Ciclismo

No somos tan santos

Las acusaciones de Fignon contra Lucho Herrera solo demuestran que en el ciclismo mundial hay pr&aacute;cticas poco conocidas pero habituales que las utilizan todos para ganar carreras. De ellas no se escapan ni siquiera los colombianos, que de santos, no tenemos mucho. <br />

El ciclismo como muchos deportes tiene un lado oscuro y truculento cuya práctica es más corriente de lo imaginado. Y no por frecuente escapa a los mandatos éticos y correctos. Pagarle a equipos distintos al propio para buscar ayudas en carrera es muy normal en las grandes competencias. Por eso la denuncia de Laurent Fignon en su libro no afecta los méritos de Lucho Herrera para ganar la Vuelta a España de 1987, pero si demuestra que los colombianos no eran ajenos a los manejos ocultos de lo que se mueve en la trastienda del ciclismo. Las alianzas en carretera son de todos los días y muchas de ellas se hacen pagándoles a equipos rivales para que ayuden a mantener las posiciones, a conservar lideratos o a ganar carreras. Muchos de los que cubrimos esas grandes pruebas fuimos testigos de esas prácticas aunque todos lo nieguen. Fignon en su libro “Éramos jóvenes e inocentes” asegura que Café de Colombia, el equipo de Lucho Herrera, le pagó a cada integrante del equipo Sistem U 30.000 francos (5.500 dólares de la época) para que no atacaran en la etapa final de la Vuelta española del 87. Esa fracción era entre Alcalá y Madrid, peligrosa para los intereses colombianos en el descenso y el terreno plano después de las colinas de Madrid. El alemán Raymond Dietzen estaba a 1.04 de Herrera y Fignon a 3.13 y un ataque podría poner en riesgo el título de Lucho que vestía la camiseta amarilla de líder. El francés dice que no pensaban atacar pero que les pagaron para no hacerlo. En esa vuelta Café de Colombia contó con la colaboración de Postobón para defender a Herrera. Lucho triunfó en la Vuelta a España no porque Fignon y su equipo evitaron el ataque. Ese año fue el mejor, aprovecho el retiro de Kelly y nadie le quitará lo ganado. Pero su declaración a El Tiempo: “si hubiéramos tenido tanta plata nos habríamos ganado un Giro y un Tour” no es la mejor para negar la denuncia, pues esa afirmación plantea que con dinero se pueden ganar las carreras. Pero hubo otro episodio en la historia parecido. En la Vuelta a España del 89 cuando Ganó “Perico” Delgado y fue segundo Fabio Parra a 54 segundos, el camarógrafo Germán Palma captó antes de la salida de la penúltima etapa el momento en que “Perico” le entrega un sobre grueso a Iván Ivanov. El periodista José María García afirmó luego que había sido el pago por la ayuda del ruso y su equipo el Alfa Lum para que el español pudiera ganar. En la etapa final entre Segovia y Madrid, Fabio Parra lo atacó muchas veces y alcanzó a tener más de un minuto de ventaja en el ascenso a Navacerrada en compañía de los también colombianos Alberto Camargo y Omar “El Zorro” Hernández. Esa diferencia le daba el título a Parra. Pero en el descenso y en el terreno plano la persecución de Ivanov y su equipo fue clave para que la diferencia en meta se redujera a solo 19 segundos. “Perico” Delgado fue campeón con 35 segundos de ventaja sobre Parra que siempre lamento la ayuda del ruso. Sin embargo, no podemos olvidar que Parra era de Kelme y sus colaboradores de fuga de equipos diferentes: Camargo de Café de Colombia y Hernández de Postobón. No creo que nos tengamos que romper las vestiduras por lo que dijo Fignon. En el ciclismo todos saben que eso es normal y de todos los días y los colombianos no somos los más santos. Que sea correcto o ético es otro tema que tendrán que resolver jueces y puristas. Además los libros se venden mejor con escándalos y con cocaína entre sus páginas.

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