Africa revela secreto herbario para combatir el sida
Jack Githae cree que Africa podría derrotar la catastrófica epidemia de sida con tan sólo acudir a los poderes curativos de las hierbas.
NYERI, Kenia.--- Jack Githae cree que Africa podría derrotar la catastrófica epidemia de sida con tan sólo acudir a los poderes curativos de las hierbas.Detrás de un matorral, con un cuchillo y un maletín en busca de espárragos, el curandero keniano simboliza la creencia, cada día en aumento, de que la sabiduría antigua podría revertir la corriente de las enfermedades modernas."Para mí esto es una farmacia natural", dijo Githae, de 56 años, señalando un claro en el bosque en las laderas del monte Kenia."Hemos visto tantas curas milagrosas provenientes de esta farmacia natural en los últimos 30 años que ya no le digo a nadie: vas a morir", añadió.Los curanderos tradicionales en el continente africano señalan que sus remedios ofrecen un poder de lucha contra enfermedades, como la tuberculosis y la neumonía, que hacen presa en los pacientes VIH positivos. Pero acusan a los gobiernos y a los médicos de desdeñar sus ofertas de ayuda."¿Cómo podemos ignorar ese conocimiento cuando las personas están muriendo como moscas?", dijo Githae, un hombre de barba gris y una imagen un tanto incongruente con su bata blanca de laboratorio en medio del bosque.En medio de una batalla contra lo que consideran un muro de escepticismo y de prejuicios entre la mayoría de los médicos, los curanderos esperan obtener más apoyo gubernamental para distribuir sus remedios.Africa alberga a 28,1 millones de los 40 millones de pacientes con VIH y sida en el mundo. Los curanderos dicen que incluso los médicos occidentales más escépticos necesitan toda la ayuda posible.Los curanderos alegan que sus píldoras y pócimas son baratas, están disponibles en áreas remotas y, sobre todo, funcionan y cumplen su cometido."Llegamos a todas esas personas abandonadas por los médicos blancos y a las que les dijeron que regresaran a sus casas para morir", dijo Credo Mutwa, un curandero y visionario de Sudáfrica, de 80 años."Los arrancamos de las garras de la muerte", dijo, y añadió que él utiliza la planta Sutherlandia frutescens para combatir el deterioro causado por el sida.Durante siglos, los curanderos africanos han usado plantas para tratar enfermedades, como la diarrea y las infecciones pulmonares, que atacan al sistema inmunitario afectado por el VIH. Son estas enfermedades, en vez del virus mismo, las que matan a los pacientes con sida.Esas hierbas son baratas. Githae cobra 250 chelines o 3,20 dólares a la semana por un brebaje para los pacientes con VIH que, según afirma, estimula sus sistemas inmunitarios.Las farmacias cobran mucho más por las dosis equivalentes de medicamentos antirretrovirales.Aunque los médicos dicen que necesitan más evidencia de que los remedios tradicionales funcionan, muchos pacientes tienen una fe ciega en ellos."Yo desconfiaba de la medicina herbaria. Pensé que era una cosa de brujería", dijo una mujer de 26 años VIH positiva, que usa un jabón hecho con sustancias del árbol Neem para tratar el herpes."Ahora todos me preguntan que qué uso para mi piel, porque ya no he vuelto a tener esas cosas tan horribles", dijo, mientras esperaba en una clínica de herbolaria en un barrio marginado de Nairobi.La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que el 80 por ciento de la gente confía en las hierbas, desde Sudáfrica hasta Etiopía. En Ghana, hay alrededor de un curandero por cada 400 personas, comparado con un médico por cada 12.000 personas.A los médicos les preocupa que las sopas tónicas y los polvos de raíces preparados por los curanderos puedan exponer a los pacientes a la explotación de los charlatanes o, peor aún, desencadenar efectos secundarios peligrosos.Los curanderos alegan que ellos podrían ejercer un impacto más positivo si los gobiernos los autorizaran a usar sus medicinas en los hospitales y si se estableciera un registro para evitar la proliferación de charlatanes.Según los curanderos, gran parte del escepticismo se remonta a los días de la colonia, cuando el gobierno imperial en países como Namibia y Burkina Faso, declaró ilegal la medicina tradicional, considerándola "primitiva" y como un impedimento para el progreso."Ellos nos miran con desconfianza. Nosotros los miramos con complejo de superioridad", dijo Serge Eholie, subdirector de la unidad de enfermedades infecciosas y tropicales del hospital Treichville en Costa de Marfil, al oeste de Africa."Pero ningún médico africano puede descartar a los curanderos tradicionales o pretender que no existen. Necesitamos entrenarlos y trabajar con ellos para que puedan ayudarnos a tratar a los enfermos", dijo Eholie.



