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Turista espacial sudafricano quisiera viajar de nuevo

Mark Shuttleworth, quien pagó su boleto para convertirse en el primer africano que vuela al espacio, dijo el martes que deseaba emprender muy pronto otro vuelo al cosmos, pero mientras tanto se conformará con guardar su traje espacial como un recuerdo de la aventura.

STAR CITY, Rusia.--- Mark Shuttleworth, quien pagó su boleto para convertirse en el primer africano que vuela al espacio, dijo el martes que deseaba emprender muy pronto otro vuelo al cosmos, pero mientras tanto se conformará con guardar su traje espacial como un recuerdo de la aventura.
"Ciertamente disfruté el vuelo y me encantaría volar nuevamente", dijo el turista espacial sudafricano de 28 años durante una conferencia de prensa. "Me encantaría volar y simplemente mirar por la ventana de la nave durante 10 días, pero también me encantaría hacer más trabajos en el espacio".
Pero el millonario del negocio de la Internet, que aterrizó el domingo en una estepa de Kazajstán luego de un viaje de 10 días a la Estación Espacial Internacional (EEI), dijo a los periodistas que no podría llevarse a casa la cápsula rusa de 7 toneladas de peso en la que regresó a la Tierra.
"Durante las negociaciones para el vuelo pedí que se incluyera eso como parte del trato, pero no tuvimos suerte en lograr un acuerdo sobre ello", dijo. "Tiene gratos recuerdos para mí. En el sitio de aterrizaje la bautizamos como ´Betty´".
Sin embargo, Shuttleworth dijo que al no poder llevarse la cápsula, construirá una imitación de la Soyuz para utilizarla en su campaña para impulsar la ciencia en Africa.
"La cápsula es propiedad federal y no es una cuestión de precio", dijo el portavoz de la agencia espacial rusa, Sergei Gorbunov. "El traje es algo diferente. Puede usarlo en su casa si así lo quiere".
Shuttleworth, quien levantó un imperio de Internet trabajando desde el garaje de la casa de sus padres en Ciudad del Cabo, fue el segundo turista espacial. Antes hizo el viaje el millonario estadounidense Dennis Tito.
Pero su viaje no levantó las fuertes controversias que provocó entre las agencias espaciales de Rusia y Estados Unidos la visita de Tito a la EEI.
La NASA temía que Tito pudiera correr algún peligro y al mismo tiempo causar daños a la EEI. Pero Shuttleworth, quien durante ocho meses se entrenó en el centro espacial ruso de Star City, en las afueras de Moscú, dijo que más que un turista fue un astronauta privado.
Inicialmente criticado en casa por gastar una fortuna en un capricho, tras su lanzamiento al cosmos Shuttleworth ha recibido tratamiento de héroe y desde el espacio conversó con el ex líder sudafricano Nelson Mandela y con el presidente Thabo Mbeki.
Shuttleworth, quien supuestamente pagó a Rusia 20 millones de dólares por el viaje, dijo que valió la pena hasta el último centavo. El precio, una ayuda para el programa espacial ruso que no cuenta con fondos suficientes, cubre el costo de todo el lanzamiento y de la tripulación de la nave.
"Sí, la inversión valió la pena", dijo sonriendo mientras permanecía sentado junto al resto de la tripulación de la Soyuz, el capitán ruso Yuri Gidzenko y el ingeniero italiano Roberto Vittori.
"Si alguien tuviera un sueño y el dinero lo pagara, y si Rusia o cualquier otro país lo aceptara, ¿por qué no hacerlo?", dijo el veterano Gidzenko. "Al menos para Rusia, el dinero no es nada malo".
Shuttleworth, quien dijo que su peor momento fue el descenso que puso fin al viaje, dijo que las bromas fueron su mejor momento.
"La experiencia de reir en el espacio fue algo surrealista", dijo. "Creo que eso estará toda la vida conmigo".

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