ALCA deberá enfrentar la realidad tras acuerdo de Miami
En contraste con la atención que concentró el resultado de las negociaciones sobre el ALCA de esta semana en Miami, ésta no tendrá un impacto inmediato sobre la vida de los latinoamericanos.
MIAMI.--- En contraste con la atención que concentró el resultado de las negociaciones sobre el ALCA de esta semana en Miami, ésta no tendrá un impacto inmediato sobre la vida de los latinoamericanos.Además, pese a que el encuentro de Miami representó un avance, podría ser complicada la definición de la letra pequeña del ALCA, un proyecto que abarcaría a 34 países americanos -todos menos Cuba- y cuyas negociaciones deberían estar terminadas en el inicio del 2005."Ahora tenemos una estructura (del ALCA) que avanza, pero creo que nadie aquí subestimaría el desafío de la tarea", dijo el jueves el representante comercial de Estados Unidos, Robert Zoellick, en la ceremonia de cierre del encuentro. "Esto sigue siendo un desafío tremendo".El resultado concreto del encuentro fue una declaración ministerial de siete páginas, que delinea el marco general del acuerdo, y donde todos los países se comprometieron a un tratado "comprehensivo y equilibrado".El primer punto sustancial mencionado en la declaración es el área de "acceso de mercados". Las negociaciones en este tema deberían derivar en recortes de aranceles en todo el hemisferio, a fin de aumentar el volumen del comercio.Pero incluso en esta cuestión podría haber "dificultades", debido a la complejidad de establecer acuerdos entre más de 30 países, según reconoció el canciller brasileño Celso Amorim en la ceremonia de cierre, ante una pregunta de un periodista."Estoy satisfecho con el acuerdo que tenemos, sin ignorar el hecho de que vamos a tener muchas más dificultades en el futuro. Incluso en la negociación de acceso de mercados (...) vamos a tener grandes dificultades por delante", dijo Amorim. INTERESES CRUZADOSEn un hecho positivo, la declaración menciona acuerdos en algunos puntos donde difícilmente podría haber conflictos: el reconocimiento de diferencias en los tamaños de las economías, la importancia de la vinculación del comercio con el desarrollo y la participación de la sociedad civil.La reunión también sirvió para que Estados Unidos sellara acuerdos comerciales bilaterales -que ya estaban previstos- con Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia -todos los andinos menos Venezuela-, con Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, en conjunto; con Panamá y con República Dominicana.Sin embargo, en Miami, al mismo tiempo que los negociadores redactaban la breve declaración, ya comenzaban a asomar intereses cruzados que podrían elevar la temperatura a la que se cocina el acuerdo hemisférico.En Estados Unidos, varios criticaron al pacto como un "ALCA light", al decir que Washington había cedido ante los intereses de Brasil con el concepto de "flexibilidad", para que la reunión de Miami no terminara mal como la de la Organización Mundial de Comercio que se realizó en México en septiembre.Empresarios y políticos estadounidenses quieren que el ALCA garantice la protección de la propiedad intelectual, y abra los sectores de las compras gubernamentales y los servicios, entre otros puntos donde muchos en Brasil se resisten a avanzar.En diálogo con Reuters, Elliot Schwartz, director de estudios económicos del Comité para el Desarrollo Económico -una organización estadounidense- expresó una cautelosa satisfacción en general por el acuerdo."Pero por otro lado estamos desilusionados con un ´ALCA light´, donde haya un acuerdo sin obligaciones, creo que ello no es posible", advirtió Schwartz.Esta preocupación está lejos de coincidir con el interés de Brasil, que -acompañado por Argentina- ya adelantó en los últimos días que, como Estados Unidos deja fuera del ALCA las discusiones por sus cuantiosos subsidios agrícolas, la mayor economía sudamericana pedirá "compensaciones".El jueves, el ministro de Agricultura de Brasil, Roberto Rodrigues, dijo que a modo de compensación, Brasil quiere que Estados Unidos reduzca sus restricciones al acceso de importaciones brasileñas de carne, azúcar y jugo de naranja.Pero estos sectores son sensibles desde el punto de vista político, más todavía en momentos en que se acelera la campaña para los comicios del 2004 en Estados Unidos, donde el presidente George W. Bush buscará su reelección.A todo esto, el ALCA deberá considerar también el punto de vista de México, Canadá y Chile, que expresaron su temor de que el proyecto hemisférico pueda resultar menos ambicioso de lo previsto originalmente."Consideramos que pudimos haber ido más lejos en este esfuerzo por la integración comercial del hemisferio americano", dijo el jueves por la noche el ministro de Economía mexicano, Fernando Canales, en una entrevista con Reuters.Por otra parte, Phil Bloomer, un director de Oxfam -una agencia enfocada en el desarrollo que tiene su sede en Gran Bretaña- dijo que "el ALCA podrá tener una nueva visión, pero sigue a ciegas frente a las necesidades de los pobres".(Con la colaboración de Pablo Bachelet en Washington; Guido Nejamkis y Varinia Pérez en Miami)



