Guerra por tierras se aviva en centro agrario Venezuela
Una batalla está despertando en el corazón ganadero de Venezuela que enfrenta a campesinos que claman por trabajar la tierra con hacendados, quienes los acusan de ser intrusos apoyados por un gobierno que no respeta la propiedad privada.
BARINAS, Venezuela.--- Una batalla está despertando en el corazón ganadero de Venezuela que enfrenta a campesinos que claman por trabajar la tierra con hacendados, quienes los acusan de ser intrusos apoyados por un gobierno que no respeta la propiedad privada.En Hato Viejo, una remota finca de ganado en la sofocante sabana venezolana, la heterogénea muchedumbre de labriegos recibe a los visitantes con amenazas y luego promete dar su vida a cambio de un pedazo de tierra propia."Sólo queremos trabajar. Si eso es propiedad privada ellos tienen que hacer su procedimiento legal, dijo Arturo Munzón, un líder de una cooperativa campesina que acampa en Hato Viejo. "Vamos a defender la tierra con nuestras vidas", agregó.La redistribución de tierras ha sido una de las líneas claves en la política del presidente Hugo Chávez, elegido en 1998 bajo promesas de disminuir la pobreza en una nación en la que la inmensa riqueza petrolera no ha llegado a las mayorías.Desde febrero, el gobierno aceleró la entrega de tierras, dando cientos de títulos de propiedad sobre la base de una ley de Tierras aprobada en Venezuela en el 2001.Pero los hacendados dicen que el gobierno promueve las invasiones ilegales de tierras productivas e ignora los argumentos para resolver las disputas de forma legal.Fundos ganaderos en estados rurales como Barinas están salpicados de campamentos provisionales y chozas de palma. Algunos campesinos en pobreza crítica tienen la esperanza que la reforma agraria les permita alimentar a sus familias.Más de 15 labriegos han sido asesinados en choques con hacendados desde febrero, dice el gobierno. Ambos lados denuncian ser objeto de amenazas de muerte e intimidación. Los dueños de fincas dicen que la Guardia Nacional se ha desplegado en al menos tres fincas, lo que califican de ilegal."Estamos indefensos, hemos agotado todos las vías legales. Cuando logramos un decisión de un tribunal no hay autoridad para ejercerla. Prácticamente están confiscando las fincas. Estamos en un pequeño Zimbabue", dijo Manuel Cipriano, presidente de la asociación de ganaderos de Barinas."Vamos a tener que sacar con nuestras propias manos a los invasores. Si no salen puede haber enfrentamientos", expresó. INVASORES O REVOLUCIONARIOS AGRARIOSPor más de un año, Venezuela ha estado envuelta en un agrio conflicto en torno al gobierno "revolucionario" de Chávez, quien fusiona ideas socialistas y nacionalistas.La oposición acusa a Chávez, un militar retirado, de ser un demagogo que bajo la apariencia de una reforma social quiere imponer en Venezuela un sistema comunista como el cubano.Más de 50 personas han sido asesinadas en enfrentamientos políticos desde abril del 2002, cuando el mandatario sobrevivió a un golpe de estado.Con el programa de reforma agraria el gobierno planea otorgar 1,5 millones de hectáreas.El Instituto Nacional de Tierras, dirigido por un hermano del presidente, Adán Chávez, ha otorgado 730.00 hectáreas y 20.000 títulos que aseguran a los campesinos acceso a tierras que el ente asegura son propiedad del Estado.Funcionarios gubernamentales niegan que promuevan las invasiones y sólo autorizan las tierras a quienes tienen sus títulos agrarios. Pero ellos admiten que los trabajadores rurales algunas veces transgreden la ley."Nosotros queremos resolver el problema del movimiento campesino, pero tenemos que resolverlo dentro de la ley", dijo el consultor jurídico del instituto de tierra Rodolfo Vílchez."No podemos llegar a caer en el absurdo de entregar cartas agrarias de tierras que están en propiedad privada", agregó. LA POLITICA ENLODA LA LEYEn Barinas, en su mayoría formada por llanuras, los granjeros dicen que están luchando contra la marea política. Chávez nació allí y su padre es gobernador de ese estado.Los ganaderos dicen que al menos 94 fincas han sido invadidas por intrusos, algunos con documentos cuasi legales del gobierno; otros sin ningún documento. En tres de las haciendas visitadas por Reuters, ningún campesino tenía títulos de las tierras o dijeron que los estaban esperando.En Hato Viejo, sus administradores dicen que los labriegos los obligaron a abandonar partes de sus tierras y dejaron morir de hambre al ganado. Pero los líderes campesinos niegan las acusaciones y aseguran que ellos han sido amenazados.En la granja vecina La Batalla, donde los empleados procesan la leche a queso, tres hombres se han apropiado de una pequeña parcela en un sitio boscoso. Los hacendados dicen que sus ruegos a las autoridades regionales han sido ignorados.Pero para muchos campesinos la necesidad está por encima de la ley. A pocos metros de un desolado camino que serpentea Barinas, José de la Rosa Lugo cultivó maíz en un pequeño sembradío cerca de una precaria choza que él llama hogar.Con sus manos curtidas por años de trabajo con la tierra, el hombre de 70 años tiene poco tiempo para lidiar con cosas legales o pugnas políticas originadas en la distante capital."Esta gente tiene mucha tierra y no quiere dejar a la gente trabajar", dijo. "Cada quien tiene que tener una parte".



