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La violencia gana por goleada en Sudamericano Sub-20

El fútbol dinámico que diferencia tradicionalmente a las selecciones juveniles de los equipos mayores faltó a la cita hasta ahora el Campeonato Sudamericano Sub-20 en Uruguay y, salvo excepciones, la violencia dentro del campo opacó la primera parte del torneo.

MONTEVIDEO.---El fútbol dinámico que diferencia tradicionalmente a las selecciones juveniles de los equipos mayores faltó a la cita hasta ahora el Campeonato Sudamericano Sub-20 en Uruguay y, salvo excepciones, la violencia dentro del campo opacó la primera parte del torneo.
En los veinte partidos de la fase inicial, catorce jugadores fueron expulsados, 101 recibieron tarjetas amarillas y uno abandonó el torneo tras sufrir una seria fractura.
El juego fuerte que caracterizó la primera ronda tuvo su punto máximo en el último partido del Grupo B, en el que Venezuela terminó con siete hombres ante Colombia por la desesperación que se adueñó del equipo al ver que se les escapaba de las manos la clasificacion a la fase final.
Según el periodista deportivo Ricardo Piñeyrúa, la presión que sufren los futbolistas jóvenes para obtener un resultado favorable determina su rendimiento en estas competiciones.
"Lo que debería ser una instancia formativa, educativa y de competición termina en cualquier cosa cuando se presiona a los jugadores por un resultado", dijo Piñeyrúa en una reciente entrevista con Reuters.
"El campeonato se transforma en un evento de grandes proporciones y eso es mucha carga para jóvenes que tienen 17 y 18 años", agregó.
Sin embargo, en algunos casos, la violencia no es patrimonio exclusivo de los jugadores.
Según una resolución de la Confederación Sudamericana de Fútbol, publicada en su sitio de Internet, el técnico de Venezuela y su asistente fueron sancionados porque "al finalizar insultaron al árbitro y, lejos de tratar de apaciguar la conducta de su equipo, instigaron aún más".
El ecuatoriano Alberto Spencer, legendario jugador del club uruguayo Peñarol, coincidió en que los jóvenes pierden el control cuando la situación los supera debido a la presión que sufren por jugar en un encuentro internacional.
"Pesa mucho en los jugadores la importancia de un torneo internacional, así como vestir la camiseta de la selección del país por primera vez", dijo el futbolista, goleador en la Copa Libertadores de América.
"Aunque muchos están en el circuito profesional, se desesperan cuando ven a un rival escapar y se sienten en la obligación de detenerlo como sea", comentó Spencer.
En el partido de la selección uruguaya ante Perú, un fuerte choque entre el local Enrique Ismodes y el defensor uruguayo Guillermo Rodríguez dejó al futbolista "celeste" tendido en el césped con fractura de tibia y peroné.
El desempeño de los árbitros también generó intensas polémicas, y hasta una denuncia por parte de la selección peruana, por no poner límites al juego fuerte.
Por el contrario, Eugenio Figueredo, presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, quitó importancia a los arbitrajes y a la presión que pueda ejercer el campeonato y senaló la falta de preparación como una posible causa de la violencia de las selecciones juveniles.
"Tengo la impresión de que hay equipos que no están preparados para un campeonato internacional y apelan a la violencia por no tener un trabajo previo", dijo Figueredo.
Otra causa del fuerte juego podría ser la disputa de las cuatro plazas que tiene América del Sur para el Mundial Juvenil, comentó Piñeyrúa.
"A todos les interesa cada vez más la clasificación al Mundial y no la competición. Entonces resulta que hay que clasificar a cualquier precio", senaló Figueredo.

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