Reuters revela carta de Carlos Castaño en la que anunciaba su entrega a los EEUU
Una misiva del extinto jefe paramilitar, Carlos Castaño, en la que anunció su decisión de entregarse a Estados Unidos, motivó su muerte ante el temor de que delatara actividades de narcotráfico de otros jefes de esos escuadrones, revelaron investigadores
Una misiva del extinto jefe paramilitar, Carlos Castaño, en la que anunció su decisión de entregarse a Estados Unidos, motivó su muerte ante el temor de que delatara actividades de narcotráfico de otros jefes de esos escuadrones, revelaron investigadores. La misiva a la que obtuvo acceso Reuters y que está en poder de las autoridades que investigan el asesinato, fue enviada el primero de julio del 2003 por Castaño a través del correo electrónico a los demás líderes paramilitares, y en ella dejó claro que no eludiría su extradición a Estados Unidos. La autenticidad de la carta, una pieza de la investigación, fue certificada por uno de los destinatarios, un paramilitar desmovilizado. Para esa época Castaño, el histórico fundador de los escuadrones de ultraderecha acusados de masacrar a miles de civiles en medio de su guerra sucia contra la guerrilla izquierdista, estaba solicitado en extradición por el gobierno de Washington, junto con otros dos jefes de esos grupos. "Mi pedido en extradición no será nunca en ningún caso un obstáculo para el proceso, yo asumo la responsabilidad de mis actos ante la justicia nacional o extranjera y ante ella demostraré mi actitud al margen del narcotráfico y denunciaré la injusticia que conmigo se ha cometido", dijo Castaño. El líder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), muerto en abril del 2004, incluso planteó una entrega colectiva de comandantes paramilitares para que respondieran por las acusaciones de narcotráfico ante Estados Unidos. "Si algunos lo desean podríamos pensar, al terminar el proceso, en un sometimiento colectivo y concertado con los Estados Unidos ante su Departamento de Justicia, esa será una última y buena opción en su momento. Yo no tengo ningún impedimento para ello y quienes quieran hacerlo están en su derecho", agregó. De acuerdo con funcionarios a cargo de la investigación del asesinato, que se produjo como parte de un enfrentamiento dentro de los paramilitares, los jefes de esos escuadrones entendieron que Castaño buscaba su entrega a Estados Unidos y que no evadiría su extradición, por lo que acordaron eliminarlo. Pacto de muerte y silencioLa mayoría de jefes de las AUC pactaron la muerte de Carlos Castaño por el temor de que con su entrega a Washington, delatara actividades de narcotráfico de algunos de ellos, lo que dificultaría la negociación de paz con el gobierno del presidente Alvaro Uribe, según las fuentes. Durante más de dos años los jefes paramilitares negaron la muerte de Castaño y aseguraron que su desaparición era parte de una estrategia para ocultar su entrega a Estados Unidos. La negociación de paz que se inició a mediados del 2003, permitió que más de 31.000 combatientes de esos escuadrones entregaran las armas y se reintegraran a la vida civil. Los paramilitares surgieron en la década de 1980 con el apoyo económico de terratenientes, ganaderos, comerciantes y narcotraficantes perseguidos por la guerrilla. El sometido paramilitar José Ignacio Roldán, alias "Monoleche", confesó la semana pasada el asesinato de Castaño y anunció que está dispuesto a revelar el sitio en donde enterró su cadáver, lo que esclarecería uno de los crímenes más enigmáticos en medio del conflicto interno de Colombia. La Fiscalía General de Colombia reveló la semana pasada que el crimen Carlos Castaño fue ordenado por su propio hermano Vicente, que al igual que otros líderes paramilitares, temía ser delatado ante Estados Unidos. En su carta Castaño tocó cuatro posibles estrategias para que otros jefes paramilitares pudieran evadir la extradición, pero dejó en claro que su decisión era hacer frente a los tribunales de Estados Unidos. Reuters también conoció otra carta de Castaño, dos semanas antes de su asesinato, en la que reclamaba respeto por su vida a los demás jefes paramilitares. De acuerdo con familiares de Castaño, para esa época temía ser asesinado por las rivalidades internas y su decisión de entregarse. "El respeto a la vida entre compañeros es lo mínimo que espera quien ha respetado y defendido la de sus compañeros. Es mi esperanza, nuestra única opción de vida. Solo así podríamos sobrevivir todos", dijo en esa misiva a los paramilitares y al comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo.



