Soldados sublevados en Filipinas se rinden
Soldados filipinos sublevados que se habían atrincherado en un centro comercial de lujo de Manila pusieron fin a 19 horas de sitio y regresaron a los cuarteles, dijeron testigos y negociadores.
MANILA.--- Soldados filipinos sublevados que se habían atrincherado en un centro comercial de lujo de Manila pusieron fin a 19 horas de sitio y regresaron a los cuarteles, dijeron testigos y negociadores.Las descontentas tropas, que acusaban al gobierno de corrupción y connivencia con los rebeldes, comenzaron a desmantelar lo que parecían ser dispositivos explosivos que habían situado en un edificio de oficinas y residencial en el centro de la capital.Los soldados negaron que estuvieran realizando un golpe de Estado y al final retiraron la petición de que dimitiera la presidenta del país, Gloria Macapagal Arroyo.Arroyo dijo que la crisis había terminado y los 296 amotinados, incluyendo 70 oficiales jóvenes, se enfrentarían a procesos en consejos de guerra."Aquellos civiles que se demuestre que están involucrados en cualquier conspiración también serán procesados," dijo en un breve discurso emitido por televisión."Aseguro al mundo que este suceso no va a dañar de ningún modo nuestra seguridad nacional y la estabilidad política. Los asuntos relacionados son domésticos, operativos o administrativos. No afectan áreas políticas o fundamentales".Arroyo, quien cuenta con el apoyo del mando militar, ordenó una redada el sábado contra 70 oficiales de bajo rango y desertores tras varios días de rumores sobre un complot de golpe de Estado por un grupo de soldados descontentos con su paga y la lentitud de las reformas internas."Se ha acordado poner fin al asedio y regresarán a los cuarteles", dijo a los periodistas el coronel Danilo Lim, un miembro del comité gubernamental encargado de negociar con las tropas sublevadas.A pesar de que el motín terminó sin que se disparara un solo tiro, las protestas -incluyendo las peticiones de dimisión del secretario de Defensa Angelo Reyers, jefe de la policía nacional y de los servicios de inteligencia militar- continúan sin resolverse.Estados Unidos ha expresado su respaldo a Arroyo, que ha sido uno de sus más fervientes apoyos en la guerra contra el terrorismo.Al amanecer en Manila, vehículos blindados de transporte de personal y camiones del ejército bloquearon las avenidas principales en el distrito comercial, pero no hubo señales de pánico y multitudes de curiosos se congregaron en los alrededores.La embajadora australiana Ruth Pearce y otros extranjeros fueron retenidos brevemente en el edificio y luego se les permitió abandonarlo.



