La FIFA le da de comer a la violencia
Un gol legitimo invalidado por el árbitro Larrionda, le quito a Inglaterra la posibilidad de empatar parcialmente el partido de octavos de final 2-2 ante Alemania. Ese error se hubiera podido evitar con la ayuda de un televisor. La FIFA sigue negando la tecnología y repite los errores de hace 44 años dandole de comer a la violencia.
Hace 44 años la Inglaterra dirigida astutamente por Sir Alf Ramsey empataba con Alemania Occidental 2-2 en la final del Mundial de 1966. En la prorroga Geoff Hurst estrelló un remate en el horizontal, el balón nunca entró y el árbitro suizo Gottfried Dienst, consentido de la FIFA, lo valido. Los ingleses ganaron 4-2 la Copa del Mundo que se recordará siempre por los favores que recibió el local. Hoy en Sudáfrica 2010 pasó lo mismo pero al revés. Un remate de Frank Lampard a los 38 minutos golpeó el horizontal, bajó y se metió, el balón ingresó por lo menos 20 centímetros y no lo ven ni el árbitro Larrionda ni su asistente. Era gol legítimo. Inglaterra que empezó perdiendo 2-0 con ese tanto igualaba 2-2 y quien sabe cómo habría cambiado la historia. Al final Alemania que jugó mejor y fue más en la cancha venció 4-1, aprovecho el desconcierto de los ingleses y neutralizó con efectividad el segundo aire del equipo de Capello que estrelló 3 balones en los palos y no tuvo acierto en las oportunidades generadas. Fue un partidazo, tal vez el mejor del Mundial entre dos grandes de la historia que dará que hablar no por su fútbol, ni por los goles alemanes, ni por la claridad de Oezil o la certeza de Muller, sino por lo que pudo ser y no fue si el juez uruguayo valida el gol legal de los ingleses para el empate. Hacia 56 años que Inglaterra no concedía 4 goles en un partido de la Copa del Mundo. En 1954 perdió 4-2 con Uruguay. Pero eso solo será anécdota porque la polémica hoy se avivará más que nunca para que se utilicen recursos electrónicos con el propósito de acercar este juego a la justicia arbitral, pues a la justicia deportiva jamás se podrá aproximar ya que lo inesperado hace del fútbol el espectáculo más universal que existe. Alguna vez dijo Joao Havelange: “la FIFA le sigue apostando al error humano”. De continuar así van a morir en la equivocación y en el atraso. Creer que la verdad es la negación de la tecnología en pleno siglo XXI, favoreciendo la trampa como en el gol que clasifico a Francia ante Irlanda del Norte o validando la injusticia como hoy en Bloemfontein, es atentar contra la armonía natural de la vida y alimentar injustificadamente la violencia.




