Amor Imperfecto
El amor, el amor, ah complicado que es, pero tambien que delicioso es sentirlo. Como mi escrito anterior no deportivo tuvo buena acogida, me animé a mandar este sobre un tema con el que todos gozamos pero también sufrimos.
El amor es tema de estudio, investigación y análisis; es fuente inspiradora de literatura, música y cine; con él reímos y lloramos, allí nos refugiamos para soñar y maldecir, es el gran motor de la vida pero también su más fuerte desestimulador. Con el amor vemos el cielo y el infierno. Solo a quien amamos podemos odiar. Por amor se han construido ciudades pero también han caído imperios. En su esencia vivimos y morimos. Los dos extremos más opuestos de la existencia están presentes por el amor, que es capaz de unirlos y confundirlos, o alejarlos y rechazarlos. Amor puede ser todo: Comprender, consentir, querer, adorar, entender, disculpar, sentir, contemplar, disfrutar, padecer, llorar, mentir, traicionar, ofender, maldecir, perdonar, soñar y entregar lo que somos en cuerpo y alma. No se puede ser sin amor aunque se puede estar. El que no ama no vive. El amor para muchos lo es todo y sin él no somos nada. Debemos encontrar un amor terrenal, menos celestial, que entienda la imperfección humana, sus angustias, sus limitaciones, sus contradicciones, sus debilidades, sus temores, sus tentaciones y sus dudas. Un amor también imperfecto que admita esguinces y travesías, que pueda caminar por senderos destapados, tortuosos y a veces escasos. Que sepa edificar sus bases en columnas que no siempre tiene que ser de hierro y de concreto. Cuando buscamos una relación amarrada por el amor en cualquiera de sus dimensiones, la queremos ideal, sin fisuras, perfecta. Olvidamos que más allá de un estado absoluto no existe nada, es el punto supremo que no admite instancias superiores, al menos en lo humanamente conocido. Hacia delante solo es posible el deterioro, el debilitamiento, la caída. Por eso el amor siempre se tiene que construir como se construye un proyecto que empieza en una idea y termina en una gran obra que puede seguir creciendo, pero que pasa por correcciones y rectificaciones. El amor es nómada, aventurero, anárquico, desquiciado, loco y muchas veces inexplicable. También es egoísta, individual y propio en su sentido mas privado. Solo quienes lo ven con ojos terrenales lo pueden compartir, lo entienden como una expresión humana limitada pero infinita. El amor es todo pero a la vez es nada y como tal debemos comprenderlo y aceptarlo. Cuando aceptemos que el amor es una mezcla equilibrada de duda y de certeza, de posesión y lejanía, de alegría y de ansiedad, de ilusión y nostalgia, de inteligencia y de ignorancia, de sueños y realidades, de placer y dolor, como alguna vez lo dijo Gonzalo Arango, podremos cantar victoria en el mundo de lo material donde el triunfo de lo inventado le gana la batalla a la dura certeza de lo cotidiano sometido a la tiranía de la razón, el orden y las tradiciones. Hoy escribo estas líneas porque tengo una pelea con el amor que no quiero perder pero no he podido ganar. Siento su aroma muy cerca pero no me atrevo a abrir la puerta. Me falta valor y decisión para entregar mi independencia, mi libertad, mi comodidad, mi autonomía y mi absurda suficiencia a cambio de la mágica delicia de poder simplemente compartir. Sigo en la lucha tratando de entender que en un mundo absurdo, desigual, injusto, macabro y explotador pero maravilloso, el amor imperfecto también es bueno. Lo tengo claro pero no lo entiendo.




