Internacional

El ciclón 'Nargis' deja sin hogar a un millón de personas en Birmania

Las autoridades elevan la cifra de muertos a 22.500 y a 41.000 la de desaparecidos. La tan esperada ayuda internacional comienza a llegar en cuentagotas

Los helicópteros del Ejército han comenzado a repartir hoy comida y agua después de que el paso del ciclón 'Nergis'dejara sin hogar a un millón de personas en Myanmar, donde algunas localidades han sido arrasadas por completo, según han informado fuentes oficiales. Las autoridades calculan que cerca de 22.500 han perdido la vida y ya ascienden a 41.000 los que se encuentran en paradero desconocido. Nargis es el ciclón más devastador de Asia desde 1991 cuando una tormenta acabó con la vida 143.000 en Bangladesh. "Estimamos que actualmente hay un millón de personas que necesitan asistencia médica", ha dicho Richard Horsey, de la oficina de Coordinación de Ayuda Humanitaria de la ONU, en Bangkok. La ONU estima que hay área enteras que se encuentran sumidas bajo el agua. "Hablamos de 5.000 kilómetros a la redonda bajo el agua", ha dicho el portavoz de la ONU en la zona. Ante tal panorama, las autoridades birmanas finalmente han dado la autorización para que se repartan 800 toneladas de arroz que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) tenía almacenadas desde hace días en Rangún. 24 millones de personas amenazadas Las enfermedades, la escasez de alimentos y la falta de agua potable se han convertido en las mayores amenazas para el millón de personas damnificadas en el sur del país, según las agencias de ayuda humanitaria. Los brotes de cólera o de diarrea crónica, como consecuencia de aguas contaminadas por las decenas de miles de cadáveres que se están pudriendo en el calor y la humedad tropical, son otros riesgos que apuntan los expertos para los aproximadamente 24 millones de personas que se calcula habitan en las áreas afectadas. La comunidad internacional se mueve Desde Tailandia, a la UE a Estados Unidos, aunque este último, con condiciones. Tailandia ha entregado 30 toneladas de medicinas y equipos médicos, mientras la India ha enviado dos buques que permitirán acceder a las aldeas costeras del delta, incomunicado tras el paso del ciclón. Estados Unidos ha pedido a cambio de la ayuda que Birmania permita entrar a sus expertos. El país norteamericano ha cubierto con creces el fondo de urgencia de cuatro millones de euros (6,2 millones de dólares) solicitado por la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR). La Junta Militar oculta la auténtica magnitud del desastre La Junta Militar de Birmania (Myanmar) oculta a la población la auténtica magnitud del desastre causado por el ciclón Nargis en el delta de río Irrawaddy y los medios de comunicación estatales se limitan a informar de 22.500 muertos y 41.000 desaparecidos. Los diarios en lengua birmana, todos controlados por el Estado, dedican en sus ediciones diarias espacios en los que informan de las visitas que efectúan los generales a la región afectada, pero omiten la gran destrucción Esos sí, nunca en las paginas de la prensa escrita aparecen fotografías de los daños o cadáveres y, en cambio, destacan siempre las de los generales con las autoridades locales. La televisión estatal difunde desde hace días las mismas imágenes de generales conversando con aldeanos postrados en el suelo y de los soldados portando fardos a sus espaldas Tampoco el Gobierno militar permite que los birmanos con antenas parabólicas en sus casas, autorizadas desde hace varios años, se enteren de lo ocurrido por medio de los programas internacionales. Los únicos canales del extranjero a los que no bloquean la señal son la RAI de Italia, la rusa PTP y TVE de España, que emiten en idiomas considerados ininteligibles por la mayoría de los birmanos. A veces, las autoridades liberan el bloqueo a la señal de la BBC y lo restablecen puntualmente cuando comienza el informativo de la cadena. Para aquellos birmanos que quieren saber lo que ha ocurrido en el sur del país sólo les queda el recurso de sintonizar la radio de la BBC y la Voz de América. Tal es el rigor en controlar el flujo de información dentro de sus fronteras que un profesional de la BBC fue expulsado del país por haber entrado, el lunes pasado, con un visado de turista, ya que los militares no conceden el de prensa. 

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