Guatemala va a las urnas entre tensión política
Los guatemaltecos votaban el domingo en elecciones marcadas por posibles actos de violencia, en medio de una tensión política derivada del intento de regresar al poder de un ex dictador acusado de ordenar matanzas de indígenas hace dos décadas.
CIUDAD DE GUATEMALA.---- Los guatemaltecos votaban el domingo en elecciones marcadas por posibles actos de violencia, en medio de una tensión política derivada del intento de regresar al poder de un ex dictador acusado de ordenar matanzas de indígenas hace dos décadas.El general retirado Efraín Ríos Montt, de 77 años, candidato por el oficialista Frente Republicano Guatemalteco (FRG), se encuentra en el tercer sitio de los sondeos con un 11 por ciento de las preferencias electorales, aunque los analistas dicen que podría obtener más apoyo del esperado.El favorito en las encuestas es el empresario Oscar Berger, de 57 años, de la coalición GANA, pero los más recientes sondeos reflejaron un virtual empate con Alvaro Colom, de tendencia izquierdista, y su partido Unidad Nacional de la Esperanza.Todo indica que ninguno de los candidatos obtendrá la mayoría absoluta que le otorgue un triunfo definitivo, por lo que lo más probable es que será necesaria una segunda vuelta en diciembre entre los dos más votados.Las casillas abrieron a las 07:00 hora local (1300 GMT) con largas filas de votantes en Ciudad de Guatemala. Funcionarios electorales esperaban una concurrida asistencia de los 5 millones de guatemaltecos que están aptos para votar."Yo veo la candidatura de Ríos Montt como muy preocupante. Eso hace que la gente sea más consecuente en la hora de votar", dijo Alba Aceitun, una microbióloga que esperaba votar.Al arribar a su centro de votación, en un vecindario de clase media en la capital, Ríos Montt fue recibido con silbidos."Tengo todo el respeto y la confianza de que tengan en sus manos el futuro de Guatemala", les dijo Ríos Montt. Sobre las preocupaciones internacionales acerca de su candidatura, dijo: "que se respeten los resultados de las elecciones". VIEJAS HERIDASEl proceso electoral, para renovar además de presidente y vicepresidente a 159 diputados al Congreso unicameral, 331 alcaldes y 20 diputados al Parlamento Centroamericano, ha reabierto añejas heridas de guerra y tocado temas sensibles como corrupción y clases sociales.En Guatemala, de 11 millones de habitantes, más de la mitad de la población son indígenas mayas que viven sumidos en la pobreza.Culpado de cometer atrocidades contra los derechos humanos en su gobierno de 1982-1983, la candidatura del controversial Ríos Montt ha añadido tensión en la segunda elección presidencial desde los acuerdos de paz de 1996, que pusieron fin a una sangrienta guerra civil de 36 años."El clima es significativamente más tenso que la elección anterior", dijo John Tyynela, quien dirige una delegación de observadores del Centro Carter. "Ha tocado antiguos temores y ha profundizado divisiones que ya existían".Cerca de 30 personas fueron asesinadas en la campaña electoral, lo que ha hecho crecer temores de violencia y fraude, especialmente si los resultados son muy cerrados. EL GENERALConocido por sus seguidores como "el general", Ríos Montt es un evangélico con una reputación de estricto y una plataforma popular anticrimen en regiones indígenas donde cientos de civiles murieron bajo su gobierno.Ríos Montt llama a dejar atrás el pasado, pero para los sobrevivientes de los abusos de la guerra, él es la cara de la represión gubernamental de las administraciones anteriores.Estados Unidos ha dicho que tendría problemas para trabajar con el ex dictador si gana las elecciones."Ríos Montt no debería ser candidato, más bien debería estar en una corte para enfrentar cargos por genocidio", dijo Miguel Angel Sandoval, un sociólogo que ayuda a los sobrevivientes buscando cargos contra Ríos Montt.Después de violentas protestas en julio de partidarios del ex dictador en la capital, una corte revocó una suspensión temporal a la candidatura presidencial de Ríos Montt."Ya que estamos enfrentándonos va a ser un honor poderlo destronar y cancelar ese mito que muchos creían, que su liderazgo era algo imbatible", dijo Berger a Reuters. "Le vamos a ganar también al general".Unos 17.000 soldados y 22.000 policías vigilaban el proceso, en especial en el departamento occidental de Huehuetenango, donde hace dos semanas ex miembros de patrullas civiles creadas por Ríos Montt secuestraron a cuatro periodistas y un activista de derechos humanos en demanda del pago por haber ayudado al ejército durante la guerra civil.



