Acusan al New York Times de hacer periodismo de chequera.
El escándalo del servicio secreto no sólo ha enfrentado a los políticos, sino también a los periodistas. Acusan al New York Times de hacer periodismo de chequera
El primero recuento de que el NYT haya pagado por una historia se remonta 100 años, cuando en 1912, le dio dinero a uno de los sobrevivientes del Titanic para que relatara su historia
En el caso de Cartagena, el tema no se ha comprobado, pero se viene rumorando dentro de medios colombianos y estadounidenses. El periodista que empezó a ventilar sus frustraciones en público fue Todd Maisel, un fotógrafo del New York Daily News, el tabloide de la gran manzana
En una serie de tweets, Maisel que dice que anda aguantando calor en Cartagena sin poder tomarle ni una foto a las perseguidas prostitutas del servicio secreto. Afirmó que el NYT había hecho un negocio con la prostituta que desató el escándalo y su abogada para que no hablar con más medios
Maisel ya se disculpó, a medias, pero el hecho es que al día de hoy, el prestigioso Times sigue teniendo la exclusiva de la mujer que destapó el escándalo que domina las conversaciones en Washington
Finalmente, a propósito de los últimos desarrollos, van 6 agentes del Servicio Secreto que se han ido y son 12 vinculados a la investigación. Sin embargo, hasta ahora hay solo un despido, a los demás los han dejado retirarse voluntariamente
Y por el lado del Departamento de Defensa, hay 11 soldados involucrados, estos como miembros del Ejército enfrentan sanciones más severas, que incluyen hasta un año de cárcel, según los códigos militares. Luego de que se descubriera la semana pasada que uno de los implicados del servicio secreto se estaba quedando en el Hotel Hilton, donde se hospedó Obama, se ha expandido y ahora incluye también a funcionarios de la Casa Blanca. Los investigadores le siguen los pasos al comportamiento de cerca de 200 personas.



