Gaitán, 60 años después, el crimen sigue impune
Sobrevivientes del 9 de abril de 1.948 clamaron porque cese la impunidad y se sepa el autor o autores materiales e intelectuales del magnicidio que enlutó a Colombia.

Gaitán, 60 años después, el crimen sigue impune
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Por Guillermo Rodríguez Muñoz Sobrevivientes del 9 de abril de 1.948, el día que tres balas impactaron en el cuerpo de Jorge Eliécer Gaitán, de lo que llamó el novelista 0sorio Lizarazo " El día del 0dio”, clamaron porque cese la impunidad y se sepa el autor o autores materiales e intelectuales del magnicidio que enlutó a Colombia. Lo que pasó ese día es imborrable, dice con su voz firme a los 82 años el entonces periodista de "Jornada", el vocero del gaitanismo, quien estuvo a punto de morir víctima de la iracundia de un furibundo hombre anónimo que machete en mano le espetó a la cara: " Usted es godo y blandiendo el arma "estuvo a punto de quitarme la cabeza". Por fortuna tenía el carné del diario y me salvé. Ah bueno, me dijo, aliviado, tome este machete y siga". "Fue un horror", expresó el jurista Eduardo Kronfly. "La confusión era tal que yo no sabía para donde coger. Por donde iba, incendios, saqueos, escenas dantescas de hombres con los brazos repletos de relojes y mujeres humildes con pieles de visón y tiros, muchos tiros". La entonces colegiala Tila Uribe llegó a la plaza de Bolívar y vio como un tanque con una bandera roja que parecía indicar estaba del lado de los gaitanistas comenzó a vomitar fuego y "vi caer decenas de gentes". “Un señor me tomó a mí y a una amiga de la mano y nos protegió pero una bala impactó en su rostro y cayó como un fardo. Era un sastre. Murió al instante". Conocida la noticia de la muerte del político liberal de 50 años de edad, el desorden y el caos reinan en varias partes de Bogotá y el país. "Nosotros nos tomamos la radio Nacional. Comenzamos a lanzar proclamas porque creíamos que era la revolución". Todo fue aquél día una ilusión porque en las calles estaban matando a la gente. Nos reunimos rápidamente en la radio Jorge Zalamea, Jorge Gaitán Durán, Jaime Ibáñez y yo", relata el maestro Raúl Alameda. La hija del caudillo, colegiala en ese 1.948 cuenta que una tía le dice que su padre ha muerto víctima de un accidente automovilístico pero ella no le cree porque el Buick de su padre estaba en Casa y no podía ser. “Hasta que una señora con un sombrerito y un velo que le cubría el rostro me dijo que rezara por Papá porque él estaba en el cielo. Yo pensé: qué vieja tan estúpida. Cómo así. Me asomé a la ventana y el cielo estaba rojo y yo creía que eran los ángeles que llevaban a mi padre". A 6 décadas del asesinato no se sabe si Juan Roa Sierra, un desvalido de la fortuna, hombre extraño y misterioso, fue el autor material. Su cuerpo, hecho jirones, terminó frente al palacio presidencial pero no hay la seguridad de que haya sido el ejecutor y mucho menos quien o quienes están detrás del crimen. El crimen fue a la 1 y 5 de la tarde cuando salía del edificio "Agustín Nieto". Para recordarlo, centenares de gentes se harán presentes para rendirle el postrer tributo. Y quedan aún en el ambiente sus últimas palabras: Salvarme Plinio. Plinio Mendoza Neyra quien lo había invitado a almorzar para festejar el triunfo del penalista Gaitán, quien logró que un jurado declarara esa madrugada libre de toda culpa al teniente Cortés acusado del crimen del periodista Eudoro Galarza. Nadie podía intuir el crimen, o tal vez sí. Su esposa, Amparo Jaramillo, tuvo una pesadilla y soñó que su ilustre marido, ex alcalde de Bogotá, ex ministro, Ex rector y candidato presidencial es asesinado.
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