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Gobierno argentino optimista por economía

El presidente argentino, Eduardo Duhalde, pidió paciencia a la población al asegurar que la economía dará señales de vida en dos meses y dejará atrás el coma profundo que llevó al país a ser un polvorín con alarmantes niveles de pobreza y desempleo.

BUENOS AIRES.--- El presidente argentino, Eduardo Duhalde, pidió paciencia a la población al asegurar que la economía dará señales de vida en dos meses y dejará atrás el coma profundo que llevó al país a ser un polvorín con alarmantes niveles de pobreza y desempleo.
El mensaje de optimismo llegó justo cuando el gobierno apuesta todas sus fichas a una crucial negociación que comenzó esta semana con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener una urgente ayuda financiera que permita reactivar de nuevo la economía.
Pero, aunque en los últimos días la alta conflictividad social en el país mermó, según informes del ministerio del Interior, las violentas protestas que se suceden desde mediados de diciembre por la crisis podrían resucitar si se cumplen los pronósticos de una hiperinflación tras la devaluación del peso.
"En dos meses aproximadamente se empezará a ver esa luz al final del túnel", explicó Duhalde durante la emisión de un mensaje radial que realiza tres veces por semana y que busca dar algún tipo de esperanzas a los apesadumbrados argentinos.
A pesar de su optimismo, el mandatario no dio pistas de cómo hará para revivir en 60 días una economía en la peor crisis de la historia, con una recaudación impositiva que cae en promedio 20 por ciento cada mes y miles de argentinos intentando emigrar.
Un tercio de la población del país vive en la pobreza, el 20 por ciento de los habitantes en condiciones de trabajar no tiene empleo y los ahorros en dólares de aquellos que tienen su dinero atrapado en los bancos se licuaron al ser convertidos a pesos devaluados.
En este contexto, el gobierno logró dos tibios apoyos el jueves por parte del gobierno de Estados Unidos y de Alemania.
La peor pesadilla del gobierno --un brote inflacionario tras una devaluación del peso de alrededor del 50 por ciento desde que abandonó la paridad con el dólar-- parece a punto de cristalizarse.
Según un estudio de la Liga de Acción del Consumidor (Adelco), una organización sin fines de lucro, en los primeros 12 días de febrero el precio promedio de la canasta básica de alimentos subió 1,79 por ciento.
El informe mostró alzas en pocos días en alimentos de primera necesidad como la harina de trigo (23,35 por ciento), el aceite mezcla (20,33 por ciento) y el pollo (11,88 por ciento).
"El 1,79 (por ciento de alza) en 12 días, cuando hace un año teníamos el 2,0 por ciento anual, es un horror", explicó a Reuters Ana María Luro, presidenta de Adelco.
En enero, los precios al consumidor aumentaron 2,3 por ciento, el máximo nivel mensual en una década.
Aunque el repunte de precios vino de la mano de la devaluación, de momento no acertaron los que pronosticaban que el peso se derrumbaría inmediatamente, a un nivel de hasta 3 unidades por dólar, aunque al no haber liquidez en el sistema es difícil predecir el futuro de la moneda.
El jueves, el peso se cambiaba en casas de cambio a 1,80/2,05 unidades por dólar, mientras que para operaciones mayoristas el valor era de 1,96/1,99 pesos por dólar.
ESPERANDO AL FMI
Mientras busca tapar agujeros en casa, el gobierno espera ansiosamente la llegada de una misión técnica del FMI para comenzar cuanto antes la negociación por una nueva ayuda financiera.
El subsecretario para Asuntos Internacionales del Tesoro de Estados Unidos, John Taylor, dijo que una misión del organismo podría llegar a Buenos Aires en breve, aunque no dio fecha.
La visita de los técnicos del organismo, cuya función será estudiar la situación económica, es un paso indispensable para negociar nuevos préstamos, a los que el organismo evita referirse en números pero que Argentina ya apuntó que tendrían que ser de unos 23.000 millones de dólares.
El ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, llegó el jueves en la mañana de Washington donde sostuvo reuniones con funcionarios del FMI, Banco Mundial, departamento del Tesoro y Banco Interamericano de Desarrollo el martes y miércoles, como parte de su cruzada por obtener asistencia financiera.
"Tuvieron una buena discusión (las autoridades argentinas) con el FMI ayer (miércoles). Ellos (el FMI) han descrito los términos de cuándo enviarán una misión. Podría ir muy pronto", dijo el subsecretario del Tesoro estadounidense, John Taylor, a varios periodistas después de testificar ante la Comisión Económica Conjunta del Congreso.
En otra señal de apoyo, aunque tibio, el canciller federal de Alemania, Gerhard Schroeder, dijo el jueves en Buenos Aires que confía en que "el pueblo argentino encontrará una salida a la crisis por sus propios esfuerzos y con el respaldo de la comunidad internacional".
Schroeder dijo el jueves en Brasilia, antes de partir hacia Buenos Aires, que "el Fondo Monetario Internacional debería ayudar a Argentina a ayudarse a sí misma".
Pero agregó que la condición previa para esa ayuda es "un plan de reforma bien calculado y viable sustentado en la voluntad política para su ejecución".
Por su parte, el presidente estadounidense George W. Bush dijo el jueves que su gobierno apoyará a Argentina.
"Trabajando en conjunto con la comunidad internacional, nosotros cooperaremos con Argentina para ayudar a lograr las soluciones a sus problemas económicos que permitan al país salir de su recesión, fortalecer su sistema financiero y recuperar empleos", dijo Bush en una carta al nuevo embajador argentino en Washington, Diego Guelar.

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