Opinión

Dormir mucho es perder el tiempo

Ahora que nos conocemos mas y nos sentimos en confianza, les quiero plantear una propuesta: duerman menos y viviran más y mejor. Aqui esta la idea y agradezco sus opiniones.

Afirma el doctor Rodolfo LLinás en su libro “El cerebro y el mito del yo” que dormir equivale a morir, pues se suspende la actividad cerebral. La medicina tradicional recomienda que debemos dormir 8 horas diarias para poder tener un descanso adecuado. Me parece absurdo, pues significaría morir durante la tercera parte de nuestras vidas que es corta y muchas veces tortuosa. Si acatamos la sugerencia médica, cuando cumplamos 30 años habríamos dormido 10 y a los 60, nos habríamos gastado 20 años de nuestras vidas desconectados del mundo en una cama. Muchos dicen que dormir es delicioso, que es uno de los mayores placeres de la vida. Pero realmente esa satisfacción solo dura segundos o minutos mientras la persona se duerme. Luego deja de sentir placer y dicha, su cerebro “muere” porque se desconecta la actividad como dice el doctor LLinás. En estado de inconciencia nadie puede sentir placidez. Hago una propuesta dirigida a un mejor aprovechamiento del tiempo: enseñarle al cuerpo a no dormir tanto, una hora menos de lo que estemos acostumbrados. No es un gran sacrificio, ni se afectará drásticamente el organismo y aprovecharemos más la vida. Si hacemos esto a partir de los 20 años y hasta los 50 poniéndolo en práctica 6 días a la semana, recuperaríamos para nosotros unas 10.000 horas equivalentes a 833 días activos. En este tiempo que son como 2 años y medio, podríamos aprender 3 idiomas, compartir mucho mas con nuestros hijos o nuestros padres, hacer una carrera universitaria con 6 horas de intensidad diaria, o si lo prefiere puede leer, oír música, hacer ejercicio, gozar, disfrutar, ayudarle a los demás o hacer lo que le de la gana. Dice el doctor Jan Born en la revista científica Nature que una noche de sueño profundo, que es el reparador, puede agudizar el ingenio y mejorar la capacidad para resolver problemas. Pero una noche de sueño interrumpido o desvelado puede originar lo contrario. Es más fácil dormir bien menos horas que más horas. Cuando uno llega cansado a la casa duerme placenteramente como un bebé. Cuando se acuesta sin estar suficientemente cansado la posibilidad de dormir mal es mayor. Miremos este juego: Una persona de 40 años con hábitos normales que duerma 8 horas al día utiliza 13 años de esa vida durmiendo, otros 13 estudiando o trabajando, 3 años comiendo y atendiendo cuidados personales, 3 años viendo televisión, cine o similares, 4 años desplazándose y 2 años haciendo nada determinado. Todas estas actividades suman 38 años y nos quedarían solo 2 para divertirnos, vacacionar o hacer las cosas que nos gustan. Muy poco en 40 años de vida. Si dormimos una hora menos tendríamos casi tres años más para disfrutar la vida, una cifra nada despreciable en un mundo de vértigo y aceleres donde el tiempo no alcanza para nada. Dormir entre 6 y 7 horas no perjudica a nadie. El sueño es como la comida; es necesaria para vivir, debe ser de buena calidad, es mejor que sea a horas específicas pero en exceso engorda, enferma o te vuelve holgazán o perezoso. Entre más comemos más queremos tragar y nos engordamos y entre más dormimos mas queremos descansar y nos aperesamos. “En vida uno no puede morir voluntariamente, porque a uno lo viven matando sin darse cuenta”. Duerma menos y tendrás una vida de ensueño.

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