Centroamérica y Colombia buscan arsenal entre confusión
Miles de fusiles salieron el año pasado desde el Caribe de Nicaragua, pero están "perdidos" en una maraña de contradicciones que involucran a autoridades nicaragüenses y panameñas y a empresarios israelíes que operan desde Guatemala.
MANAGUA, .---- Miles de fusiles salieron el año pasado desde el Caribe de Nicaragua, pero están "perdidos" en una maraña de contradicciones que involucran a autoridades nicaragüenses y panameñas y a empresarios israelíes que operan desde Guatemala.Las autoridades creen que unos 3.000 fusiles y otros pertrechos que Nicaragua entregó a fines del año pasado a una compañía israelí a cambio de armas ligeras, terminaron en Colombia, probablemente en manos de grupos armados ilegales.El supuesto destino de las armas sería la policía panameña, según la compañía israelí que negoció el canje de armas con las autoridades nicaraguenses.El incidente, un caso de tráfico de armamento en la relativamente tranquila Centroamérica, trajo ecos de la década de 1980, cuando la región sufría cruentos conflictos internos y se trasegaban miles de armas de guerra.Autoridades colombianas dijeron la semana anterior que investigaban el presunto tráfico de un lote de 3.000 fusiles AK-47 y cinco millones de proyectiles que habría arribado en noviembre al puerto caribeño de Turbo.Colombia, sumida en un conflicto interno de 38 años que ha dejado miles de víctimas, supuestamente tiene informes preliminares de que el arsenal llegó desde Nicaragua a bordo de un barco panameño.Aunque autoridades de Panamá y Nicaragua cayeron en contradicciones y reclamos después de que la prensa colombiana reveló el incidente la semana pasada, acordaron emprender una investigación sobre el polémico caso.Nicaragua admitió que negoció armas de guerra a empresarios israelíes establecidos en Guatemala e insistió en la legalidad de la operación, pero deslindó su responsabilidad sobre el destino final del arsenal. INTERCAMBIO DE ARMAS"Fue en el gobierno anterior que se dio eso y comenzó en 1999 el asunto de las armas", dijo el martes el presidente Enrique Bolaños, que tomó posesión de la Presidencia de Nicaragua el 10 de enero.Funcionarios en el gobierno de su antecesor, el ex presidente Arnoldo Alemán, dijeron a periodistas que la operación se completó tras cumplirse trámites legales y que el arsenal tenía como destino Panamá.Panamá insistió en que Nicaragua violó la Convención Interamericana contra la fabricación y tráfico ilícito de armas, que obliga a confirmar la veracidad de operaciones entre dos estados.Las armas, unos fusiles de fabricación soviética de uso policial en Nicaragua desde la década de 1980, fueron negociados tras ser considerados obsoletos para las funciones de la policía, que requirió armas cortas y ligeras.Para ello, Nicaragua firmó con la empresa israelí Grupo Internacional de Representaciones Sociedad Anónima (GIRSA), un convenio de entrega de 5.000 fusiles AK-47, 2,5 millones de municiones y 6.000 bayonetas a cambio de obtener armas cortas.El martes, el rotativo local El Nuevo Diario reveló que el convenio fue modificado para colocar el número de armas en 3.117 fusiles AK-47 y cinco millones de proyectiles.A cambio de los fusiles y la munición, Nicaragua recibió de GIRSA un total de 465 pistolas Jerichó y 100 subametralladoras Mini-Uzi, de fabricación israelí. CONTRALORIA "UTILIZADA"El gobierno de Nicaragua dijo a través de su canciller, Norman Caldera, que hasta que la situación sea aclarada por las investigaciones no se darían nuevos reportes sobre el caso del supuesto tráfico de armas.La Contraloría General de Nicaragua dijo por su parte que "fue utilizada" porque sólo recibió información de que los fusiles serían canjeados por armas ligeras a una compañía de empresarios israelíes radicada en Guatemala."Para nosotros, estas armas las compró esta empresa guatemalteca (GIRSA) y los únicos que pueden saber dónde están esas armas son ellos", dijo el contralor Guillermo Arguello a periodistas.Arguello reveló que la policía de Nicaragua pidió autorización para una operación de canje de armamento, con el argumento de que las armas serían destinadas a "coleccionistas norteamericanos".En Guatemala, el empresario israelí a cargo de GIRSA, Ori Zoller, dijo: "nunca tuve contacto con el destinatario final de las armas, que supuestamente era la policía de Panamá. La negociación se hizo por medio de intermediarios".Zoller agregó que como intermediarios fungieron Marcos Sherem y Shimon Yalin Yelikan, este último representante de la firma Inversiones Digal, asentada en Panamá.El empresario israelí dijo que la policía nicaraguense "nos utilizó a nosotros de intermediarios" en el negocio y que "de todas formas, en Nicaragua estaban en la obligación de revisar que la documentación que entregan los compradores sea verdadera".Las autoridades de Guatemala decidieron el lunes suspender la licencia de operaciones a GIRSA "hasta que se aclare su situación jurídica", dijo a periodistas el director general de Armas y Municiones de ese país, Saúl Blanco.



