Internacional

EEUU acusa a Irán de fabricar bombas que mataron a 170 soldados en Irak

Estados Unidos mostró hoy en Bagdad restos de armamento y documentos de identidad que, según dijeron militares estadounidenses, prueban la relación de Irán con la muerte de al menos 170 soldados de la fuerza multinacional en Irak.

Estados Unidos mostró hoy en Bagdad restos de armamento y documentos de identidad que, según dijeron militares estadounidenses, prueban la relación de Irán con la muerte de al menos 170 soldados de la fuerza multinacional en Irak.
El portavoz de las tropas en Irak, William Caldwell, rodeado por expertos del Ejército estadounidense en una rueda de prensa en la llamada "Zona Verde" de Bagdad, acusó a Irán de estar detrás de la fabricación y el contrabando de esas bombas que, además, han causado más de 120 heridos en los últimos meses.
"Hay un respaldo claro y creciente por parte de Irán a los ataques que sufren nuestras fuerzas", dijo el portavoz, quien también acusó a Teherán de atizar la violencia sectaria y de respaldar los ataques contra la fuerza multinacional.
Caldwell presentó ante los periodistas restos de armamento utilizado en ataques contra las tropas estadounidenses como proyectiles de morteros de distinto calibre y detonadores que fueron supuestamente construidos y facilitados por Irán.
En su comparecencia, los militares enseñaron también varios documentos de identificación, incluidos carnés de iraníes que estarían implicados en actos de violencia en Irak.
Según los expertos presentes, el tipo de armas que Irán habría facilitado, supuestamente, a rebeldes en Irak están relacionadas con las que utilizó el grupo Hizbulá en los enfrentamientos con Israrl en julio y agosto del año pasado.
Uno de los expertos, que no se identificó a los periodistas, dijo que "esas mismas armas iraníes fueron probadas en el sur del Líbano por Hizbulá y posteriormente fueron desarrolladas y mejoradas".
"Tenemos pruebas que indican que Irán adiestra a los extremistas en el uso de cargas explosivas y que este tipo de armas fueron fabricadas entre 2004 y marzo de 2006", aseguró Caldwell.
El portavoz militar reveló que la información presentada fue obtenida gracias a los cinco iraníes que las tropas de EEUU detuvieron el pasado 11 de enero en una operación en el Consulado de Irán en la ciudad de Erbil, capital del Kurdistán iraquí.
Según Caldwell, las tropas se incautaron de restos de explosivos que guardaban los iraníes, así como mapas de los que se habían intentado deshacer en los lavabos del consulado.
"El Gobierno iraquí nos informó de que no eran diplomáticos y de que no tenían en su poder ningún documento que así lo acreditase", dijo a los periodistas Caldwell.
Teherán exigió la liberación inmediata de las cinco personas detenidas en Erbil con el argumento de que son funcionarios de su Gobierno y estaban trabajando en cooperación con las autoridades iraquíes.
"La misión de los funcionarios (arrestados) es puramente consular y se lleva a cabo en conformidad con las leyes", afirmó en enero el ministro de Exteriores iraní, Mohamad Ali Huseini, tras calificar su detención de "una acción unilateral que se contradice con los convenios y las normas internacionales".
El general Caldwell consideró que aunque Irán cese el contrabando de armas, "eso no va acabar con el problema sectario en Irak, aunque sí lo va a disminuir, porque Irán atiza la violencia mientras la mayoría del pueblo iraquí desea vivir con seguridad y en paz".

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